Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


Cuentas

01/11/2022

Cada vez me creo menos los presupuestos, vengan de la administración que vengan. Se ve que, con la vejez y la experiencia, me estoy haciendo más y más escéptico. Estoy cansado de ver como se anuncian inversiones que después no se ejecutan o que duermen el sueño de los justos durante años. Estoy harto de comprobar cambios, incorporaciones, anulaciones y variaciones de todo tipo en las partidas aprobadas en la ley. A veces, con claras connotaciones ideológicas o partidistas (favores a alcaldes, militantes destacados o muñidores de los "nuestros"), aunque se niegue jurando ante lo más sagrado, Raro es que quienes presentan a bombo y platillo y con derrama de adjetivos los presupuestos hagan lo mismo sobre su ejecución. Solemos quedarnos sin saber qué fue de tal anuncio, de aquel compromiso. Acostumbro a contar un caso concreto: durante años se presupuestaron cientos de millones de pesetas para construir una incineradora en mi pueblo. No se hizo. Ni se puso un solo ladrillo, Ni tan siquiera un cartel. Nadie explicó qué había ocurrido ni qué se fizo de la millonada prevista. ¿Dónde fue a parar? Por eso contemplo lleno de dudas los bombardeos de cifras y palabras cuando aterriza la hora de los presupuestos. Y por eso sigo horrorizado la polémica, la misma de siempre, que viene a continuación. Los gobiernos dirán que son "sociales, inversores, pensados para el ciudadano" y añadan los piropos que quieran. Y la oposición contestará que son "antisociales, derrochadores, contrarios a los intereses de la gente" y otra larga retahíla de críticas. ¿A quién creer si el ciudadano corriente tiene casi imposible leer, y entender, tantos folios y folios? Lo que cada uno hace, ¡faltaría más!, es creer a los "suyos" y rechazar las cuentas de los "otros", que, claro, siempre serán peores y dañinas. Y en esas estamos. Ha empezado el ritual de ataques y contragolpes llevado de provincia en provincia, de comarca en comarca, casi de pueblo en pueblo. ¿Qué hay de lo mío? Gobierno central y Junta aprobarán sus cuentas. Los demás seguiremos diciendo: "A ver si es verdad y se cumple". ¿Harán balance?

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