Cien años de María Peñas

D.S:
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Los usuarios y trabajadores del CSS La Fuencisla celebran junto al presidente de la Diputación, los cien años de la residente María Peñas. El centro ha querido sorprender a la centenaria, muy querida entre sus compañeros de la Unidad de Convivencia

María Peñas durante la celebración de sus cien años - Foto: D.S.

El Centro de Servicios Sociales La Fuencisla, dependiente de la Diputación de Segovia, ha vivido hoy una jornada especial a la que ha querido sumarse el presidente de la institución provincial y titular del Área de Asuntos Sociales, Miguel Ángel de Vicente: la celebración de los cien años de vida de la residente María Peñas.

Residente de La Fuencisla desde noviembre de 2015 y una de las habitantes de la Unidad de Convivencia La Olmeda desde 2019, María Peñas, quien nació en Orejana el 8 de mayo de 1921 y ha vivido la mayor parte de su vida en Arcones, se ha mostrado muy agradecida por la sorpresa recibida, que como vaticinaban los trabajadores del centro que la conocen bien, no se esperaba por su empeño habitual en “no dar guerra”. No en vano, y como le reconocía el presidente de la Diputación, poniéndola como ejemplo de una mujer “decidida e independiente a pesar del paso de los años”, María Peñas ingresó en el centro tras ocuparse ella misma de gestionar todos los trámites relacionados con la solicitud de la residencia. “Me han contado que, por no querer dar guerra a la familia, le bastó con la ayuda de los técnicos de Servicios Sociales y que por no molestar no pide ayuda ni aunque lo necesite”, bromeaba Miguel Ángel de Vicente con la homenajeada. “Nunca se queja y siempre tiene buena cara”, apuntaba Carmen Galán, directora del centro, quien al igual que los trabajadores y sus compañeros destacan de ella que es “una mujer dura, trabajadora y buena conversadora”.

Durante la celebración, tanto María Peñas como algunos de sus compañeros y trabajadores han compartido anécdotas de sus cien años de vida y de su tiempo en la residencia, como su afición por hacer sopas de letras, escuchar la radio y echar migas de pan a los gurriatos o como sus recuerdos de cuando pudo conocer el mar en una de las excursiones organizadas por el centro. Tampoco han faltado comentarios sobre el día en que, hace un par de años, logró convencer a los trabajadores para que plantaran unos tomates en unos tiestos del patio del pabellón central que al final no pudo comer porque otro residente se encargó de ello antes.

Como era de esperar, todos los presentes han terminado cantando a María Peñas un ‘Cumpleaños feliz’ muy especial con el que la centenaria ha podido soplar las velas.