Así trabajan las 'rastreadoras' en Segovia

Nacho Sáez
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En Segovia son enfermeras y están repartidas por las 16 zonas básicas de salud. Cuando se detecta un caso sospechoso de coronavirus, se activan para localizar a todos los contactos estrechos que haya tenido esa persona y conseguir que se aíslen.

Carmen Montero, directora de Enfermería de Atención Primaria, coordina a las ‘rastreadoras’ en Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Carmen Montero, que ha cumplido tres décadas al servicio de la Sanidad en Segovia, compara su situación actual con la de un calcetín dado la vuelta. Era una antes de la crisis del coronavirus y otra diferente después, sin opción siquiera todavía de recuperar sus viejas costumbres de trabajo al calor del descenso de los contagios. Ahora le han encomendado una nueva misión que además se considera clave en la desescalada. El rastreo de los contactos de quienes den positivo se ha convertido en el reto prioritario una vez que la curva ha bajado, y esta directora de Enfermería en Atención Primaria se va a encargar de coordinar a las profesionales sanitarias que ya han comenzado a llevar a cabo esta tarea en cada zona básica de salud.

A las puertas del Hospital General, accede a desgranar para El Día de Segovia las funciones y los desafíos a los que se enfrentan estas ‘rastreadoras’ o ‘coronadetectives’, como ya se las ha bautizado desde algunos ámbitos. «Realmente somos responsables de salud pública y lo que intentamos es controlar las cadenas de transmisión del virus», aclara con una sonrisa Montero, que admite eso sí que la misión no admite comparación con nada que hubieran realizado hasta ahora las enfermeras, el colectivo elegido en Castilla y León para afrontarla. «Esto nunca lo habíamos hecho. Tradicionalmente (con otras enfermeades infecciosas como la tuberculosis o el sarampión) había recaído en la sección de epidemiología del Servicio Territorial, pero ahora mismo el trabajo es ingente, es muchísimo, y lo que se ha decidido es que se haga en cada zona básica de salud y ha recaído en las enfermeras», explica.

Defiende esa elección: «Yo creo que sí que somos adecuadas porque sí que tenemos el conocimiento suficiente desde el punto de vista clínico y también epidemiológico. Además, como somos de Atención Primaria, estamos muy integradas en la comunidad y sabemos movernos bien en ese ámbito». Una circunstancia, esta última, que va a facilitar una labor cuya complejidad todavía es pronto para valorar. «En general las personas suelen acceder, pero lo más complicado es tener en cuenta todos los contactos estrechos que cada caso sospechoso puede tener. Hasta ahora estábamos en la fase 0 y era solo el domicilio y el ámbito laboral. Ahora estamos en un ámbito mucho más grande. Nos podemos reunir hasta diez personas y va a haber familia extensa, amigos… Ya veremos cuando pasemos de fase a dónde llegamos», indica la propia Montero.

Así trabajan los 'rastreadores'Así trabajan los 'rastreadores'

La sinceridad se antoja imprescindible: «Me imagino que seremos más sinceros cuando vayamos pasando de fases porque habrá más reuniones permitidas. Antes seguro que no lo hemos sido tanto porque no nos podíamos mover y hay gente que se ha movido». También resulta capital que los contactos de quienes den positivo se aíslen: «En general la gente está concienciada y sabe que esto no es una cosa baladí. Luego hay de todo, pero en general yo creo que sí cumplimos». En este sentido, la jefa de las ‘rastreadoras’ aclara el protocolo que se va a seguir. «A los contactos estrechos, que suelen ser los convivientes o los laborales, se les va a hacer PCR y se les va a aislar. Si son convivientes se les va a hacer PCR y se les va a aislar. Si no, se les va a aislar y se va a realizar una vigilancia activa durante los 14 días que tienen que estar aislados», desvela.

La Organización Mundial de la Salud ha señalado que ve «improbable» una segunda oleada del coronavirus, pero ha recordado que la primera no ha terminado. Un llamamiento a la prudencia a la que también se suma esta directora de Enfermería en Atención Primaria. «No hay que relajarse. Una cosa es que tengamos libertad de movimientos y otra que no mantengamos las condiciones de higiene de manos, mascarillas, el distanciamiento social de dos metros… Si no eso no lo hacemos, es imposible cortar las cadenas. Por mucho que hagamos las enfermeras de salud pública que vamos a estar vigilantes, si la ciudadanía no toma las medidas oportunas no vamos a poder hacer nada. Todos tenemos una misión aquí y la de la ciudadanía es mantener el distanciamiento social y las medidas de prevención», argumenta. Ella ha asumido con valentía la suya como coordinadora de esta nueva estrategia de vigilancia epidemiológica: «Es una gran responsabilidad, pero alguien la tiene que asumir. Desde hace dos meses y medio no me planteo mucho las cosas. Es cuestión de tirar hacia adelante y hacerlo lo mejor que podamos».

En Segovia, los positivos se habían reducido al cierre de esta edición a niveles mínimos, pero no pierden de vista ninguna zona de la provincia. «Preocupa más el ámbito urbano porque es donde más incidencia se ha registrado y donde es más complicado cortar las cadenas de transmisión comunitaria porque hay más densidad de población», concluye esta enfermera.