Segovia acusa una crisis de suministros que aún no cesa

D. Aso
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Los costes de transporte se han disparado más, la mercancía llega tarde, escasea la oferta y la mayoría de concesionarios aún asume plazos de entrega de 4 meses o más

Hyundai no sufre demoras en los plazos de entrega y ha sido la marca con más ventas de turismos en Segovia en 2021. En la imagen, el concesionario Segohyun. - Foto: Rosa Blanco

La crisis de suministros que ralentiza la actividad de las fábricas, dispara los precios y lastra la recuperación económica, ya de por sí tocada por los vaivenes de la pandemia, sigue pegando fuerte en el arranque del nuevo año en buena parte del mundo, y Segovia está lejos de ser una excepción. La multinacional financiera Morgan Stanley publicaba a finales de 2021 un informe de balance y perspectivas en el que apunta que el mercado tiende a estabilizarse a lo largo del nuevo ejercicio pero, paradójicamente, lo cierto es que ahora mismo, si se atisba un horizonte real de mejoría, es porque «estamos muy cerca, o en el peor momento, de las cadenas de suministros», matizaba el jefe de Economía Global de esta empresa estadounidense, Seth Carpenter. Llevada la situación al símil de la curva que más atención suscita desde hace ya 22 meses largos, la de evolución de la incidencia de contagios por covid, es como cuando se acerca el pico de una ola, que supone ver cerca el inicio de la desescalada epidemiológica, pero todavía conlleva sufrir una meseta de incidencia (niveles altos aunque no sean los máximos) no exenta de riesgos de repunte.

A nivel local, tomando de referencia las mismas fuentes de la industria y el comercio consultadas por El Día entre agosto y octubre, cuando la crisis de falta de suministros ya era más que evidente y se había propagado a los negocios a pie de calle, lo cierto es que aún hoy perciben prácticamente los mismos problemas que entonces. Pero al menos no ha cobrado forma el fantasma de las estanterías vacías a ojos del cliente, independientemente de que se vea menos variedad. 

Sigue costando encontrar materia prima y se adquiere a precios disparados. Escasean ciertas marcas o modelos de ordenadores, impresoras, teléfonos móviles y electrodomésticos, afectados sobre todo por los problemas de suministro de semiconductores o microchips. Y en el sector automovilístico, especialmente perjudicado, los plazos de entrega de coches nuevos aún desesperan a la mayoría de concesionarios al ver cómo se alargan hasta cuatro meses, seis o incluso más, contrayendo a su vez el mercado de ocasión, en el que los precios se han disparado por su limitada oferta y el aumento de una demanda que busca coches con pocos años como alternativa a los nuevos. 

Acero, madera, vidrio, plástico o cartón son algunos de los suministros que todavía no llegan a la industria provincial en la cantidad necesaria o tardan más de lo habitual; y cuando llegan, es a costa de digerir precios inflados en origen que se han disparado aún más por el coste del transporte, afectado también por la subida del petróleo. «La situación sigue más o menos igual, y además ahora está el problema que se divisa en el horizonte sobre qué pasará si ómicron afecta en China como en Europa y sus cadenas de suministros se ven afectadas por las bajas laborales», avisa el presidente de la Federación Empresarial Segoviana, Andrés Ortega. No en vano, ya en agosto advertía que el coste de transportar un contenedor estándar del puerto de Shanghai al de Valencia (escala habitual de empresas segovianas) se había disparado de los 1.200-1.500 euros antes de la covid a unos 12.000; y ahora resulta entre difícil e imposible encontrar un operador logístico integral que cobre menos de 14.000-16.000 euros.

La construcción también continúa acusando el desabastecimiento y la consecuente escalada de precios. Desde el hierro o la ferralla, fundamental en la estructura de los edificios, hasta los perfiles de chapa en los tabiques de pladur o el PVC de los desagües de precios. Falta de casi todo o se paga muy caro, de ahí que una empresa segoviana de suministros de construcción remitiera a sus clientes la semana pasada, sin ir más lejos, una comunicación con la que daba por anulados todos los presupuestos que tenía pendientes de facturar en esos momentos por las fuertes subidas que se siguen sufriendo. 

