No se puede decretar un toque de queda sin que haya estado de alarma». Insistía e insistía en este argumento una de las algo más de una decena de personas que se rebelaron el pasado sábado en el Azoguejo contra la entrada en vigor del toque de queda que había decretado unas horas antes la Junta de Castilla y León. Y no le faltaba razón a ese indignado, ya que el Tribunal Superior de Justicia no avaló las medidas adoptadas por la Administración autonómica, que verá cómo se quedan sin tramitar esas 12 denuncias que la Policía Local formuló contra quienes se apostaron a los pies del Acueducto hasta casi las diez y media de la noche. «Son nulas de pleno derecho», coinciden los expertos.
Los que ya fueran ‘cazados’ incumpliendo el toque de queda a partir del domingo no tendrán tanta suerte. La Subdelegación del Gobierno en Segovia no ofrecerá datos de denuncias hasta el cierre de la semana, pero fuentes de este organismo aseguran que en nuestra provincia «la tónica es la tranquilidad y los incumplimientos son puntuales». Un balance que comparte la Policía Local de Segovia, que además constata un descenso notable de las intervenciones en pisos por fiestas. «Me temía que iba a ser peor, pero la tónica general es que se está cumpliendo el toque de queda y ya el sábado bajaron sensiblemente las llamadas a Policía Local por ruidos en viviendas y estas cosas», destaca la concejala de Seguridad, Raquel de Frutos.
Segovia despidió la ‘nueva normalidad’ con un reguero de denuncias, entre ellas 21 a otros tantos jóvenes que fueron descubiertos cuando celebraban una fiesta el pasado viernes en un garaje comunitario de la calle de Los Coches. Estaban sin mascarilla, pero además se habían saltado la prohibición de no reunirse más de seis personas. El régimen sancionador específico de la Junta de Castilla y León ante la Covid-19 considera una infracción grave la celebración de fiestas de más de 15 personas y menos de 150, sean de carácter privado o abierto al público, en las que se produzcan aglomeraciones que impidan o dificulten la adopción de las medidas sanitarias de prevención y produzcan un riesgo o daño grave para la salud de la población. Aun así algunos de esos que fueron ‘pillados’ por la Policía Local decidieron trasladarse después a un piso, según reveló la edil de Seguridad.
A la espera de lo que ocurra este fin de semana parece que la declaración del estado de alarma sí que ha servido para rebajar la intensidad de las fiestas nocturnas, aunque el intendente jefe de la Policía Local, Julio Rodríguez Fuentetaja, sitúa en la limitación de las reuniones a seis personas el punto de inflexión. «Desde aquel momento han bajado mucho. Seguimos recibiendo llamadas por ruidos pero son más por el volumen de la música o de la tele del vecino», indica
Tampoco tiene el dato de cuántas denuncias se han formulado en Segovia por incumplimientos del toque de queda, pero asegura que «las noches están siendo tranquilas». «Ahora las denuncias se están produciendo más por las tardes. Por no llevar mascarilla, por botellones...», remarca. Este pasado miércoles sin ir más lejos los agentes municipales tuvieron que intervenir en sendos botellones que se estaban celebrando en el entorno de los Zuloagas y en el barrio de San Lorenzo, tal y como confirma el intendente jefe de la Policía Local. Puede ser la nueve moda: beber en la calle antes de ir a las diez a casa.