"Segovia es una provincia magnífica para crear industria"

A.M.
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Abogado, dejó su despacho en Madrid para dirigir la empresa creada por su padre en Nava de la Asunción, puntera en su sector en el área de bolsas para transporte de dinero o mensajería.

Enrique Navarro, CEO de Polisac - Foto: Rosa Blanco

Enrique Navarro García, CEO de Manufacturas Polisac, en Nava de la Asunción, que recogerá este 6 de julio el Premio 'José María Antona'al Empresario Segoviano del Año, el galardón principal de cuantos componen los Premios de la Federación de Empresarios segovianos (FES), asegura en este entrevista que «Segovia es una provincia magnifica para desarrollar cualquier tipo de industria porque potencialmente las personas [empleados] tienen una forma de ser muy buena y disposición para afrontar retos y llevar a cabo proyectos importantes», mientras lamenta lo que considera «insoportable presión de la Administración».


Continúa la tradición familiar desde que su padre,  Antonio Navarro,  fundó  Polisac, en 1966, pero se dedicaba a la abogacía, hasta que vende su despacho en Madrid para levantar el negocio que quedó muy tocado tras un incendio, el 27 de mayo de 1995, ¿hasta entonces se le había pasado por la cabeza terminar en la empresa? 

No sabía exactamente, estuve mucho tiempo con mi  padre hasta que terminé la carrera, él seguía dando clases como catedrático de Matemáticas y acudía a trabajar a Nava,  jueves y viernes. Desde los 18 años me venía con él para aprender y porque me gustaba el pueblo, pero no pensé que fuese a dedicarme a esto, aunque siempre me gustó,  lo que ocurrió es que cuando hubo que decidir si continuábamos o no,  mi padre no tenía edad para volver a reiniciar la empresa y me hice cargo de ella.

¿Cuáles son los orígenes de Polisac?

Mi madre nació en Nava, mi padre era un hombre emprendedor, una persona inquieta, fuimos siete hermanos a quienes crió en Madrid con un sueldo de profesor. Guillermo Lázaro, magnífica persona, amigo suyo, le propuso empezar en este negocio, cuando hablar de plástico era algo insólito, con muy pocos medios y trabajadores. Luego se registró el incendio, entonces contaba con 27 personas en plantilla, y hoy la hemos multiplicado por tres, como también ha ocurrido con la producción.   

¿Cómo están de posicionados en el sector de embalajes y productos plásticos desde el medio rural, pero arraigados en el territorio? 

Se transforman anualmente unas 10.000 toneladas de plástico, para  bolsas o sobres para mensajería, para el transporte de dinero o para su utilización en los aeropuertos, así como sacos de gran contenido y láminas de envasado automático, entre otros productos. El año pasado se superaron los 13 millones de euros de facturación, cantidad que aumentará en este ejercicio, hasta situarse por encima de los 16 millones. El mundo del plástico es enorme como las aplicaciones de este material pero en la parte en la que nosotros nos dedicamos somos una de las empresas más grandes del país, con una implantación muy importante, y en el producto de bolsas de seguridad y mensajería para comercio electrónico somos con diferencia las más grandes de España y una de las mayores de Europa.   


Tienen una plantilla de 75 trabajadores fijos con los que mantienen una relación muy próxima,  incluso les consideran como ejemplo en las relaciones laborales, ¿este entendimiento es una de las claves de su desarrollo?

La gente es magnífica, no es una manera de hablar, también la que ya no está porque se han jubilado, lo han dado todo. Una de las cosas más bonitas de este premio es que, cuando mis compañeros de trabajo, al darme la enhorabuena, se emocionaban porque salían retratados en lo que hacen cada día, para ellos es un orgullo y para mi también que los productos se vendan y te los encuentres cuando te dan una bolsa de seguridad en un aeropuerto en Sao Paulo o en Alemania,  fabricada en Nava de la Asunción. O estés haciendo productos muy técnicos que se venden en muchísimas partes del mundo… Es sencillo llevarse bien porque cada uno tiene muy claro lo que puede hacer y le pone mucho amor y empeño en ello. Lo que hacemos no son piezas que salen iguales de un torno, cuando empezamos a hacer bolsas de seguridad para el transporte de efectivo no se sabía lo que era. He contado con compañeros, algunos ya jubilados, con una inteligencia natural fantástica que, sin tener conocimientos técnicos y poco dinero, hemos conseguido obtener productos que compiten con alemanes, ingleses, americanos y canadienses. Luego, lógicamente ha habido que hacer un desarrollo más profesional pero, inicialmente,  fue el empeño de personas que están en fábrica.  

