El gasóleo para la calefacción lidera la subida de precios

David Aso
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Llenar la caldera para un mes frío vale ya unos 200 euros más que hace dos semanas, y entre 11 y 16 más el depósito del coche · Los supermercados registran drásticas subidas del 20 al 40% que no sólo afectan al aceite de girasol

Un empleado de Gasóleos La Sierra llena el depósito de una caldera en una vivienda de La Lastrilla. - Foto: Rosa Blanco

La escalada general de precios que se viene sufriendo sobre todo desde mediados de 2021 (un 8,4% en un año y más de un 6% desde julio) se ha disparado aún más en los últimos días y ya se extiende a casi todos los productos de la cesta de la compra, a pesar de que los únicos que guardan relación directa realmente con la invasión rusa de Ucrania son los alimentos derivados del cereal y el aceite de girasol, aparte de los carburantes, la luz o el gas. Sólo faltaba el temor al desabastecimiento, el acopio desmedido y el racionamiento fijado por la mayoría de supermercados precisamente para el aceite de girasol (máximo dos, tres o cinco litros por cliente y día), lo cual ha agudizado la psicosis, mientras se encarecía casi un 40% en apenas una semana. En cifras redondas, de menos de 1,8 a 2,5 euros o incluso más, situándose al nivel del de orujo de oliva, dado que ya acumulaba una subida previa superior al 30%, aunque escalonada a lo largo del último año. Y los estantes, vacíos o semivacíos de aceite de girasol, en buena medida, también por cómo ha reaccionado el cliente al ver los carteles con la limitación impuesta: «Si me dejan llevarme dos litros, tres o cinco, esos que me llevo en lugar de uno», podría resumirse. Los súper, mientras, matizan que con esta restricción sólo pretendían evitar que no les dé tiempo a reponer, porque lo que es un desabastecimiento real, no se prevé a corto plazo.

En los huevos se perciben subidas de más del 15% durante esta semana (de 1,55 a 1,80 euros una docena de tamaño L en un súper de Ezequiel González, por ejemplo). Pero es que un bote de pasta de dientes para niños, por ejemplo, estaba el pasado lunes a 1,55 euros en una popular cadena con varias tiendas en Segovia, y de golpe pasó a costar 1,95 desde el martes (+25,8%). Y en otra,un paquete de pañales que la semana pasada costaba 19,09 ha subido a 19.45, evidenciando el contagio de casi toda la cesta de la compra y no sólo de buena parte de la sección de alimentación, donde se han producido subidas del 15 al 30% en numerosas referencias durante estas semanas.

El mayor impacto económico del conflicto bélico se está viendo con especial claridad y máxima inquietud en los carburantes desde el mismo día en que empezó el ataque (24 de febrero), con el agravante de que estos ya llevaban desde finales de enero en máximos históricos. Ni siguiera habían dejado de subir aún, pero a un ritmo de uno o dos céntimos por semana, mientras que en las dos últimas ha llegado a haber incrementos de casi 10 en un solo día, un ritmo nunca visto que tampoco se sabe cuándo parará ni dónde está su techo. 

Aunque no se prevé desabastecimiento a corto plazo, el acopio de aceite de girasol es tan alto que los súper no alcanzan a reponer.Aunque no se prevé desabastecimiento a corto plazo, el acopio de aceite de girasol es tan alto que los súper no alcanzan a reponer. - Foto: Rosa BlancoSegún los datos más recientes publicados por el Gobierno hasta el jueves (actualizados a miércoles 9), en dos semanas, el litro de gasóleo A ha subido una media de 29 céntimos (+19,32%) hasta sumar 1,797 euros, y ya oscilaba de 1,678 en la estación más barata a 1,969 en la más cara. La gasolina 95, por su parte, 23 céntimos extra (+14,36%) para alcanzar 1,85 de media, con una horquilla de 1,759 a 1,992 euros; y la gasolina 98, 20 céntimos más (11,58%), poniéndose así en 1,974, sin olvidar que ese es el coste medio. De hecho, este jueves ya estaba por encima de los 2 euros en 11 de las 38 gasolineras de la provincia, y a 2,09 en las más caras.

