El regreso del 'Alma Nostra'

A.M.
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El popular establecimiento hostelero se reubica en parte del edificio de 'La Floresta'

Gabriel Fernández, a la izquierda, junto a Roberto Correia, en el nuevo local - Foto: A.M.

Gabriel Fernández y Roberto Correia han decidido hacer la mudanza en tiempo de tribulación, rompiendo las recomendación de san Ignacio de Lozoya,  pero al mal tiempo mejor cara, en este caso manda el refranero, y sobre todo hay que cumplir  la promesa de regresar a Segovia, tras un tiempo en Portugal sondeando nuevos proyectos. 

El popular bar restaurante ‘Alma Nostra’, que cerró en la calle de San Francisco, el 23 de septiembre del año pasado, tras haber revitalizado una zona y convertirse en un fenómeno social y cultural más allá de un negocio hostelero al uso, donde mandaba un ambiente heterogéneo,  se reubica en la ciudad, aunque en un nuevo emplazamiento: en parte del antiguo Palacio de la Floresta,  dedicado a residencia universitaria,  elegido después de negociar otros locales, como la antigua ‘Casa Vizcaínos’. 

Con entrada por la calle Zuloaga, ocuparán en torno a 500 metros cuadrados, cinco veces más del espacio del que disponían anteriormente, con una amplia cocina, tres comedores, incluido uno privado, y una gran barra, aparte de una terraza en la zona alta del edificio del siglo XVI. La fecha tope de apertura se fija para el 1 de septiembre. 

La capacidad supera las 200 personas en mesas, aunque mientras que duren las medidas por la Covid-19 se reducen a sesenta.

Con el mismo sabor y filosofía que el proyecto anterior,  sus promotores explican que se trata de volver a crear «el ‘Alma’», aunque vuelve marcado por la evolución, desde el espacio a la profesionalidad y los platos. Es un paso adelante, según Gabriel Fernández, un ‘Alma+’. En total, la plantilla la conformarán nueve personas, muchas caras ya conocidas en el anterior local.

Roberto Correia anuncia novedades en la carta, aunque no faltará el bacalao y sus diversas recetas, para eso nació en Portugal, como las sardinas, plato típico del país vecino,  y las tortillas de patata,  además de los menús del día. 

No será solo un bar o un restaurante, insiste Gabriel Fernández, sino que seguirá con la tradición de organizar exposiciones y eventos culturales, también solidarios, como los conciertos benéficos de las fadistas Kátia Guerreiro o Teresinha Landeiro en el patio de la Academia de Artillería, entre otros.

«¿Cómo no vamos a volver después del cariño que nos han mostrado en Segovia?», han vuelto a repetir Gabriel y Roberto. De hecho planean encargar un mural a su amigo el artista José Luis López Saura  donde el mensaje principal sea transmitir la gratitud a todas las personas que les han apoyado, incluso, les han echado de menos porque les ha faltado un ambiente  plural que podía recordar a las buenas épocas de algunos míticos bares de grandes ciudades.