El tejido productivo suma 1.323 nuevos exportadores en 2021

SPC
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Los empresarios autonómicos apuestan por «reenfocar» el plan de internacionalización de la Junta ante la reciente invasión de Ucrania, la crisis de la covid-19 y el Brexit

El tejido productivo suma 1.323 nuevos exportadores en 2021 - Foto: FS ICAL

Castilla y León apuesta por la internacionalización y sigue sumando empresas que dan el salto a los mercados exteriores como factor esencial de diversificación para ganar el futuro. El año 2021 fue especialmente positivo en este sentido, ya que Castilla y León alcanzó las 8.171 empresas exportadoras, lo que supone 1.323 más que en el año de la pandemia, cuando se contabilizaron 6.848; y 1.593 más que en 2019, con 6.578. El último año, estas compañías se elevaron un 19,3 por ciento en la Comunidad, aunque del lado negativo, el 70 por ciento no superó los 25.000 euros en ventas.

El aumento ha sido la constante durante los últimos ejercicios y se ha duplicado desde 2010, cuando vendían fuera 4.070 empresas. Analizando los últimos cinco años, cabe destacar que en 2017, exportaban 5.483, lo que supone haber sumado 2.688 desde entonces, según los datos facilitados a Ical, por la Junta en base a los informes de la Dirección General de Aduanas.

Otra cosa son los exportadores regulares, aquellos que han vendido en otros países al menos durante los últimos cuatro años de forma consecutiva, que aumentan, pero con cuentagotas, lo que denota la enorme dificultad que supone consolidar la actividad en mercados exteriores. En este sentido, el análisis indica que estas empresas fueron el año pasado 1.911, sólo 66 más que en 2020 y 65 por encima de las 1.846 de 2019. Con todo, suman 520 más que en 2010.

Por sectores, las empresas que venden fuera productos industriales y tecnologías suman 5.855, con un crecimiento del 15,9 por ciento respecto a 2020; las de bienes de consumo, ascienden a 1.669, con un importante avance del 48,7 por ciento; las de agroalimentación son 1.169, un 14,9 por ciento más; y las de bebidas, 974, con una subida del 10,1 por ciento.

En cuanto a los exportadores regulares, hay 1.204 de productos industriales y tecnología, con un crecimiento del 7,2 por ciento; 494 de productos agroalimentarios, un 1,6 por ciento más que el año anterior; 429 de bebidas, con un avance del 4,3 por ciento; y 263 de bienes de consumo, un 3,5 por ciento más.

volumen. Otro dato relevante de la radiografía es el volumen que exportan las empresas, con unas pocas que se cuentan con los dedos de las manos responsables del grueso de las ventas, que el año pasado alcanzaron los 15.802,6 millones de euros, crecieron un 10,5 por ciento y superaron el dato del año prepandemia, 2019, cuando sumaron 15.718,3 millones.

En concreto, los mayores exportadores, que venden regularmente, son seis empresas que superan los 250 millones; y 29 que se sitúan entre de euros. En el extremo opuesto, 5.715 exportadores venden mercancías fuera de las fronteras españolas por menos de 25.000 euros, de las que 4.488 no llegan a 5.000. Asimismo, sólo 221, entre los 500.000 y los cinco millones.

CEOE.

Responsables de la patronal autonómica CEOE valoraron para la agencia Ical los datos en un contexto de «importantes restricciones» por la covid y consideraron «notable y nada desdeñable» el aumento de las empresas exportadoras. No obstante, indicaron que aunque estos datos «no son desmerecedores, sí han de ser mejorables».

En este contexto, la patronal entiende que hay que «reenfocar» las medidas de internacionalización en el nuevo plan que sacará este año la Junta, el quinto, ante «el escenario geopolítico adverso» que se está generando por la actual conflicto bélico impuesto por Rusia contra Ucrania; la crisis sanitaria y económica derivada de la covid-19; y el impacto del Brexit en las exportaciones regionales a ese país y en las nuevas oportunidades que esta salida del Reino Unido de la Unión Europea deja también a las empresas de Castilla y León.

Los empresarios también advierten de que a la ecuación hay que agregar la actual subida del precio de determinadas materias primas, materiales y de los carburantes (gasóleo y gas) y «su especial impacto directo en costes», junto a la elevada deuda pública; los fondos europeos vinculados el plan de recuperación, transformación y resiliencia; el proceso de descarbonización en el que se halla inmerso la economía; así como el marco regulatorio que en ciertas materias es más exigente que en otros países.