Dentro de sus valores, la FES ha destacado la permanente innovación de la empresa en un sector muy  competitivo, que sobrevive por su la inversión en formación y desarrollo tecnológico, además de saber adaptarse al comercio electrónico y a las necesidades logísticas de transporte... 

Una parte importante de nuestros productos va dirigida al mundo de la mensajería de las grandes compañías, esto ha traído consigo, como consecuencia de la pandemia, además del desarrollo del comercio electrónico,  que necesitasen un producto, económico, ligero, versátil, seguro y que fuese codificable, que les permitiese tener certeza de dónde se encontraba el paquete que envía. Al ir creciendo la actividad fueron aumentando las necesidades y fuimos acompañando y aumentandola inversión para poder atenderlas. 

Polisac desarrolla una actividad industrial, sector infrarrepresentado en la provincia,  ¿cree que se puede dar un giro a esta situación?

Segovia es una provincia magnifica para desarrollar cualquier tipo de industria porque potencialmente las personas [empleados] tienen una forma de ser muy buena para afrontar retos y llevar a cabo proyectos importantes. Estamos ubicados en una zona idónea para poder distribuir en toda la península, cuando se hace comercio exterior, si es por barco, tenemos muy cerca Valencia o Lisboa, y si es por carretera hay buenas comunicaciones, razonablemente. Tiene la ventaja de estar cerca de Madrid, sin los inconvenientes de la gran capital. El problema es que, a día de hoy, no es sencillo encontrar industria que empiece a elaborar productos que tengan penetración en el mercado.  Yo no he venido a hacer enemigos pero la burocracia es terrible, la presión de la Administración es insoportable, no ayuda poner siempre en la picota a las empresas como si fuesen los responsables de todos los males que padece el planeta y no favorece que, como empresario, seas la parte más débil porque tienes que ser el responsable y el culpable. Hay momentos en los que eso te quita las ganas de seguir continuando… 
Todas las administraciones exigen un montón de cosas sin que exista reciprocidad, ellas no te tratan igual a ti, al final eres un objeto de recaudación, incluso de inquina porque el trato no es siempre lo cordial y natural que debiera. La burocracia y los impedimentos no ayudan.  Para alguien que quiera empezar  lo más importante es tener ilusión, porque el camino no va a ser fácil, se equivoca si alguien piensa que va a emprender un negocio y va a ser todo miel sobre hojuelas, debería replanteárselo, hace falta un esfuerzo muy importante, a veces se renuncia a la vida privada, a la familia,  es muy duro… Son vitales la dedicación, el esfuerzo y las ganas, y no desfallecer, porque momentos duros van a venir, seguro,  todos los hemos padecido. El éxito no está en crecer siempre si no levantarte cuando te caes, hay que tener imaginación para reinventarse porque el mundo es muy cambiante.  

¿Cómo está la situación para empresas como la suya en un entorno difícil,  cuando exporta la mitad de la producción, con falta de suministros, una guerra por la invasión de Rusia en Ucrania y una subida de precios, después de la crisis sanitaria? 

