La Campiña Segoviana se une frente a macrogranjas de cerdos

D.S.
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Más de un centenar de vecinos de la zona se concentran en la plaza de Añe contra 'la pocilga de Europa'

La Campiña Segoviana se une frente a macrogranjas de cerdos

Este sábado,  Día Internacional del Medio Ambiente, declarado por Naciones Unidas en 1974, se han reunido en la plaza de Añe más de un centenar de vecinos del pueblo y de las localidades cercanas de Bernardos, Armuña, Migueláñez y Domingo García, pueblos afectados por la proliferación de instalaciones de macrogranjas de cerdos, un tipo de explotaciones animales que se ha multiplicado en los últimos años en la llamada “España vaciada”. Los pueblos de la Campiña Segoviana denuncian que no es lógico que Segovia tenga 1.220.000 cerdos en una provincia en la que solo viven 150.000 personas, ni que España se haya convertido en la pocilga de Europa, según han informado los convocantes en un comunicado.

En España se cría ya el 20% de la cabaña porcina de toda Europa y se mata un millón de cerdos a la semana. Nuestro país es el mayor exportador de cerdos a China. En nuestras fronteras hay más de 86.000 explotaciones porcinas, de las que más del 80% son intensivas o industriales.

Mientras Dinamarca y Holanda prohíben estas granjas intensivas de porcino, en España es normal que 6.000 cerdos vivan apelotonados en 4.500 metros cuadrados, cebados en pocos meses hasta superar los cien kilos de peso, sobreviviendo unos sobre otros, sin espacio para moverse, saturados de antibióticos para evitar las recurrentes infecciones que un entorno así provoca a los animales. Antibióticos que acaban en la cadena alimenticia humana. España emplea 402 miligramos de antibióticos por cada kilo de carne producido, cuatro veces más que Alemania y casi seis veces más que Francia, según un informe publicado por la Agencia Europea del Medicamento . En el acto informativo de ayer, organizado en la plaza de Añe gracias a Juan Santos Yanguas, catedrático de Universidad de Historia Antigua y vecino del pueblo, Inés Vilches Casado y Álvaro Yanguas Martínez, tanto él como representantes de los pueblos de Bernardos y Domingo García, con la asistencia de varios alcaldes de las localidades antes citadas, pusieron de manifiesto que estos pueblos se juegan mucho, porque forman parte de una comarca, Los Arenales, en la que ya hay una alta concentración de nitratos en el agua -según el informe de 2016 del Ministerio de Agricultura llamado "Balance del nitrógeno en la agricultura española" -, y de amoniaco y metano en el aire. Una situación que tiende irremediablemente a empeorar si no se da a conocer a la opinión pública que, solo en Castilla y León, se habían abierto, según datos de 2020, 156 plantas en los últimos cinco años y había 85 proyectos en estudio.

“Es el agua de todos, el aire de todos, nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos. Cuantos más seamos, más fácil será conseguir nuestros razonables objetivos. 6.000 segovianos, el 4% de la población, no pueden beber el agua corriente de sus casas5 ”, fueron palabras pronunciadas ayer en el acto informativo. En Añe ya existe una macrogranja, que ahora se desea ampliar. Y en ciernes los vecinos tienen otra, pegada al cauce del río Moros, afluente del Eresma, con una planta para el tratamiento de purines de otras granjas. “¿Quién querrá venir a pasar los fines de semana y las vacaciones a nuestra provincia en estas condiciones?”, se preguntaba un vecino ayer en Añe.

La pequeña localidad, con menos de cien habitantes censados, situada en el Camino de Santiago en su vertiente desde Madrid, es hogar de cigüeñas, de milanos, de águilas reales e imperiales, de buitres, de búhos reales, de corzos, de hurones, jabalíes y de lobos. Muchas especies protegidas que, junto a su soto de fresnos, cuyos más ilustres ejemplares superan los quinientos años de edad, fueron argumentos de peso para que se desestimara la construcción del Pantano de Bernardos a principios del siglo XXI, un proyecto que amenazaba con anegar con sus aguas el pueblo. ¿Podrán serlo también ahora para que sus vecinos puedan seguir viviendo con calidad de vida?. se preguntan los vecinos.