Nadie recordará la derrota y sí la inolvidable página que Nava de la Asuncion escribió este martes 12 de noviembre en la historia del balonmano español. Un pueblo de 2.800 habitantes contra uno de los mejores equipos del mundo y un presupuesto millonario.

A pesar de las diferencias, un millar de aficionados abarrotaron las gradas del Pabellón Guerreros Naveros con la ilusión de ser testigos de un milagro. No lo hubo, aunque el Nava se dio el lujo de frenar durante unos minutos a los N’Guesan, Cedric, Raúl Entrerríos... De golear a Gonzalo Pérez de Vargas. Incluso Yeray Lamariano arrancó el partido con dos paradas que recordaron su portentosa actuación del pasado viernes en León.

Pero el meta vasco no estuvo esta vez ‘súper’. O simplemente los 39 goles que encajó el equipo de Daniel Gordo -24 en la primera parte- encarnaron la consecuencia lógica de la distancia entre ambos equipos. Daba igual. Nava de la Asunción ya tenía su fiesta y una nueva oportunidad de demostrar su amor por el balonmano. Y esa sí que no la desaprovecha nunca.