Hay problemas y retos que nos complican mucho la existencia, nuestra materia prima –el plástico – es el petroleo y todo lo que incida en su cotización nos afecta. Llevo casi cuarenta años aquí y jamás hemos visto precios que suben mensualmente un 15, un 20 o un 25%, llevamos acumulado más del 100% solo en el polietileno, pero es que la energía eléctrica de la que tenemos un consumo muy importante –tres turnos de trabajo– ha subido más de un 200% y es muy difícil tratar de repercutir en el mercado esos aumentos. Tenemos contratos anuales con grandes compañías, es muy complicado tratar ahora de poner cargas.  Hemos tenido problemas para el suministro de palés  y, cuando hablabas con quien nos los traía, nos decía que no había madera; tampoco hay cartón para envasar nuestros productos y está muy caro, y el transporte, todos sabemos el problema que ha tenido… Tratar de combinar todas esas variables que están cambiando día a día nos complica la labor.  El mundo de las petroquímicas está dominado principalmente por Estados Unidos, aunque Rusia y el Este de Europa también producen no tienen mucha aceptación en España. Escasez no ha habido, pero la tensión y los incrementos sí.     

¿Esto puede condicionar el futuro de la empresa?, ¿qué proyectos tienen?

Tenemos una posición estable con clientes muy fieles, serios e importantes, llevamos contando con su confianza desde hace muchos años, vamos renovando los contratos anuales incluso creciendo con ellos, cuando tienen sus necesidades, esa estabilidad es importante.  Nuestra empresa tiene un reto difícil, como todos los que fabricamos productos de este tipo, porque el primero de enero del año que viene entrará en vigor un impuesto al plástico que bajo mi punto de vista es radicalmente injusto, lo que va a provocar que el precio se incremente mucho al consumidor final. Es una espada de Damocles porque no sabemos como evolucionará, al final. En menos de tres semanas llega una nueva línea de producción, que tenemos encargada, con una fuerte inversión para nosotros, que tenemos una pequeña compañía,  pero podemos vender productos con el más alto valor añadido, que es donde estamos invirtiendo. El tema del reciclado es fundamental parta nosotros, todo aquel envase que fabricamos que no vaya a estar en contacto con alimentos  o que no tenga un requerimiento muy grande lo realizamos con material reciclado que es la mejor manera de mantener la ecología y la sostenibilidad del producto, le das una segunda y una tercera vida al plástico, siempre que se trate de manera correcta, lo que no se debe hacer es tirarlo ni contaminar el suelo porque el plástico no va solo a la playa  o al campo, cuando aparece en estos sitios es porque alguien lo ha tirado. Sin embargo, el que se recicla tiene un valor económico muy importante y nosotros podemos reutilizarlo muchas veces para productos de muy alta calidad y buen uso. 

¿Con cuántas líneas de producción cuenta la fábrica?

Hacemos el proceso completo, transformamos en una película lo que podría ser una especie de lenteja de plástico, que se recibe en los silos a granel, ya con unas características del producto que vamos a hacer, ya sea una bolsa de seguridad o una lámina para el envasado de mantillos, siempre trabajamos sobre pedido. En esta primera sección tenemos 18 líneas. En la segunda imprimimos esas películas en un proceso de flexografía, son máquinas muy grandes, las más caras que tenemos y las más tecnológicamente avanzadas, son como la rotativa de un periódico. Nuestra joya es una máquina que compramos hace dos años, con una inversión muy próxima a tres millones de euros,  que imprime a 400 metros minuto con gran calidad fotográfica, la velocidad es tal que necesitamos equipos de vídeo para poder en parado lo que estamos imprimiendo porque el profesional que está delante de la máquina no es capaz de controlar con su vista lo que se imprime.  De éstas tenemos cuatro, las demás no alcanzan esta calidad pero son para trabajos más sencillos. Una vez que el producto está fabricado e impreso va a la última sección,  que es la de corte y acabado, entonces ahí  están máquinas fabricando sacos convencionales de gran contenido; otras haciendo sobres de seguridad, con codificaciones secuenciales, para cada uno de ellos, que si lo cierras y  tratas de abrir cambian de color o saltan textos, toda una serie de medidas,  y las que confeccionan la bolsa de mensajería con impresión de calidad, cierre muy fuerte. Si sumamos todas puede hacer cerca de 50 máquinas, lo que pasa es que algunas ocupan a un solo trabajador y otras a tres.