Aumentan las multas a turistas por subirse al Acueducto

D. A.
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La Policía Local ha puesto cinco denuncias en apenas tres semanas y seis en lo que va de 2022 por subirse a los arcos de la plaza de Día Sanz, después de que durante el último lustro no pasara de entre cero y cuatro por año

Unas placas informan desde 2016 de la prohibición de subirse al Acueducto. - Foto: Rosa Blanco

Si la Policía Local de Segovia no se ha puesto las pilas con el asunto de las denuncias por subirse al Acueducto, como poco lo parece. En el primer cuatrimestre propuso sólo una sanción pero en menos de un mes, del 8 al 29 de mayo, se han sumado otras cinco. Pueden no parecer demasiadas, sobre todo, si uno echa la jornada de un sábado o domingo en la plaza Día Sanz para comprobar hasta qué punto se repite ese comportamiento. Pero es que en todo 2021 sólo hubo dos denuncias; ninguna en 2020; dos en el primer trimestre de 2019, y si se puso alguna más en los tres posteriores, que puede ser, no hay balance anual que lo corrobore; cuatro en 2018, otra vez ninguna en 2017… Es decir, que las seis que ya se contabilizan de 2022, o incluso sólo las cinco del último mes escaso, ya serían más que en cualquier año completo del último quinquenio.

Después de que el primer cuatrimestre se saldara con sólo una sanción, la inédita racha se iniciaba el 8 de mayo con dos sanciones, continuó el día 15 con otras dos y el día 29, una más. Cinco en sólo tres semanas, concretamente, y las cinco concentradas en tres domingos, derivadas de otras tantas intervenciones de agentes que patrullaban a pie por la plaza Día Sanz cuando se toparon con turistas inconscientes en un grado que sólo ellos sabrían realmente: por desconocer que la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana prohíbe el «escalamiento de edificios o monumentos sin autorización cuando exista un riesgo de que se ocasionen daños a las personas o a los bienes», de la cual se informa en dos carteles que no destacan por ser vistosos precisamente; por no pensar antes de actuar, o porque les diera igual todo, dado que «sólo era para un momento», frase que resume la reacción más habitual.

¿Pero a que responde este aumento de las sanciones?, ¿se ha reforzado realmente la vigilancia y protección del icono de la ciudad? La concejala de Seguridad, Raquel de Frutos, matiza a El Día que «la Policía Local no está llevando a cabo ninguna campaña específica sobre esta cuestión, pero las patrullas de la zona del Acueducto han redoblado la vigilancia del entorno de Día Sanz al ver el aumento de esta clase de actos incívicos». 

«Probablemente se pueda estar notando la recuperación del turismo, que bienvenido sea, por supuesto, aunque conlleve también este tipo de comportamientos», añade. Recuerda a su vez que la Policía Local tiene la ciudad dividida en varias zonas para organizar las patrullas y sus turnos, «y a pesar de que no ha cambiado el número o la frecuencia de las patrullas que pasan por la zona que incluye el Acueducto, que se vigila desde siempre y sobre todo en días de mucho turismo, sí que es cierto que pueden estar deteniéndose más en esa parte», matiza, al ser la que atrae a más infractores por el fácil acceso de los arcos bajos.

En cuanto a los perfiles de los denunciados, la respuesta tampoco sorprenderá a cualquiera que pasee por este entorno: «Turistas jóvenes o familias que están de visita por la ciudad y suben al niño a los arcos para hacerle una foto», resume De Frutos.

«Pero no podemos olvidar que la Policía Local siempre vela por que no se realice este tipo de comportamientos incívicos, igual que otros como orinar en la vía pública, y aunque pueda haber mucha más gente que haga caso omiso de las señales de prohibición, para poder sancionar debe sorprender al infractor en ese momento», subraya. Pero hablando de señales, y aun siendo conscientes de que el tamaño y diseño de las dos que se instalaron en Día Sanz en 2016 están limitadas por el criterio de la armonía estética en entornos patrimoniales, ¿no podrían cambiarse por otras que se vieran un poco más, por ejemplo manteniendo los colores azul y blanco como ahora, pero con el clásico dibujo de la señal de prohibido en lugar de sólo letra? «Todo se puede estudiar, pero los carteles que hay, si se quieren ver, se ven perfectamente y están en varios idiomas (español, inglés y francés)», opina la concejala de Seguridad. «Y luego es que con carteles o sin ellos debería imperar el sentido común, que estamos hablando de un monumento milenario», recalca.

