"Que una persona pueda morir sola te parte el alma"

David Aso
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Entrevista a la directora de Enfermería de Atención Especializada en el hospital de Segovia, María José Uñón.

María José Uñón, directora de Enfermería de Atención Especializada del hospital de Segovia, en la puerta de su despacho. - Foto: Rosa Blanco

Con 21 años acabó la carrera de Enfermería. Se formó en el Puerta de Hierro, pasó por otros hospitales de Madrid y también por el Policlínico antes de entrar en el Complejo Asistencial de Segovia, donde ya lleva más de dos décadas. El pasado otoño asumió la Dirección de Enfermería de Atención Especializada y está viviendo en primera línea la mayor emergencia sanitaria que ha sufrido Segovia (y España) en un siglo. 

Sale de casa poco después de las 7 de la mañana, no vuelve hasta bien entrada la tarde o ya de noche y no descansa un día desde antes de que se desatara la pandemia. «Yo creo que hasta que no estemos más ‘relajados’ mi obligación es estar ahí», afirma durante su entrevista con El Día.

También es la presidenta del Colegio de Enfermería de Segovia y como tal difundió un artículo de opinión el 10 de abril donde, entre otras cosas, advertía de que «los altos cargos a nivel central conocían cómo estaba la situación y no se actuó con el tiempo suficiente»; o que «faltó ayuda en los momentos más críticos», cuando el hospital se desbordaba a finales de marzo al soportar hasta 78 ingresos en un solo día. El artículo lo escribió de madrugada.

La presión asistencial se ha reducido en las últimas semanas. De un pico de 342 pacientes ingresados se ha pasado a menos de 130, pero allí no bajan la guardia. «Es verdad que ahora estamos teniendo menos ingresos y más altas por día. Después de haber estado muy por encima del 100% de ocupación y reinventarnos todos los días para hacer de nuestro hospital uno más grande, para atender a los pacientes de Segovia y a otros que no eran de aquí, que nos ha tocado también, ahora estamos respirando», admite. «Ninguna provincia de Castilla y León ha tenido que soportar tanta presión y ahí están los datos del Portal de Transparencia (de la Junta) para verlo». Sin embargo, «eso no quiere decir que no estemos con la alerta porque la incorporación de tantas personas al trabajo (desde el 13 de abril) nos tiene asustados. Yo al menos lo estoy porque no sabemos si vamos a tener un repunte y cuándo».


De momento es un hecho que el Estado de Alarma se prolongará hasta el 10 de mayo, pero va para más largo con la previsión de un levantamiento de restricciones que será escalonado. ¿Cuánto cree que se puede prolongar esto y cuánto podrán aguantar en el hospital?

Yo es que lo veo para largo, sí, junio o más. Y nosotros bueno, es verdad que como la presión asistencial ha bajado la gente podrá descansar algo más. Al ritmo en que hemos estado en los peores momentos desde luego que no se podría aguantar porque la gente está agotada y debemos ingeniárnoslas para dar descansos.

¿Están preparados para un rebrote tras el verano, suponiendo que lo haya, tal y como se teme?
Estamos pensando en cómo se podría afrontar un rebrote porque el virus no se va a erradicar, evidentemente. Es algo que estamos aprendiendo todos los días, igual que en su día nos dijeron que esto era como una gripe y ya vimos que no es así, que afecta de muchísimas maneras distintas. Puede ser de una manera leve o muy grave, y como hemos visto por desgracia, se lleva muchas vidas por delante. Entonces es algo que tenemos en mente, que cuando pase el verano y empiece otra vez el frío puede haber un repunte importante y tenemos que estar preparados.

¿Qué lecciones han aprendido en lo que va de emergencia sanitaria?

La más importante es que trabajar en equipo es fundamental, siempre lo he tenido claro pero es que es necesario. En la sociedad en la que vivimos yo creo que nadie estaba preparado para una emergencia sanitaria como ésta y hay que estarlo, tener alternativas y ver cómo podemos afrontar diferentes tipos de emergencia. En este caso ha sido una pandemia, pero en el futuro puede ser otra cosa. Es verdad que este equipo directivo es muy reciente (oficialmente no se presentó hasta el 3 de diciembre), llevamos poco en la gestión y nos ha tocado enfrentarnos a esto, pero gracias al trabajo de todos lo estamos sacando adelante. Y está clarísimo que también gracias al trabajo de toda Segovia. Por lo demás, todo es aún muy reciente, de un día para otro tuvimos que ir abriendo unas zonas y otras del hospital e intentamos analizar todo esto ahora, cada vez que nos reunimos.

En cuestión de días tuvieron que habilitar el gimnasio, el salón de actos, la cafetería…
Creo que ha salido bien porque, teniendo pacientes sufriendo insuficiencias respiratorias tan importantes, tenerlos vigilados de forma directa es fundamental. Mejor que en un hospital de campaña (sin personal suficiente para asignarlo a ese espacio de forma permanente). 

