Arrecia en Segovia la demanda de préstamos y aplazamientos

David Aso
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«En tres meses habremos trabajado la inversión crediticia de siete», destaca el director de Caja Rural, que analiza con su homóloga de Bankia el rol del sector bancario en esta crisis

Central de Cajaviva Caja Rural en Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Nunca se habían visto las entidades financieras frente a una oleada tan extraordinaria de peticiones de ayuda por parte de empresas y particulares. Jamás tanta actividad concentrada en tan poco tiempo para atender y resolver renegociaciones de deuda, concesiones de adelantos de ingresos, nuevos préstamos o moratorias hipotecarias y de créditos de consumo. «En tres meses habremos trabajado aproximadamente la inversión crediticia de siete», advierte desde Segovia el director general adjunto de Caja Viva-Caja Rural, José María Chaparro, quien teme que la provincia se vea especialmente afectada por la nueva crisis, dada su dependencia del sector turístico; sobre todo la capital. «Trabajamos para que la crisis sanitaria no se traslade a una crisis económica profunda y, para ello, queremos apoyar y contribuir a que los daños sean los menores posibles», añade también desde Segovia la directora territorial de Bankia en Castilla y León, Lola Peñas. Con ambos habló El Día sobre la nueva crisis, su posible impacto en la provincia (donde abarcan la mayor parte del mercado bancario) y cómo está poniendo a prueba el sistema financiero para paliarla. Más aún cuando una segunda oleada del virus en otoño es probable, pero el tsunami económico ya se da prácticamente por hecho, y con él un fuerte repunte tanto la demanda de ayudas como de la morosidad. Porque muchas empresas pueden no llegar a reabrir la persiana ahora, pero después vendrán las que se vean incapaces de capear el nuevo temporal económico si les desaparece el paraguas de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) o su mercado encogen hasta niveles imposibles.

Las preguntas se les plantearon por separado, a pesar de la similitud de algunas respuestas. ¿Aguantará el sistema financiero las tasas de morosidad tan altas que se pueden temer a medio plazo, después de lo que pasó con la crisis que arrancó entre 2007 y 2008? «La limpia de activos tóxicos y la reducción de la morosidad en los últimos años ha sido grande, en Caja Rural tenemos unas ratios de solvencia altísimas y sentimos que, a diferencia de la crisis anterior, todo el mundo se está dando cuenta de que las entidades financieras somos ahora parte de la solución y no parte del problema», contesta Chaparro. «En Bankia hemos sido unos convencidos de que la banca, en esta crisis, que no tiene nada que ver con la crisis financiera anterior, tenía que ser parte de la solución», coincide Peñas.

Para afrontar la nueva crisis, las entidades debían resolver primero sus propias dificultades para adaptarse a las nuevas circunstancias. «En todo momento ha estado abierta al menos el 90% de nuestra red», señala Peñas. Bankia habilitó el teletrabajo para el 98% de sus empleados de servicios centrales y para el 50% en oficinas, mientras recomendaba a los clientes, «sobre todo a los pensionistas», que evitaran ir a las oficinas «en los peores momentos» aunque estuvieran abiertas; y ha potenciado los servicios telemáticos hasta alcanzar un 45,6% de clientes digitales, «aunque creemos que es más importante que nunca el trato directo y personalizado», matiza. Por la parte de Caja Rural, Chaparro afirma que es «de las pocas entidades que ha mantenido abiertas todas sus oficinas», a la vez que potenciaba la alternativa digital. 

Oficinas centrales de Bankia en Segovia.Oficinas centrales de Bankia en Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Iniciativas frente a la crisis. «Entre otras medidas», Peñas destaca que Bankia ha ampliado hasta doce meses la moratoria de capital en el pago de la cuota de las hipotecas y hasta seis en el caso de préstamos al consumo para particulares. «Estamos gestionando la concesión de créditos con avales del ICO (Instituto de Crédito Oficial), hemos adelantado el pago de las pensiones, de la prestación por desempleo y de los ERTE; hemos eliminado el cobro de comisiones por retirada de efectivo a débito para nuestros clientes en cualquier cajero automático del país, mientras siga vigente el Estado de Alarma; y hemos ampliado de 20 a 50 euros el límite de pago en operaciones contactless». Asimismo, han puesto en marcha un servicio de entrega de compras de mercado a domicilio para evitar que los pensionistas salgan de casa y que, en Segovia, está beneficiando a casi 20.000 clientes de más de 65 años.

