Nuevas rutinas en los campamentos

Cristina Sancho
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Los niños que participan en campamentos de verano tienen que cumplir una serie de medidas de prevención frente a la covid y no podrán realizar actividades grupales

El protocolo incluye toma de temperatura y desinfección de manos con gel y de las suelas de los zapatos.

La nueva normalidad y la vuelta a los trabajos presenciales hace que muchas familias tengan que hacer encaje de bolillos para conciliar vida familiar y laboral ante la ausencia de familiares que puedan echar una mano. La reapertura de las guarderías para los más pequeños y los campamentos de verano para los mayores ayudan a compaginar el trabajo con la atención a los hijos. Pero este año los campamentos son menos y las restricciones más debido a la situación generada por la Covid 19. 

A finales de mayo el Ayuntamiento de Cuéllar realizó un sondeo a las familias para conocer cuántas podían estar interesadas en que sus hijos participaran en los campamentos de verano con el fin de facilitar la conciliación. De las 78 pre-inscripciones presentadas finalmente han sido entre 35 y 45 las familias que hasta el 21 de agosto llevarán a sus hijos al campamento.

La primera semana han sido 33 niños con edades comprendidas entre los 5 y los 7 años los que cada mañana han acudido al colegio de Santa Clara para iniciar las actividades. Según explica la concejala de Educación, Raquel Gilsanz, se está siguiendo un exhaustivo protocolo con los niños. Se han dividido en grupos de un máximo de 10 escolares y cada grupo cuenta con un monitor de un total de cuatro que han sido seleccionados para todo el verano. 

A la llegada al centro se les toma la temperatura, se desinfecta la suela de los zapatos en las alfombras higienizantes y las manos con el gel hidroalcoholico y cada niño deja su mochila en la silla correspondiente. A todo esto hay que sumar el uso obligatorio de la mascarilla. A partir de la segunda semana los chavales estarán acompañados por cuatro monitores más en prácticas por lo que cada grupo de niños contará con dos adultos que los atenderá. Entre las actividades que se han organizado la mayoría se realizarán al aire libre en el parque de la Huerta del Duque, en el Castillo, o en la piscina, aunque también acudirán a la sala Alfonsa de la Torre para disfrutar de proyecciones de cine. 

Para ser admitidos en el campamento, el Ayuntamiento ha requerido a las familias un certificado de empresa y un cuadrante de los horarios de trabajo de los padres, porque este año el campamento estaba enfocado a familias cuyos padres trabajan o por distintas circunstancias familiares o personales tienen dificultades para atender a sus hijos por la mañana. La situación actual hace que tampoco se desarrollen actividades grupales sino que priman las manualidades individuales, evitando juegos de contacto. 

Desde el Club Baloncesto Cuéllar también se han lanzado a organizar el tradicional campus de verano del 20 al 24 de julio con muchas restricciones como marca la normativa. Esta actividad será gratuita para los miembros del club como compensación por el parón sufrido debido a la pandemia. «Hemos decidido seguir adelante con la actividad porque entendemos que aplicando las medidas de seguridad sanitarias, no hay más riesgo que el que puedan tener en las actividades que hagan en su vida diaria», comenta Rodrigo Gómez, uno de los componentes de la junta directiva del club. Eso sí, antes de iniciar el campus en el que participarán unos 40 niños en edades comprendidas entre los 6 y los 18 años, tendrán que realizar un simulacro de actuación. 

Campus de baloncesto. Cuando los chavales lleguen al pabellón entrarán por una puerta distinta a la de salida. Tendrán que acudir a la actividad vistiendo la equipación deportiva. En la entrada se quitarán en calzado de calle para ponerse unas chanclas con las que accederán a las gradas. Cada participante del campus tendrá asignado un número con el que se marcará el material individual de cada uno y el espacio de grada donde cada uno dejará las chanclas para ponerse las zapatillas de deporte con las que accederán a la cancha.

El espacio asignado en la grada contará con una separación de dos metros ya que los chavales también estarán en este lugar sentados durante los descansos. Una vez terminada la actividad deportiva se calzarán de nuevo las chanclas y antes de salir por una puerta diferente a la de entrada se pondrán de nuevo el calzado de calle. Tanto el calzado deportivo como las chanclas se dejarán en las instalaciones durante la semana que dura el campus y cada chaval contará con su propio balón que el club les regaló esta temporada. 

Por su puesto no faltará el gel y otros desinfectantes para limpiar los materiales comunes que solo usarán los monitores, y las instalaciones y las zonas comunes se desinfectarán diariamente.  Quienes incumplan las normas serán expulsados del entrenamiento y si reiteran serán expulsados del torneo. Además cada participante firmará una declaración responsable indicando que no presenta síntomas compatibles con Covid 19 y se les tomará la temperatura en la entrada al pabellón. 

La actividad deportiva será unipersonal. Habrá un monitor por cada grupo de un máximo de 12 participantes. Primarán los ejercicios sin contacto, las series y estaciones basadas en técnicas individuales guardando la distancia interpersonal con el resto de compañeros.