El secreto de las vidrieras

A.M.
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El documental 'Construyendo la luz', dirigido por Eliseo de Pablos, revela técnicas que se han mantenido ocultas por los antiguos maestros, fruto de la investigación de los artistas Carlos Muñoz de Pablos y sus hijos Pablo y Alfonso.

Carlos Muñoz de Pablos - Foto: D.S.

El vitralista y pintor Carlos Muñoz de Pablos (Segovia, 1938), subido en un andamio, muestra la cabeza de un hombre –a modo de ejemplo de lo que es la técnica del pintado – mientras explica como si estuviera ante un grupo de alumnos: «Una vidriera, ese vidrio tan fino, es la frontera entre el exterior y el interior, muy vulnerable a los empujes del viento o la dilatación, y debe tener la estructura muy bien calculada...». La vidriera cumple dos funciones esenciales, la arquitectónica y la iconográfica.  

Se trata de una de las secuencias del largometraje documental ficcionado ‘Construyendo la luz’, dirigido por Eliseo de Pablos, donde quien es uno de los grandes expertos en el mundo de la recuperación y fabricación de vidrieras, Premio Castilla y León de Restauración y Conservación del Patrimonio 2006, se adentra en la intrahistoria del mundo del arte vidriero, en su taller Vetraria, junto con sus hijos Pablo y Alfonso Muñoz Ruiz.

Eliseo de Pablos,  hasta hace semanas director de la Muestra de Cine Europeo Ciudad de Segovia,  revela que una de las claves del proyecto es sacar a la luz, por primera vez, los procesos de fabricación de las vidrieras, que han conllevado siempre mundos de secretismo, de alquimias y de técnicas, que pasaban de padres a hijos o de maestros a alumnos y que eran protegidos por leyes y pragmáticas que llegaron a ser secretos reales o de Estado, cuya trasgresión podía conllevar la pena de muerte. Hablamos de un oficio multidisciplinar donde intervienen siete oficios diferentes que poco po nada tienen que ver entre sí. 

Un momento de la grabación del documentalUn momento de la grabación del documental - Foto: D.S.Con un presupuesto de 180.000 euros,  de los que la Junta de Castilla yLeón subvenciona 36.000, bajo la producción de  ‘Patrimonio Inteligente’, de Valladolid, y ‘El Arte’, de Madrid,  el documental arranca con la recreación actual de una vuelta al siglo X.  En Vetraria Muñoz de Pablos se ficciona esa situación histórica: No hay pigmentos para poder fabricar o restaurar vidrieras, Muñoz de Pablos y sus dos hijos se enfrentan a tener que fabricarlos ellos mismos. 

 Entusiasmado, el director de este proyecto cinematográfico, que se presentará en el Festival de Cine de Guanajuato, en México, en el mes de mayo,  afirma a EL DÍA que los protagonistas hablan de «cómo se hacen los amarillos de plata, las grisallas, los esmaltes, todo un mundo mágico, desconocido, secretos que podía costar la vida pasarlos  a la competencia, y todos los conceptos sobre las técnicas vidrieras, desde desmontaje, cómo se montan o tipos de vidrio, es un documento único». 

Alfonso Muñoz subraya que, además de lo que se pueda avanzar en el largometraje, Vetraria quiere dejar un testimonio escrito que refleje los procedimientos de manera científica, desvelar los secretos: «Es un acto desesperado, mi padre lleva 60 años y mi hermano y yo 30 años, investigando, una labor muy solitaria, no hay con quien hablar de esto, y todo ese conocimiento se va a parar en nosotros, no tiene sentido; estamos en un momento histórico complicado  porque la vidriera ha desaparecido prácticamente de la arquitectura, hay que dejar reflejados los procedimientos de manera científica, que quede para la posteridad, aunque desaparezca en periodo medio, se podría rescatar, como ha pasado en otros momentos, como en el siglo XIX, durante el barroco, que desaparece y resurge con la investigación de muchas personas, es un arte  con unas posibilidades de expresión que son vitales». 

