La peor faena de los toros del marqués

S.S.
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Los ayuntamientos de los municipios cercanos a la ganadería del Marqués de Quintanar le reclaman que cumpla las medidas de seguridad para evitar las continuas fugas de reses bravas

Uno de los tramos del vallado por el que se escapa el ganado. Al fondo, las reses bravas del Marqués de Quintanar - Foto: Rosa Blanco

Los responsables de los ayuntamientos de Adrada de Pirón, Cabañas de Polendos, Espirdo y Brieva se han reunido para buscar una solución a las fugas recurrentes de reses bravas de la ganadería del Marqués de Quintanar. El último de estos episodios tuvo lugar el 15 de febrero con la fuga de tres reses, pero tan sólo unos días antes se escapaban casi medio centenar de cabezas de ganado que mantuvieron en vilo a los vecinos durante más de cien horas. 

El problema comenzó el miércoles, 8 de febrero, cuando uno de los responsables de la ganadería comunicaba a las alcaldesas de Brieva y Espirdo, María del Pilar Martín y María del Socorro Cuesta respectivamente, el traslado de un grupo de reses de un lado a otro de la carretera entre La Higuera (uno de los núcleos de Espirdo) y Brieva. 

La alcaldesa de Brieva señala que, en el momento en el que se produjo la comunicación, le hizo constar al responsable de que para ese movimiento de cabezas de ganado debía de contar con una serie de permisos. 

«No pudieron controlar el traslado», lamenta Martín. Fue entonces cuando se produjo la fuga de entre 45 y 50 reses bravas, sin saber con exactitud el número de animales que escaparon. «El traslado era muy sencillo, según decía el responsable; pero no lo fue tanto porque el ganado se escapó. Y no estamos hablando de un ganado cualquiera, es bravo», señala la alcaldesa de Espirdo.

Con la ayuda de la Guardia Civil, Seprona, Protección Civil y voluntarios el jueves se consiguieron encontrar alrededor de 15 ejemplares. Las vacas bravas restantes fueron localizadas por el Seprona a lo largo de los días, informando el domingo de que la situación era segura. A pesar de eso, la alcaldesa de Brieva decidió no levantar la recomendación de no pasear por la zona de los bajos del cementerio del municipio hasta el martes, 14 de febrero, debido a que no se conocía con certeza el número de reses que habían escapado. «El martes nos garantizaron que todas habían sido recogidas». Pero el episodio se repetía el miércoles 15 de febrero por la tarde, cuando se informaba de la fuga de otras tres reses.

Medidas.  La huida de las 50 vacas bravas durante el fin de semana ha provocado que la Guardia Civil tramite una propuesta de sanción que, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Segovia, se enviará a la Junta de Castilla y León, quien tiene la potestad de tomar la decisión de sancionar o no y de qué forma al propietario de la ganadería. 

Ante esta situación, los responsables de los ayuntamientos afectados se han reunido durante la semana con el fin de encontrar una solución. «La determinación ha sido redactar y remitir un escrito en conjunto al propietario de la finca, a la Junta de Castilla y León y a la Subdelegación del Gobierno en Segovia», explica Martín. En él solicitan al dueño del ganado reforzar el vallado y cumplir la normativa para los movimientos de reses, así como solicitar autorización para la utilización de la vía pública para el traslado, justificar la guía de traslado e indicar las vías públicas afectadas. Además, solicitan que el propietario tome las medidas de seguridad pertinentes para garantizar la seguridad durante los movimientos.

«Nosotros llegamos hasta donde llegamos como ayuntamientos y creemos que podemos tener más fuerza desde otras administraciones que nos apoyen en cuanto a la resolución de las deficiencias que tiene esta ganadería para que no vuelva a ocurrir esto», añade Cuesta. Además, la alcaldesa de Espirdo señala que, ante todo, lo que quieren es «poder garantizar la seguridad tanto de vecinos como de visitantes».

A pesar de la situación, el propietario de la finca Quintanar, Fernando Gallego de Chaves Castillo, no ha querido hacer declaraciones a esta redacción.  «Es verdad que el ganadero ha estado recientemente arreglando parte del vallado, que estaba demencial, pero queda todavía muchísimo vallado en muy malas condiciones», revela Cuesta.

Algo de lo que también se queja el dueño de las tierras colindantes a las del Marqués de Quintanar, Alfonso Velasco, quien ha denunciado en reiteradas ocasiones al propietario de la ganadería. «Las fugas se llevan sucediendo durante los últimos diez años. Sus vacas se cuelan en mis tierras y se juntan con mi ganado porque están muertas de hambre. Hay muchas denuncias pero casi todas han acabado archivadas». Velasco lamenta que durante este verano ha tenido serios problemas para realizar denuncias ante la Guardia Civil porque «hay un trato de favor hacia el marqués y algunos agentes no querían recoger la denuncia». «Me han tenido hasta tres horas esperando y me han invitado en varias ocasiones a que me fuera a mi casa».

«A mí hace unos años me cogió en una vía pública una de sus vacas. Me dio un fuerte golpe en el pecho y me tuve que esconder a gatas debajo del tractor. Lo denuncié, incluso llevé los crotales de la vaca, ya que lo pude ver con los faros del tractor puesto que era de noche. Pero todo quedó archivado», lamenta.

Velasco destaca que ha tenido «mucha paciencia» durante todos los años en los que las reses se colaban en sus fincas para comer pero que, finalmente, no le ha quedado otro remedio que denunciar. «Empecé a denunciar  fuertemente a partir de este verano porque me hacían de mentiroso de lo que estaba pasando, para que quedara constancia. Además, el mayoral del marqués me ha amenazado de muerte delante de testigos por llamar a la Guardia Civil, lo que también he denunciado».

Ahora, lo que pide es «conseguir que lleven las vacas del término de La Higuera, puesto que están de manera ilegal e irregular al carecer de código de explotación y código de pastos». Algo que corroboran los alcaldes de los núcleos afectados, quienes también han solicitado al propietario que cumpla con la normativa legal.

Además, Velasco critica que tiene cortados diversos caminos públicos, como el que va de Brieva a Cabañas de Polendos, a Espirdo o a Tizneros, y una cañada que pasa pegada al arroyo Polendos. «Son vías públicas y el Ayuntamiento de Espirdo no puede mirar para otro lado», señala.

No es la primera vez. Los hechos se han sucedido con cierta frecuencia, acentuándose los incidentes en los últimos años. En verano de 2021 una vaca brava arremetía contra un vehículo, causando únicamente daños materiales. En marzo de 2022 la cosa empeoró. Las reses fugadas atacaban a dos personas, provocando que un varón de alrededor de los 60 años tuviera que ser ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Segovia por diversas fracturas. 

La alcaldesa de Espirdo explica que, tras este suceso, se reunieron con responsables de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León y de la Subdelegación del Gobierno en Segovia, «que se prestaron rápidamente a recibirnos y a recoger nuestras quejas, pero echamos de menos que se haga cumplir lo que tiene que cumplir este ganado». 

«No han hecho nada al respecto y, si lo han hecho, ha sido totalmente insuficiente», añade Velasco.