Cambios que mueven montañas

Mónica Puras (SPC)
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La conmemoración del 24 de octubre, Día Internacional contra el Cambio Climático, pone en evidencia que las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzan una cifra récord

Cambios que mueven montañas

Alimentarnos de aire puro, viento, nubes, aguas cristalinas, vegetación... Regarnos de lluvia y tempestades que remodelen nuestra identidad como sociedad...  Todo esto se antoja como bonitos sueños en esta época en que una pandemia golpea fuerte a la humanidad. Está en nuestras manos poder recuperar algo de ese patrimonio vivo que hemos ido borrando y que depende exclusivamente de nuestras buenas acciones, además, de la intervención de muchas políticas de sentido común, de esas con amor a lo propio y a la naturaleza. 

Son muchas las señales físicas de alerta: intenso calentamiento de los océanos y de la Tierra (más de un grado de media mundial), el récord del nivel del mar, el descongelamiento de los mantos de hielo en las zonas árticas y polares y los continuos fenómenos meteorológicos como tormentas, sequías, incendios e inundaciones. 

Cada 24 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Cambio Climático. Una celebración instaurada por la Organización de Naciones Unidas, que invita a todos a paliar los devastadores efectos que se están produciendo en todo el planeta. 

El secretario general de la ONU, António Guterres, hizo recientemente un nuevo llamamiento a todos los líderes mundiales para proponer planes concretos y realistas a fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 por ciento en los próximos 10 años y a cero para 2050. En su discurso, el mandatario volvió a advertir de la peligrosa amenaza que representa esta lacra y señaló los enormes beneficios que la acción climática generará, poniendo la mirada esperanzadora en que los jóvenes de hoy serán la guía hacia un nuevo futuro más ecológico.

A pesar de que en este momento existe una preocupación mundial por la COVID-19, no deben reducirse los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático. «El coronavirus es una enfermedad que esperamos que sea temporal, con impactos temporales, pero el cambio climático ha estado aquí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de acción continua», afirmó Guterres.

El mundo está muy lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Las reducciones de emisiones de carbón en el punto máximo de las medidas de confinamiento por el coronavirus alcanzaron hasta un 17 por ciento, pero ya se acercan de nuevo a los niveles previos a la pandemia y a largo plazo no tendrán mucho impacto en las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que permanecen en niveles récord.  

Un rumbo sostenible

Un siglo y medio de industrialización, junto con la tala de árboles y la utilización de ciertos métodos de cultivo, han incrementado las cantidades de gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera. A medida que la población, las economías y el nivel de vida crecen, también lo hace el nivel acumulado de emisiones de ese tipo de gases. Debido a esta acumulación, la temperatura de la tierra, que no había cambiado mucho en 10.000 años, ha aumentado significativamente en este último siglo y medio.

Si esta tendencia se mantiene, muchas especies, incluidos los humanos, no seremos capaces de adaptarnos lo suficientemente rápido como para evitar severas penurias. La tierra sigue eruptando ingentes cantidades de CO2, además de contemplar múltiples desastres en forma de sequías, inundaciones, redistribuciones geográficas, nuevas plagas y efermedades, todo ello influyendo en la salud de nuestros mares y océanos, nuestra flora y fauna. Y todo ello lleva la mano del hombre.

Son muchos aspectos de nuestras vidas los que se han visto alterados en este 2020, sobre todo, por la pandemia de coronavirus, pero el cambio climático avanza de manera implacable. Es hora de la acción y la reacción. De movilizarse y revertir todos esos impactos negativos. «Tenemos una opción: seguir como siempre, lo que conduce a más calamidades; o utilizar la recuperación del COVID-19 para brindar una oportunidad real de poner al mundo en un camino sostenible», señala Guterres.

Necesitamos investigación, ciencia, solidaridad y soluciones decisivas. Paso a paso. Granito a granito hacia un rumbo sostenible. Porque el hombre y su tacto pueden mover montañas.