El órgano seguirá sin música

S.S.
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Los Amigos del Órgano Barroco de Fuentesaúco de Fuentidueña no han conseguido suficiente dinero para restaurar el instrumento

El órgano seguirá sin música

No es el primer intento, pero tampoco ha funcionado.  La Asociación Cultural Amigos del Órgano Barroco de Fuentesaúco de Fuentidueña, un grupo de amigos y socios de diferentes generaciones, creencias religiosas y procedentes de diversos sitios de la geografía española que tiene la única finalidad de restaurar el órgano musical sito en la iglesia de Fuentesaúco de Fuentidueña lleva más de 15 años pretendiendo que el órgano de la localidad vuelva a sonar. 

Para ello necesitan ayuda económica. Ya han conseguido recaudar una pequeña cantidad que oscila los 8.000 euros a través de sus propias vías, pero no es suficiente. Necesitaban 55.000 euros para poder llevar a cabo la restauración, por lo que a finales de junio decidieron abrir una campaña de micromecenazgo para intentar conseguir el dinero. Pero este crowfunding, bautizado como 'Queremos que suene', finaliza el domingo 14 de agosto, y la recaudación al cierre de esta edición del periódico es escasa; apenas llega a un 14 por ciento de lo necesario (7.860 euros).

El último estudio realizado por el maestro organero Joaquín de Lois en el año 2018 tasa la restauración del instrumento en torno a 110.000 euros sin IVA. Pero las cantidades marcadas en la campaña de micromecenazgo son distintas: la mínima, 35.000 euros, que servirían para iniciar las obras de restauración dentro de las primeras fases; y la óptima, de 55.000 euros, serviría para la restauración completa del instrumento. El hecho de ser unas cantidades más bajas a la realmente necesaria -110.000 euros- se debe a que por cada euro que se aporte en la campaña de Hispania Nostra (asociación para la defensa y promoción del patrimonio cultural y natural que, actuando en la sociedad civil, promueve la participación ciudadana y trabaja con otras asociaciones de defensa del Patrimonio), la administración aportará otro euro más. 

Las obras necesarias para que el órgano pueda volver a sonar no son pocas. Será precisa la restauración del mueble, valorada en 30.500 euros; las restauraciones mecánicas, por importe de 35.980 euros; la restauración de la tubería y la armonización, valoradas en 39.164 euros; y otros gastos como el sobrecoste de materiales, que rondan los 4.300 euros. «Si la cantidad recaudada no llegara para poder acometer una restauración completa, cumpliremos con aquellas fases que el dinero permita y buscaremos otras vías de financiación que nos permitan cumplir el objetivo final de restaurar y dejar operativo el instrumento», señalan desde la Asociación. 
Ahora, con el dinero que obtengan, será la dirección general de Patrimonio «la que tenga que responder y decidir si la viabilidad es posible o no y si admite la cantidad que le pongamos encima de la mesa», explica el presidente, Antonio Santiago, quien añade que la idea es que si no consiguen recursos ahora, vuelvan a empezar a buscar otras vías de financiación. 

Santiago recalca que «el pueblo está implicado en la restauración», además de que a la Junta de Castilla y León «le parecía un proyecto extraordinario».

Desde la Asociación aseguran que esta reconstrucción tendría, además de una finalidad cultural «para que no desaparezcan bienes», una utilidad, ya que cuentan con proyectos para dar uso al órgano como  conciertos o clases de música. «Queremos crear una gran actividad cultural en torno a él».

Procedencia. Sobre este instrumento hay pocos datos, ya que no se conoce su procedencia exacta porque no existe ningún tipo de escrito ni testimonio que certifique ni la compra ni el traslado del instrumento, tan solo esas «habladurías» entre vecinos que han sido transmitidas por tradición oral. Por ello, la Asociación Cultural Organaria de Valladolid realizó un exhaustivo examen al instrumento y ofrecieron un dossier detallado con la información relativa al órgano.

Hay varios testimonios gráficos en el propio instrumento que lo asocian con la obra y milagro de San Basilio (siglo IV, obispo de Cesárea y padre del monaquismo oriental). La única conexión directa que pudiera haber entre el instrumento musical y dicho obispo era el antiguo convento de los Basilios ubicado en la localidad de Cuéllar. Así pues, todo apunta a que este instrumento fue el órgano construido para dicho convento entre 1710 y 1719 y que posteriormente fue reemplazado por otro en el año 1832. En la citada operación el antiguo órgano sería trasladado a la iglesia de Santa María de la Cuesta, en el mismo Cuéllar, hasta que finalmente fuera comprado por la parroquia de Fuentesaúco de Fuentidueña en el año 1841. 

Continuando con la información vertida en dicho informe, este órgano pudo ser construido por el organero de Peñafiel, Manuel Miguel Sancho. Los diseños utilizados en los laterales mantienen el mismo patrón empleado en el órgano de la parroquia de San Cebrián de Campos (Palencia), un órgano documentalmente asociado con el citado organero. Además, este es casi el único maestro organero conocido en las inmediaciones de la zona en los comienzos del siglo XVIII. El otro conocido (Francisco Ortega) trabajó más para la zona sur de la provincia de Segovia.

El declive en el uso del instrumento así como diferentes sucesos acontecidos durante el siglo XX han hecho que esté en un estado bastante malogrado, impidiendo además su uso. Por otro lado, las obras y reformas que se realizaron en la iglesia a finales del siglo XX prácticamente acabaron con el instrumento. En resumen, el órgano presenta importantes daños en las superficies y en el mecanismo. «Tristemente, en la actualidad el órgano no tiene la capacidad de crear música. Lleva siendo así desde hace al menos 40 años», explican desde la Asociación.