Claro que por la parte comercial ya se temía un desabastecimiento en vísperas de la campaña navideña que al final no se ha producido, aunque la oferta no fuera tan diversa y no siempre se recibiera en las condiciones deseadas de plazos y precios. «Aunque algunos artículos falten, sobre todo por el tema de los chips, que lleva más tiempo y tiene peor solución, el problema no ha sido tan grande como se esperaba en cuanto a que las cosas van llegando, pero tarde y más caras», apunta el presidente de Fecose (Fomento de Empresas de Comercio Segoviano), Roberto Manso. Una visión general relativamente positiva sin dejar de ser consciente de que «en tiendas especializadas sigue habiendo verdaderos problemas».

En alimentación, por ejemplo, «si no llegan productos de un sitio se traen de otro»; y el mercado textil tiene la ventaja de que los artículos de temporada se compran con bastante antelación, de ahí que el problema «no sea tan grave» en el comercio más habitual, según Manso. Pero una proveedora local de repuestos de neumáticos lleva meses esperando unos de tractor con unas medidas muy específicas.

ELECTRODOMÉSTICOS. «Con los electrodomésticos estamos prácticamente igual que hace unos meses», coincide en señalar Javier Rodríguez desde su tienda de Nava de la Asunción, Electronava Expert. «Hay cosas que llegan tarde, otras que siguen faltando… Tengo un lavavajillas que me marca el 28 de agosto como fecha de entrega, y otros productos incluso sin fecha prevista de fabricación. Pero bueno que nadie piense que no se da servicio, que producto hay para entregar ya o en pocas semanas porque de alguna manera terminas encontrando alguna solución, aunque estamos acostumbrados a tener de todo en poco tiempo y ahora no es así».

Las curvas de suministro sobrevienen cuando toca buscar algo muy concreto. «Los lavavajillas son de las cosas que no están entrando o hay poca variedad. Los normales sí que van llegando más, pero alguien que busque por ejemplo uno de 45 (centímetros) en blanco, de gama baja para segundas viviendas o pequeñas reformas… En los últimos meses hemos recibido de Teka, Zanussi o Balay, pero ahora mismo no hay prácticamente nada, y digo ese modelo de ese producto porque coincide que lo estamos buscando, pero hay otros igual». Pasa también con los frigoríficos, «que si lo necesitas de 1,80 de alto y 70 de ancho, igual antes tenías 30 modelos y ahora mismo te cuesta encontrar dos o tres».

De lavadoras sí llegan más opciones y tampoco se percibe especial problema en la gama PAE (pequeños electrodomésticos como cafeteras, tostadoras o secadores de pelo), donde la oferta sigue siendo diversa aunque se haya contraído.

COCHES. Poco movimiento sigue habiendo en los concesionarios de Segovia, que acaban de cerrar un año de mínimos. A nivel nacional, las matriculaciones de turismos y todoterrenos nuevos subieron un 1% en 2021 respecto al año anterior, pero en la provincia volvieron a caer casi un 15%, y hasta un 32% en comparación con el último año completo sin pandemia, 2019. La situación económica no ayuda precisamente, pero aún menos la crisis de microchips, que ha ralentizado los plazos de entrega, sobre todo, en el caso de los fabricantes que no son asiáticos, con unas esperas de seis meses o incluso más que ahora se confía en empezar a reducir. 

«Pocos coches y pocos clientes», resume a El Día el director del concesionario de Renault y Nissan Peñalara Auto, Juan Ignacio Martín. «Lo que sí nos han dicho los fabricantes es que este año podremos disponer de un 20% más de coches, lo cual todavía será claramente insuficiente, aunque algo es algo; y sí parece que algo se pueden recortar los plazos de entrega: estábamos en seis meses y ahora en cuatro, que no deja de ser mucho tiempo, pero ciertos modelos se pueden entregar en un mes».

Tal y como explica Martín, «Renault concentra el inventario de chips para fabricar ciertos vehículos lo antes posible, y lo que se consigue así es sacar algunos muy equipados a precios muy buenos con plazos de entrega cortos». Ese sería el caso del Captur Fast Track, «que se da en un mes» tanto en versión gasolina como en las de híbrido o híbrido enchufable, con una horquilla de precios que va de 19.000 a 28.000 euros. «Pero si nos salimos de esto nos vamos a plazos más largos», de ahí que aconseje al comprador que «si necesita coche nuevo con urgencia se adapte a lo que hay en el mercado».