Alfonso Muñoz, a la izquierda, junto a Eliseo de pablos Alfonso Muñoz, a la izquierda, junto a Eliseo de pablos - Foto: Rosa BlancoSegún Alfonso Muñoz, se trabaja en dos campos de acción diferente, la restauración y la creación de obras nuevas, pero siempre ligados.  En su opinión, «es un mundo envuelto de silencio y de secreto, la restauración nos acerca a procedimientos de maestros  que nos sirven de referencia parta investigar esas formas de lenguaje y llevarlos a la  creación de obras nuevas».   

Licenciado en Bellas Artes, como su padre y su hermano Pablo –otro de sus hermanos, Rodrigo, se ha encargado de la música del documental–,  añade que  todo el trabajo que tiene que ver con la imagen necesita la elaboración de materiales que son  el origen del lenguaje en el arte ,  de ahí que sea trascendental tener los mejores materiales y que se adecúen a lo que se quiere expresar, «los vidrieron no podemos comprarlos, la industria no los elabora,  o aprendes a fabricarlos y sus sceretos o no tienes nada que hacer», matiza.   

A su proyecto, larvado a lo largo de ocho años, Eliseo de Pablos le ha añadido una serie de escenas de ficción, para que dé agilidad al largometraje y revalozarizar también a las personas que elaboran y aplican las técnicas y la labor extraordinaria que han hecho al mundo de la vidriera, que concibe como «aportaciones importantísimas a nivel mundial». 

Muchas de las imágenes se han grabado en Segovia, en los talleres de Vetraria y de Carlos Muñoz de Pablos, así como en la Catedral –que cuenta con 160 vidrieras, desde las hispanoflamencas, del siglo XVI, a las realizadas por Francisco herranz, en el siglo XVII,  o las de principios del XX de la Casa Maumejean– ,  donde se ha podido trabajar, incluso,  a  la altura de donde se encuentran instaladas.  Los protagonistas están llevando a cabo el plan de restauración de las vidrieras encargado por el cabildo. 

Además de grabarse el montaje de una vidriera a pie de suelo y de todo el proceso de creación,  se presentará el tratado de vidrieras de Herranz, vitralista y pintor, del siglo XVII,  que pintó 54 vidrieras en la Catedral, para el crucero y la cabecera, donde recoge muchos de los procedimientos perdidos, ya que realiza un manuscrito en el que se fija la técnica, además de que se  encarga otro a Juan Danis acerca de la fabricación del vidrio. En el siglo XVII la vidriera era un arte muerto, según el catedrático Víctor Nieto Alcaide.

También son escenarios la Real Fábrica de Cristales de La Granja, que realizó una gran aportación de vidrio plano y grandes espejos, en el siglo XVIII; y puntos de Ávila, Salamanca, Madrid o Palencia, para terminar grabando en Bélgica (Amberes, Bruselas y Gante) de dónde partieron los maestros vidrieros manieristas de Segovia.

 

«Un juego que nos divierte»

Además de lo que supone para Vetraria el hecho de poder dejar en un largometraje documental todos sus conocimientos e investigaciones, Alfonso Muñoz reconoce que lo pasa bien durante las grabaciones, bajo la dirección de Eliseo de Pablos, antiguo amigo de la familia: «Es un juego que nos divierte, la gente del cine es muy curiosa, aparte de que se va a contar una historia, pero lo que más me interesa es que va a reflejar una realidad desconocida e insólita porque de todos los talleres de la historia de la humanidad no queda nada reflejado en un documento así, es la primera vez que se graba, por ejemplo, como se hace una grisalla». Eliseo de Pablos entiende que esta obra puede estar presente en salas y todo tipo de  circuitos culturales, mientras que, coincidiendo con Alfonso Muñoz, apunta a que se trata de «un documento de primer nivel».  

Es una visión de la intrahistoria de la vidriera, opina el director, con especial atención a los procesos químicos que se están perdiendo, como sucediera después de Roma y Bizancio. Un homenaje a la materia que ha derivado de la solución a un problema práctico de cerramiento a una auténtica obra de arte, con recetarios antiguos, medievales y renancentistas, tomando como referencia a Paracelso, el primer alquimista.