Pagola, salvado

A.M.
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El propietario de un inmueble del movimiento de la arquitectura moderna de 1941 rechaza derribarlo, pese a estar autorizado, y opta por su rehabilitación

Pancarta colocada en la fachada del inmueble proyectado por Pagola - Foto: Rosa Blanco

Tras una campaña en defensa de un edificio proyectado por el arquitecto Silvestre Manuel Pagola (Bilbao, 1892-Segovia,1943) en la Plaza de Santa Eulalia, que representó el racionalismo, a veces con ciertas licencias hacia un lenguaje más expresivo, propio de la arquitectura del movimiento moderno, se ha salvado de la piqueta por decisión de su propietario Guillermo Minguela García, que contaba ya con la correspondiente licencia de derribo, respaldada por la Comisión de Patrimonio.  

Al no estar protegido por el Plan Especial de Áreas Históricas (Pehais) –ni recibir alegaciones al respecto–, como otros edificios más emblemáticos proyectados por quien fuera arquitecto municipal, en 1923, como los ubicados en la calle de San Francisco, la Plaza de la Rubia o el chalé de la antigua fábrica de Anís Castellana, sede de la Fundación Nicomedes García, se otorgó la licencia lo que llevó a los arquitectos Carlota González y Darío Núñez, apoyados por el Colegio Profesional,  a encabezar el movimiento #SOSPagola, en defensa de este edificio, integrado en el movimiento de arquitectura moderna de la época, de 1941, que convive en una plaza histórica mejor que otros próximos.

La propiedad ha dejado claro su cambio de criterio, aún contando con los permisos para el derribo, colocando en el inmueble una gran pancarta en la que se lee. «Este  edificio ha sido adquirido para su rehabilitación». 

proyecto. Dario Ñúñez considera positiva la nueva postura del promotor, «tanto para el propietario como para la ciudad, con el fin de mantener los valores arquitectónicos, en una filosofía más medioambiental y de sostenibilidad, aparte de su patrimonio histórico, lo que va con el momento actual de la arquitectura». 

El futuro proyecto de rehabilitación, que aún no ha sido presentado al Ayuntamiento para la tramitación de la licencia, que elabora el arquitecto Diego SanIsidro, mantiene la configuración volumétrica, de huecos, de fachada y el toque de racionalismo diseñado por Pagola con el vuelo y la fachada curva. 

El técnico añade a este periódico que «interiormente hay que cumplir una normativa, no solo de eficiencia energética de sostenibilidad sino necesidades del propio promotor y, evidentemente, estructurales, es en lo que se trabajamos». El uso pretende ser residencial, como lo fue antes, con el bajo comercial que existía.  

Diego San Isidro, vocal de la actual junta directiva de la demarcación en Segovia del Colegio de Arquitectos de Castilla yLeón Este,  entiende que en los temas de urbanismo siempre habrá diversidad de opiniones y, en este sentido, ha favorecido que se haya mostrado una sensibilización hacia la construcción de un arquitecto que tuvo cierta importancia en la ciudad, consiguiendo que se lleve a cabo su rehabilitación porque permite que no desaparezca y, al final, quede solo en un libro, sino que se pueda seguir disfrutando. 

Este arquitecto añade que «la sensibilización de la propiedad ha entendido que es necesaria una intervención global, estudiando todas y cada una de las particularidades del edificio, intentando rebobinar en cómo se proyectó para seguir manteniéndolas y seguramente, aunque no es un camino fácil, puede que sea el más acertado».

Núñez recuerda que su propósito era «intentar sensibilizar en que la solución no siempre es tirar sino que se pudiera dar un contenido al inmueble manteniendo la filosofía de Pagola cuando hizo un proyecto en una plaza de la importancia como la de Santa Eulalia».