Entretanto, Jacobo Núñez, gerente de Ford Autoinsa, no oculta su frustración al ver que los plazos de cuatro meses que les dieron en fábrica en torno al mes de septiembre no se están cumpliendo con entregas que deberían haberse producido ya. «Con los turismos sufrimos menos porque la gente sabe los problemas que está habiendo, está más concienciada al ver que recibe el mismo mensaje en todas partes y está más dispuesta a esperar. Pero el problema es mayor con los vehículos comerciales, ya que se suelen necesitar con más urgencia», reconoce. Así que la situación «sigue siendo un poco delicada».

Nuñez advierte además que la situación afecta especialmente al mercado de ocasión, donde la demanda de coches se ha incrementado, sobre todo, entre los que tienen pocos años y kilómetros, pero la oferta no ha hecho más que menguar porque un comprador, lógicamente, no suele entregar su coche viejo hasta que no recibe el nuevo. Y si la demanda sube mientras la oferta se reduce, la primera consecuencia sale sola: precios disparados.

Después está el problema añadido que provocan los plazos largos de entrega por tasaciones de vehículos viejos que, cuatro meses después o más, se quedan desfasadas por la pérdida de valor que conlleva haber tenido que hacer kilómetros extra en ese tiempo y exponerse a un deterioro creciente. Y mientras cae la venta de coches nuevos, por otro lado sube la facturación en postventa gracias a la demanda creciente de reparaciones.

No obstante, igual que pasa en el concesionario de Renault y Nissan, el de Ford también cuenta con ciertos modelos en los que se centra el fabricante para asegurar plazos de entrega más cortos, caso del Kuga Theft o del Mustang Mach-E. «Con los más convencionales, Puma y Focus, estamos teniendo más problemas, pero ahora mismo hay algo de stock de Focus», matiza. 

Algún brote verde puede ver Autoinsa en todo caso en la venta de motos Yamaha, sección que esperaba haber iniciado al inicio de 2021 y que no pudo poner en marcha hasta el verano por una falta de oferta que comercializar que ya está empezando a dejar de producirse. «Hace sólo unos días que hemos podido entregar una moto que nos compraron en agosto, y resulta que si la pidiéramos ahora, podríamos tenerla aquí a mediados de febrero, así que bueno, a ver si esto es señal de no sólo esto, sino todo, empieza a mejorar».

CONCESIONARIOS ASIÁTICOS SIN DEMORA. Ni siquiera en Hyundai se dan por satisfechos con los resultados de 2021 y las previsiones para 2022, a pesar de que se han situado como la marca más vendida en Segovia durante el año pasado, tal y como anticipaba El Día en noviembre, cuando ya se veía cómo los concesionarios de coches asiáticos sufrían menos demoras en las entregas y ganaban cuota de mercado. No en vano, la producción de microchips depende mayoritariamente de Asia.

«Hemos sido los primeros porque alguien tiene que serlo, pero nos hemos quedado en 142 unidades vendidas, cuando antes de la pandemia llegaban a ser más de 200 por año», advierte el gerente de Segohyun, Luis Alberto Lobo. «Nosotros disponemos de casi de todo con plazos de entrega en 15 días, así que no hemos tenido problema con eso, aunque se han quitado del 'menú' algunos modelos minoritarios; y luego está el problema de que mucha gente nos pregunta por versiones diésel y el fabricante ya provee muy pocos».

En este contexto, tal vez lo peor no esté en los pobres resultados de ventas del sector en 2021 o en el mal inicio de 2022, ya que además enero suele ser el peor mes de cada ejercicio. Cuesta más digerir que 2021 haya venido precedido de otro año malo, como ya lo fue 2020, y sobre todo, que las patronales del sector temen que los problemas persistan.

Según la patronal Ganvam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios), «todo apunta a que la escasez de semiconductores se va a prolongar durante este ejercicio, al que además le sumaremos la falta de voluntad política para neutralizar el impuesto de matriculación (este mes ha subido unos 1.000 euros); un escenario que nos hace fiar la recuperación a 2023». Una previsión que, si se cumple, conllevará también malas noticias para otros sectores, teniendo en cuenta que la escasez de microchips afecta a cualquier aparato electrónico.