Para verles de inmediato porque un minuto más puede ser fatal, claro…

Sí, es que por el aislamiento están solos en las habitaciones, sin familiares, y debes mantener una vigilancia muy estrecha. 

La capacidad para habilitar espacios comunes no estaba en ningún protocolo, es una lección aprendida.
La gente sabe muy bien lo que tiene que hacer en determinados momentos y eso es muy importante. El personal de mantenimiento ha trabajado fenomenal para habilitar esos espacios y luego también ha habido otras muchas cosas. Si me pongo a hablar no acabo sobre el trabajo de la gente de limpieza, lavandería, cocina… Todos. En microbiología para las pruebas de la PCR (diagnóstico convencional), los administrativos, celadores, personal de seguridad… Es que parece que siempre se habla de personal sanitario, de médicos y enfermeras, pero de verdad que esto ha sido trabajo de todos. 

En nuestra memoria identificamos recuerdos con imágenes o escenas concretas que representan cada vivencia que nos marca… ¿Qué le va a quedar en positivo para siempre de todo esto, dentro del drama?

Me quedo con cada momento en que alguien se va con el alta, emociona. Me emociono mucho y te dices ‘el trabajo merece la pena’. O cada vez que una persona sale de la UVI. Luego están los aplausos a las ocho, cuando viene la Policía, o los de Correos… Aunque también tenemos momentos muy tristes. 

Esa era la siguiente pregunta, ¿cuáles son los peores que le quedarán?

Los fallecimientos de la gente, cada pérdida… Ha habido momentos en que han sido uno tras otro. Que una persona llegue a morir sola en su habitación, a mí como enfermera me parte el alma. 

Al final es que ustedes, las enfermeras, suelen ser junto con los médicos los únicos intermediarios de los pacientes con sus familias debido al aislamiento…

Cuando los compañeros (médicos) tienen que llamar y decir a un familiar que se ha muerto su padre, su madre, su hermano… eso para ellos es muy doloroso. A veces la gente hace determinados juicios de valor y es muy triste porque lo que está sufriendo el personal sanitario es muy duro y va a dejar una huella, una cicatriz, que quedará para siempre.

La situación se ha venido repitiendo una y otra vez (ya van más de 170 personas fallecidas por coronavirus en el hospital desde el 13 de marzo).

Ha habido días de locura. También por los ingresos porque hemos llegado a tener 78 en un solo día.

¿Cómo se preparan psicológicamente para soportar esto? Porque antes no lo estarían...

Creo que para esto no estamos preparados psicológicamente ninguno; en un país desarrollado, la sociedad no lo está. El equipo de psiquiatría ha hecho un protocolo de asistencia a profesionales y se ha puesto a disposición del que lo necesite. Ahora estamos todos aguantando, pero cuando pase todo esto sí que se va a necesitar ayuda.

¿De ahí también el temor a un rebrote, ya sea por la vuelta al trabajo o incluso más adelante, después del verano? Ante una primera embestida del virus quizá sea más fácil sacar fuerzas de donde uno creía no tener, pero sentir que remite la presión, ver luz y de repente otra vez…

Claro, yo personalmente tengo miedo porque nos pillaría más cansados. También a lo mejor con cosas aprendidas de cómo podemos hacer circuitos (protocolos nuevos y habilitación de espacios comunes) porque hemos tenido que aprender todo sobre la marcha, trabajando de día en día, de hora en hora. Pero ya vendría todo con mucha carga y presión que está aguantando la gente. Es verdad que ves que todos los compañeros se ponen sus carteles de ‘venga, podemos con ello’, compañeros que se han grabado animándose y para animar a la población... Entre unos y otros nos vamos animando, pero también tenemos nuestros momentos, a lo mejor más en solitario, en los que igual te permites soltar esa lágrima.

Como presidenta del Colegio de Enfermería firmó un artículo de opinión en el que no eludía opiniones críticas sobre la gestión de la emergencia sanitaria. «Los altos cargos a nivel central conocían cómo estaba la situación y no se actuó con el tiempo suficiente», y también escribió que faltó ayuda «en los momentos más críticos».

Yo creo que esto se ha sabido desde el principio (el primer caso de Segovia se registró ya a finales de febrero), otra cosa es que no lo quisieran ver. Desde aquí hemos ido diciendo todos los días cómo estaba Segovia, todos. Se dan datos a la Consejería y al Ministerio de Sanidad. El Ministerio tiene nuestros datos a diario así que bueno, se sabía. Pedimos ayuda y esa ayuda llegó tarde, cuando ya había pasado lo peor. El momento crítico lo hemos soportado nosotros solos.

¿Qué lección vamos a llevarnos de esto no sólo las enfermeras y los sanitarios en general, sino todos? 

Pues que nunca hay un enemigo pequeño, aunque sea invisible. Y que Segovia será muy pequeña, pero también muy grande.