SANCIONES. En los carteles, aparte de la frase 'prohibido subirse al Acueducto' en tres idiomas, se alude a la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, si bien la Policía Local basa las denuncias en la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, que recoge este comportamiento dentro de la horquilla de infracciones leves, que a su vez oscila de 100 a 600 euros. «La sanción más habitual es de 150 euros», según la concejala de Seguridad, aunque también se han visto por menos, aparte de que se quedan en la mitad del importe inicial si se abonan dentro del periodo de 'pronto pago'.

Con esas cuantías el dolor de la multa es relativo, y si la infracción no se ha debido 'sólo' a subirse a los arcos bajos de Día Sanz, sino que se ha recorrido la parte alta del monumento, tal y como hizo un turista extranjero el pasado noviembre, lo cierto es que éste puede dar por bueno el coste de la 'excursión panorámica'. Pero la cuantía inicial de estas sanciones (sin contar 'pronto pago') debería multiplicarse en pocos meses, después de más de cinco años de retraso, si se cumplen los últimos plazos que ha dado la concejala de Patrimonio Histórico y alcaldesa desde este sábado, Clara Martín. «El objetivo es que antes de acabar este año entre en vigor la modificación de la ordenanza de convivencia ciudadana», reitera, y en el nuevo texto se incluirán tanto este como otros comportamientos incívicos que atentan contra el monumento.

En principio, tal y como recogía el borrador de la ordenanza del Acueducto planteada ya en 2017, se plantea tipificar como infracción leve, con multa de hasta 750 euros, «utilizar los arcos del monumento como lugar de estancia, de descanso y para cualquier otra actividad (almorzar, etc.), en especial el arco más bajo de la doble arcada», un comportamiento que para nada es exclusivo de los turistas. Asimismo, «escalar, subir al monumento, caminar por el canal o conductas similares» están dentro de los actos incívicos que pasarán a considerarse infracción muy grave, con multas de entre 1.500,01 a 3.000 euros.

Aquella ordenanza se descartó definitivamente en 2020 por considerarse que una normativa específica sobre el Acueducto podía entrar en conflicto con otras ya vigentes, por lo que se decidió volcar en estas últimas su contenido, despiezado en función de la materia a regular. La parte relativa a comportamientos incívicos, concretamente, es la que irá en la modificación de la ordenanza de convivencia ciudadana, del mismo modo que otras partes del contenido normativo en ciernes requerirán las modificaciones de las ordenanzas de tráfico y terrazas.

No obstante, si la intención es tener vigentes sanciones más altas y diversas que protejan el Acueducto a partir de finales de año, la modificación normativa debería someterse a la aprobación inicial del Pleno sin tardar demasiado porque ese trámite, que conlleva exposición pública y tiempo de resolución de alegaciones, rara vez se prolonga menos de cuatro o cinco meses. Toca por tanto ponerse las pilas por la parte político administrativa después de más de cinco años sin avances, del mismo modo que parece estar haciendo la Policía Local con las sanciones.

 

Las multas más destacadas de la futura normativa para proteger el Acueducto

De 1.500,01 a 3.000 euros. Es el rango de infracciones muy graves. Incluye el depósito de sustancias o vertido de líquidos que «pudieran afectar en cualquier forma a la integridad de la piedra del Acueducto o provocar alteraciones de la misma», incluido permitir que los perros orinen sobre el monumento. También el acceso a la parte superior y el canal sin autorización municipal, además de escalar, subir, trepar, descolgarse o cualquier otra acción similar sin contar con una autorización expresa.

De 750,01 a 1.500 euros. Entre las infracciones tipificadas como graves destacan depositar o lanzar residuos de comida, vasos, latas, vidrios «o similares»; verter sustancias líquidas como aguas residuales; introducir entre las juntas del monumento papeles, cigarrillos u otros objetos, así como tirarlos a su canal; apoyar bicis, carteles, u otros objeto como mochilas, bolsos o similar.

Hasta 750 euros. Apoyarse en el monumento, tocar sus materiales originales, utilizar sus arcos como lugar de estancia, así como tirar residuos o alimentar a las palomas en el entorno.