La escalada está de moda

Nacho Sáez
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El oro de Alberto Ginés en los Juegos Olímpicos ha catapultado un deporte que en Segovia tiene su propia escuela municipal.

La escalada está de moda

En la escuela municipal de escalada de Segovia conviven niños y adultos al calor del 'boom' que ha experimentado este deporte en toda España, sobre todo desde que el extremeño Alberto Ginés ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio. En Madrid incluso hay páginas web que recomiendan los mejores rocódromos. A Eleanor Swift, que tiene 16 años y practica la escalada desde hace cuatro, le gusta que «no hay tanto estrés por ganar como en otros deportes». Son cerca de las seis de la tarde del miércoles y ya ha pasado más de una hora desde que comenzó a calentar junto al resto de sus compañeros de la escuela municipal de Segovia. Disfrutan y se divierten en el rocódromo situado en la Ciudad Deportiva de La Albuera, a pesar de las adversidades.

Según señala uno de sus monitores, Darío Pérez Brunicardi, la instalación tiene defectos. El principal es su ubicación al aire libre. «Cuando llueve ya no puedes utilizar este rocódromo porque, si las presas están mojadas, es imposible hacer escalada. Y en verano, desde las once o las doce de la mañana, da el sol de pleno y las presas abrasan y te puedes quemar. Tenemos que encontrar con el Instituto Municipal de Deportes la fórmula para poner algún tipo de techado», explica Pérez Brunicardi, desde hace poco además delegado provincial de Montaña. Su intención es buscar sinergias entre todos los clubes de Segovia para que los deportes de montaña crezcan.

Él los practica desde niño. Fue de los que aprovechó el ecosistema perfecto que se creó para este tipo de disciplinas en La Granja, cuna de campeones como su hermano Manuel Pérez Brunicardi y Raúl García Castán y pionera en la creación de una escuela municipal de deportes de montaña. Areva Valsaín, uno de los clubes surgidos de aquel caldo de cultivo, gestiona en la actualidad la escuela municipal de escalada de Segovia, formada por 15 personas que podrían ser alguna más. Entre los retos de Pérez Brunicardi y Mayte Archilla, la otra jefa, se encuentra en un lugar principal formar a nuevos monitores que permitan ampliar su actividad.

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«En otras provincias de Castilla y León lo están consiguiendo», apuntan, al tiempo que dan instrucciones a sus alumnos. Tienen prohibido iniciar la escalada con cuerdas sin que antes Archilla haya comprobado los arneses y los agarres. «Al principio, los niños se acercan a la escalada probablemente por el hecho de subir, por el reto físico de llegar arriba y tal, pero lo que descubren después de que van rodando no –que a lo mejor nosotros cuando lo aprendimos en nuestro momento lo teníamos muy claro pero ahora no está tan claro– es la relación que hay entre los compañeros. Normalmente se da por supuesto que la escalada es un deporte individual, pero no sé si habrá deportes tan colectivos más colectivos que este. Porque tu vida depende de tu compañero. Las relaciones que se establecen entre dos personas que están escalando juntas son muy fuertes, muy intensas y muy interesantes para nosotros en edades tempranas. Es posiblemente el elemento más interesante porque se desarrolla mucho la responsabilidad y la confianza en el otro más allá de lo que es más evidente», reflexiona Pérez Brunicardi.

La escalada también fomenta la flexibilidad y la concentración y ha dejado de ser una actividad vinculada de manera íntima al medio natural para convertirse en un fenómeno también urbano. «Ya no se puede decir que la verdadera escalada sea la que se practica en la naturaleza porque hay tantos o más participantes en los rocódromos. Antes en el rocódromo solo se practicaba para después ir a la roca, pero ahora hay escaladores que se dedican solo al rocódromo para ir después a competiciones», remarcan los monitores de Areva Valsaín, donde la competitividad es secundaria aunque no se deja de lado: «Lo que no queremos es meterles mucha presión y que con 17 o 18 años digan que ya no quieren practicar la escalada, pero algunos van a ir a la Copa de Castilla y León».

A escasos metros del rocódromo de La Albuera, a la vez que la escuela municipal lleva a cabo a su entrenamiento semanal, decenas de niños practican atletismo en las pistas Antonio Prieto. «Nos encantaría que algún día fuera igual que allí y que de la misma forma que los chavales quedan para venir a correr a las pistas de atletismo, sin necesidad de que les traigan sus padres, pues ocurriese lo mismo en el rocódromo», apunta Pérez Brunicardi. De momento ya han plantado la semilla, que también aspira a germinar en Palazuelos de Eresma y El Espinar, además de La Granja.

La escalada está de moda
La escalada está de moda

La escalada está de moda. «Ahora están empezando con seis, siete, ocho o nueve años cuando nosotros lo hicimos muy mayores, con 15, 16 o 17.  El próximo miércoles vamos a tener una reunión con la concejala de Deportes y vamos a ver de qué manera podemos sacarle el máximo partido a esta instalación o mejorarla un poco para que se le pueda dar un mayor uso, porque aquí dentro de un mes o dos ya es complicado estar. Nos pusieron luz, pero faltan otras cosas, aparte de que tenemos que reponer constantemente las presas porque se parten», concluye Pérez Brunicardi.