La mascarilla resiste

S.S.
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Cuando se empieza a debatir sobre la eliminación del uso obligatorio en interiores, en Segovia el uso de los tapabocas sigue siendo mayoritario en el exterior

La mascarilla resiste - Foto: Rosa Blanco

A pesar de que hace más de un mes que se eliminó el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores para prevenir contagios parece que, por el momento, la mayoría de la población se encuentra reticente a  quitársela ya que un alto porcentaje de personas con las que nos cruzamos diariamente por la calle siguen utilizando este objeto que, por ahora, ha llegado para quedarse. 

El principal motivo: la precaución. El miedo a contagiarse por Covid-19 sigue presente a pesar del buen ritmo de vacunación en la provincia y de que la cifra de contagios se haya reducido notablemente desde que Segovia alcanzó el pico de la sexta ola de la pandemia hace más de dos meses. 

Ahora, tras dos años de pandemia, el Gobierno ha anunciado que su uso en interiores dejará de ser olbigatorio «muy pronto», siguiendo los pasos de otros países Finlandia, Reino Unido o Francia. Una decisión con la que ni todas las comunidades autónomas ni toda la población está de acuerdo. 

Paquita, Elena y María pasean por la calle Real sin quitarse la mascarilla a pesar de que haya poca gente transitando cerca de ellas. María señala que usa la mascarilla más que por miedo, porque ya se ha acostumbrado y que ya la «da igual llevarla tres meses más». Por su parte, Elena, afirma que en invierno, con el mal tiempo y al ser una época del año proclive a contagiarse por gripes o catarros, «se agradece llevarla», a lo que Paquita añade, bromeando, que «en vez de llevar una bufanda ahora se lleva la mascarilla». Las tres coinciden en que sólo se la quitan cuando necesitan respirar aire fresco y aseguran que, aunque su uso ya no fuera obligatorio en interiores, ellas la seguirían usando.

José Andrés también es una de esas personas que aún continúa llevando la mascarilla al pasear por la ciudad. «La llevo por prudencia», asegura. Él cuenta que monta en bicicleta y que ese es el único momento en el que, al aire libre, no usa la mascarilla. También se encuentra muy convencido de que, pese a que retiraran el uso obligatorio en interiores, la seguiría llevando. «Creo que usarla es bueno, no tiene nada de malo, aunque es un poco incómodo estar con ella todo el día puesta, a veces cuesta respirar así que seguramente cuando llegue el buen tiempo y, si no hay nadie, me la quite durante más tiempo para estar por la calle». Una opinión que comparte Javier, quien afirma que por el momento la lleva por prevención, exceptuando cuando realiza deporte, pero que de cara al buen tiempo se plantea, siempre y cuando no haya riesgo por aglomeraciones o mucha gente por la calle, usarla algo menos. 

Beatriz y Mónica sí que son de esas personas que ya han decidido respirar sin la mascarilla. Mónica asegura que va sin mascarilla para que la de el aire en la piel ya que la tiene sensible, pero que la lleva siempre colgada de la muñeca. De cara al verano explica que «entre quitarse la mascarilla y echarse la crema para el sol para que no la de reacción en la piel, prefiere quedarse con la mascarilla puesta». Ambas coinciden en que la seguirán usando en interiores. Beatriz revela que está más de acuerdo en que su uso sea voluntario en exteriores en vez de en interior, y explica que ella no la usa en la calle cuando no hay gente, pero que «si vas un domingo por la calle Real» la lleva puesta.