De esta forma, el sobrecoste de llenar un depósito (55 litros de media) con gasolina 95 asciende a 13 euros en comparación con su precio de hace dos semanas; 16 con gasóleo A; y 11 con gasolina 98.

GASÓLEO B. Aún más grande ha sido la subida del gasóleo B o agrícola, que este jueves se situaba en 1,443 euros por litro, 35 céntimos más (+32,5%) que hace dos semanas. El caso de este último combustible resulta además especialmente preocupante no sólo por su impacto sobre el sector primario, que también, sino por cómo afecta a las miles de viviendas de Segovia que se calientan con gasóleo; mayoritariamente con el B, que es el que hoy en día sirven casi todos los distribuidores, pese a ser el C el que lleva la coletilla 'de calefacción'. Este último tiene más poder calorífico, pero eleva los costes de mantenimiento y el riesgo de averías por dejar más residuos en la caldera.

El gasóleo para la calefacción lidera la subida de preciosEl gasóleo para la calefacción lidera la subida de preciosHace un año, el litro de gasóleo B para calefacción se pagaba en Segovia a unos 70 céntimos con costes de distribución a domicilio incluidos; en diciembre de 2021 superó los 90; poco antes del ataque ruso a Ucrania se puso por encima del euro, marcando así máximos históricos; y desde entonces lidera la escalada, hasta el punto de que ha llegado a sufrir incrementos incluso por encima de 10 céntimos de un día para otro. Así se puso el miércoles de la semana pasada a 1,15 euros por litro; el miércoles de ésta, a 1,55, y este jueves, en torno a 1,65.

El gasóleo B para calefacción se ha puesto así a más del doble de su precio de hace un año (los citados 0,70), y llenar una caldera doméstica, que suele tener unos 750 litros de capacidad y en marzo de 2021 salía por 525 euros, superaba este jueves los 1.200; más de 400 por encima de lo que habría costado hace dos semanas, cuando ver facturas de casi 800 euros por tal repostaje ya era histórico. De hecho, tomando de referencia el consumo medio de un hogar, que en invierno suele ser de 10 a 12 litros por día, la factura de un mes al precio actual supone entre 495 y 594 euros, entre 180 y 216 euros más que hace dos semanas (frente a 315-378 ).

«El consumidor ya no aguanta estos precios», reconoce el presidente de la Asociación de Distribuidores de Gasóleo, Pablo Sousa. «Ahora mismo estamos vendiendo mucho por miedo», por quienes encajan la subida de hoy como un mal menor en comparación con lo que pueda venir mañana; pero también destaca que ahora se hacen repostajes más pequeños de lo habitual, con el sobrecoste que eso supone para las empresas, que hacen más viajes, y gastan más en transporte, para facturar menos y «con márgenes comerciales reducidos al mínimo».

«Ves auténticos dramas, pero lo único que podemos hacer es reducir los márgenes a la mínima expresión, como ya estamos haciendo», coincide en añadir David Martín, de Gasóleos Martín. «Al final dependemos de las compañías petrolíferas, y lo que peor sabe es pensar que habrá que ver cuánto baja cuando todo esto pase», critica.

«Lo estamos pasando muy mal», afirma Rubén Álvarez, encargado de Gasóleos San Medel. «Siendo una empresa familiar, llegar a casas de clientes de toda la vida, en muchos casos personas mayores con pensiones de 700 euros, y darles una factura de 1.000 por el gasóleo... El otro día me vino un chófer que me contaba cómo se le saltaban las lágrimas al dar una factura a una mujer».

Ese está siendo el mayor drama, de ahí que empresas como Gasóleos La Sierra, por ejemplo, haya decidido dar opción de fraccionar los pagos en tres, seis o doce meses «y al cero por ciento de interés», destaca Francisco Arribas. «La gente está reaccionando muy mal porque esto no hay quien lo aguante, así que intentamos echar un cable», apunta.

Entretanto, en paralelo, prosigue la escalada de la luz y el gas natural, con compañías que duplican precios al cliente cuando toca renovar contrato y condiciones. Y la gran duda, qué parte de esta subida habrá venido para quedarse aunque un día cese una salvaje escalada de precios que ya es histórica.