En la misma línea, Chaparro destaca que en estos meses toca estar «muy centrados en dar liquidez a empresas y autónomos». Por un lado con la línea ICO impulsada por el Gobierno, que avala la mayor parte del capital en estas operaciones de préstamo, mientras una horquilla de entre el 20% y el 40% del riesgo recae sobre las propias entidades, que son a su vez las que deciden sobre la viabilidad de las peticiones. Y además, «hay otras soluciones como los Iberaval Covid, que han ido con la garantía de Iberaval al 100%, y hemos seguido dando préstamos con los recursos propios de la entidad, como viene siendo habitual». Peñas, por su parte, precisa que Bankia, por cada 100 euros de préstamos ICO, ha concedido otros 45 en préstamos no avalados por esa institución.

Caja Viva-Caja Rural ha impulsado también una plataforma digital de ventas por internet (Paygold) «para facilitar la operatividad» de los numerosos negocios que afrontaron este brusco parón con stock y sin medios técnicos propios para darle salida. «Hemos quitado las comisiones de las terminales de punto de venta (TPV) a los que cerraron temporalmente», y precisamente esta entidad y Bankia han firmado sendos acuerdos con la Diputación para participar en su plan de reactivación del comercio, que incluye la financiación de los TPV durante doce meses a comercios de la provincia.

«Por la parte de los particulares», Chaparro da fe de lo que están afectando los ERTE. «Se están tramitando lentamente, con lo cual había que darles facilidades a los que están en estas situaciones adelantando el pago de prestaciones por desempleo lo máximo posible. Incluso estamos trabajando en adelantar los pagos de prestaciones que nos vayan llegando de forma diaria». Asimismo, «estamos con todo el tema de las moratorias de préstamos hipotecarios y de créditos al consumo porque, evidentemente, si de repente bajan tus ingresos porque las prestaciones son inferiores, no te acaban de llegar o directamente te has quedado sin ingresos, vas a tener problemas para afrontar tu endeudamiento». Y en ese mismo sentido, la entidad ofrece una «tarifa plana» para agrupar las cuotas de los seguros y «periodificarlas» a lo largo del año «para evitar sobresaltos».

Alto impacto en Segovia. En el caso de Segovia, «el impacto del daño que está sufriendo el turismo va a ser muy alto, y además mantenido en el tiempo hasta que se despejen las incógnitas sobre cuándo se desescalará por completo, cuándo pueden volver los turistas nacionales, los internacionales…», continúa Chaparro. Y la cuestión está también en hasta dónde puede llegar el sector bancario con los préstamos sin comprometer la viabilidad de todo el sistema con un aumento de la morosidad que ya puede temerse. 

Sobre las líneas ICO, Chaparro calcula que están aceptando más del 90% de las solicitudes que les llegan, si bien el presidente de la patronal segoviana (FES), Andrés Ortega, lamentaba recientemente que muchas empresas no llegan a poder ser solicitantes por incumplir las condiciones de acceso al crédito que fijó el Gobierno. La directora territorial de Bankia, mientras, recuerda que «el ICO establece que son los bancos los que deciden sobre las operaciones en función de su política interna de riesgo». «Por tanto, los bancos debemos conjugar el necesario apoyo a autónomos y empresas con una correcta valoración de los riesgos».

«Todos sabemos que hay quienes no van a poder levantar la persiana», lamenta Chaparro. «Analizamos un montón de empresas cada semana y en esos análisis intentamos hacer proyecciones. Vemos un porcentaje de las que pueden salir y otro de las que pueden tener problemas, pero tampoco tenemos la certeza sobre unas u otras, y tenemos claro que hay que apoyar. Las que no salgan generarán una morosidad, evidentemente, pero al menos contamos con avales estatales de hasta del 80% que harán que el impacto sobre los balances de las entidades sea mucho menor». Y cierto es también, por otro lado, que esta crisis, a diferencia de la de 2008, afecta a sectores «menos intensivos que el inmobiliario» en las necesidades de financiación. 

Las graves circunstancias económicas de entonces y las de ahora «son muy distintas». «La crisis que empezó en 2007 y 2008 fue estructural, había determinados sectores que estaban perjudicados y eran los demandantes de crédito, y veníamos de tasas altísimas de crecimiento del PIB y de la inversión crediticia», recuerda el director de Caja Rural. «Ahora ha venido todo de golpe, un parón total de muchas empresas y un parón parcial importante de otras, lo que ha implicado que necesiten financiación para acompasar ingresos y gastos, porque está claro que los gastos han seguido estando ahí». Por tanto, «esta crisis va a ser dura, pero en cuanto a si lo va a ser más o menos que la anterior, habrá aspectos en los que sí y otros en los que no, a no ser que la de ahora se convierta también ésta en una crisis estructural, que ya empieza a apuntarlo porque la economía ya estaba cayendo y esto le ha podido dar la puntilla». Claro que ahora todo son predicciones que pueden variar casi de un día para otro: «Todo depende de la capacidad que tengamos todos para adaptarnos a las nuevas circunstancias. Cuanto antes aparezca una vacuna menos duro será todo, evidentemente, y mientras tanto hay que acostumbrarse a vivir con el bicho», concluye.