'Los Que Roban Lo Cavao' de Fuenterrebollo celebran 14 años

D.S.
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La Asociación Recreativo-Cultural de Fuenterrebollo ha organizado su décimo cuarto aniversario con una comida popular, un concierto de pop-rock y un sorteo de regalos entre sus socios

'Los Que Roban Lo Cavao' de Fuenterrebollo celebran 14 años

La jornada festiva organizada por la Asociación Recreativo-Cultural "Los Que Roban Lo Cavao" que reunión a sus socios entorno a una paella popular elaborada por el cocinero Julián del Barrio y su equipo, contó con la animación del grupo de versiones de pop-rock de los años 80 y 90 "Los Barbudos". Los socios, que acudieron a la fiesta con la camiseta de la asociación, también disfrutaron de un sorteo de regalos y de una "barra libre" posterior para continuar la fiesta.

Esta asociación, nació como agrupación de peñas con el fin de impulsar las fiestas patronales de San Antonio y la Virgen del Rosario que estaban decayendo con respecto a otras fiestas de la comarca, y es que, como recuerda el presidente de la asociación, Daniel Sacristán Gómez, "las primeras actividades que organizamos desde la asociación fue traer una charanga el viernes y el sábado después de la orquesta en las fiestas de junio y la organización de un campeonato de frontenis en la tarde del sábado".

Ilusionados con el nuevo proyecto ante la falta de actividades y eventos, esta asociación fue ampliando poca a poco la programación cultural al verano o los carnavales, recuperando la fiesta de la vaquilla, o las navidades, haciéndose cargo de la cabalgata de reyes, creando un festival de música, poniendo en marcha la primera prueba deportiva del municipio, la San Silvestre Fuenterrebollan… lo que generó un incremento en el número de socios, entrando a formar parte de la asociación vecinos que no tenían peña, provocando el cambio y pasando de asociación de peñas a recreativo-cultural.

A lo largo de estos años, la asociación ha ido incrementando el número de socios llegando a tener actualmente más de ochocientos sesenta, cifra a resaltar teniendo en cuenta que el municipio cuenta con unos trescientos cuarenta vecinos censados, como también, la incorporación al calendario de otras actividades como el concurso de torrijas y rosquillas de Semana Santa, las jornadas solidarias que se celebran en noviembre, la feria literaria de diciembre, el concurso de belenes de navidad, el torneo de pádel, la feria de abril… así como conciertos, espectáculos y actividades que tienen lugar en la Semana Cultural o las fiestas patronales, o a la organización de excursiones, como la que realizaron este pasado mes de abril a la ciudad zamorana de Toro. La asociación cuenta con un grupo de baile en línea, que se reúne durante todo el año dos días a la semana para ensayar, "además de que nos hacen disfrutar de sus bailes en diversos eventos que se llevan a cabo en el municipio, lo principal, es la labor social que realiza, fundamentalmente en invierno" como destaca el presidente, Daniel Sacristán.

Catorce años después de ese comienzo, y gracias al trabajo y colaboración de muchos socios, está asociación está asentada en la vida de Fuenterrebollo, siendo uno de los colectivos más importantes del municipio.

La asociación 'Los Que Roban Lo Cavao' fue un motor importante de ayuda durante la pandemia que tuvimos que vivir por la Covid-19, ya que se unió al batallón de costura que se llevó a cabo en nuestra provincia para confeccionar batas y mascarillas, y fue la encargada de comprar y repartir casa a casa la compra de comida, medicamentos… a todas esas personas de Fuenterrebollo que no podían hacerlo.

La leyenda

Según su presidente, Daniel Sacristán, el nombre de la asociación viene del apodo con el que se conoce a los vecinos de Fuenterrebollo como cuenta una leyenda…

Una tarde, ya calurosa de primavera, un buen mozo, cogiendo el azadón, y las alforjas colgándoselas sobre el hombro, montó en su bici y se encaminó a las viñas, a unos 3 Km del pueblo y linderas con las de su vecino pueblo, Fuenterrebollo. Era momento de cavarlas y nutrir esas arenas para luego tener buena cosecha de uva para hacer ese vino de pijacha que contentaba las tardes del aburrido invierno y acompañaba comidas y meriendas, entre amigos, en la bodega.

El camino se le hacía pesado, malditas las ganas que tenía, pero el genio del padre obligaba, refunfuñando y a trompicones llegó a las viñas y ni largo ni vivo, sino todo lo contrario, corto y perezoso, allí mismo, bajo la sombra de ese pino, continuó la siesta de la que su padre le levantó hacía un rato, y así hasta que se puso el sol y a casa. La tarde siguiente más de lo mismo y las demás pues más de lo mismo.

Tenía engañados a todos, pero su padre, espabilado él, se dio cuenta de que todos los días traía la botella del vino entera, ¡Poco reseco pasa este año el mozo, algo pasa!" Ya sabéis, se sabe más por viejo que por pellejo y, no estando el chaval, se fue por la viña y claro viendo que nada estaba cavado.... "¡la que le espera con el cinturón esta noche, que se vaya preparando!". "Bueno Juan, hoy me pasé por las viñas y, después de cuatro tardes que llevas, eso sigue igual que el año pasado, te vas a enterar tú de lo que es bueno" (poniéndose en pie para soltarse el cinturón) y el zagal, vivo como un gitano, "pero padre si ya tenía todo cavado, a ver si nos han robado lo cavao los del pueblo vecino"… y desde entonces, a los vecinos de Fuenterrebollo se les conoce por "los que roban lo cavao".