Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Caretas fuera

02/06/2021

El Reino de Marruecos se ha quitado la careta y ha certificado que la crisis desatada con España no está relacionada con la presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, sino con el problema de fondo de su pretensión de anexionarse el Sahara Occidental saltándose todas las resoluciones de Naciones Unidas.  Su propósito de relacionar la situación de la excolonia española con la de Cataluña es una comparación odiosa, carente de todo valor histórico y político y un desliz diplomático tan irresponsable como el de abrir sus fronteras para crear un conflicto político y humanitario en nuestro país que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha calificado de inadmisible. 

Si la crisis desatada tuvo el detonante de la presencia de Gali en España y puede discutirse si la actuación de la diplomacia española pecó de ingenuidad o infantilismo, la reacción de la diplomacia marroquí ha ido de despropósito en despropósito, ha quedado en evidencia, se ha llevado el revolcón de la Unión Europea que ha cerrado filas con España -incluida su valedora Francia-, no ha dudado en perjudicar a su población y pretende que España y toda la UE abandone sus posiciones tradicionales a favor de una solución acordada para la descolonización del Sahara para que certifique su anexión, al calor del reconocimiento de su soberanía decretada por Donald Trump.   

Dado que “la crisis no está limitada al conflicto con un hombre”, según el comunicado del ministerio de Exteriores, y tras la declaración de Gali ante el juez Santiago Pedraz, que no ha adoptado ningún tipo de medidas cautelares en su contra por no encontrar indicios delictivos en su actuación, puede abandonar España cuando reciba el alta hospitalaria. Sería deseable que su salida de nuestro se produzca lo más rápidamente posible, y con luz y taquígrafos con destino a Argel de donde procedía. Puesto que la crisis con Marruecos va para largo al menos se trata de no perjudicar las relaciones que se mantienen con Argelia, también socio estratégico, y aplicar aquello de los vecinos de mis vecinos son mis amigos.  

No menos sorprendente que las intenciones marroquíes con su presión y la comparación extemporánea entre el Sahara y Cataluña han resultado el silencio del Partido Popular al respecto. Y no por falta de oportunidades puesto que el ‘número uno’ y la ‘tres’ del partido tuvieron ayer comparecencias públicas. Ítem más, la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, se ha quejado porque los partidos que sostienen al Gobierno se han negado a que Pedro Sánchez comparezca en el Pleno del Congreso para explicar la crisis con Marruecos. La dirección del PP acusa al Gobierno de no dar una respuesta de Estado a la crisis, sin fijar posición sobre cuáles son sus propuestas más allá del deseo compartido de que la reconciliación entre ambos países tenga lugar lo más rápidamente posible. Nada se sabe sobre que pretende hacer con el Sahara, si seguir en línea con las resoluciones de la ONU, o abandonar a los saharauis a su suerte. Y siguiendo el razonamiento de Casado sobre Cataluña, en el sentido de que los indultos no servirán para contentar a los independentistas, lo mismo podría decirse sobre Marruecos, puesto que puede darse por seguro que tras conseguir el Sahara Occidental no cejará en su presión sobre las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.