Las empresas segovianas han recuperado al 60% de los trabajadores que incluyeron en expedientes de regulación temporal de empleo para sobrellevar el parón por el estado de alarma y la lenta reactivación económica. Llegaron a ser casi 12.500 y, según datos del Gobierno actualizados con fecha del martes 30 de junio, se contabilizaban 5.123 todavía en ERTE, de modo que para entonces ya habían salido de esa situación más de 7.300. Además, coincide que esta semana la cifra de empleados que están de vuelta a sus puestos ha seguido creciendo, sobre todo, por hoteles que fijaron sus reaperturas entre el 1 y el 5 de julio, pero con recuperaciones parciales de su plantilla en la mayoría de los casos.
No obstante, el sector que mayor proporción de empleo afectado por ERTE ha recuperado en Segovia es el de la industria, entre un 75 y un 90% de los puestos que reguló, según precisan a El Día desde la Federación Empresarial Segoviana (FES). El comercio y la hostelería, por contra, son los sectores que concentran a la mayoría de los 5.000 segovianos que continúan sin reincorporarse a sus puestos. Aun pueden salir más en próximas semanas, según cómo evolucione cada actividad, pero muchos seguirán en ERTE hasta finales de septiembre, y después aún estarán por verse las verdaderas consecuencias económicas de una crisis sanitaria que sigue abierta.
Por de pronto, no hay que olvidar que las empresas a las que se les concedieron ERTE justificados en el coronavirus como causa de fuerza mayor no pueden despedir a nadie hasta seis meses después de haber recuperado al primer trabajador. De lo contrario, perderían las bonificaciones (exoneración de cuotas a la Seguridad Social) y se expondrían a penalizaciones extra; y no despedir ahora puede conllevar la retención de una bolsa de despidos que se perfila inevitable. Será mayor o menor en función de cómo evolucionen los acontecimientos pero, salvo giro en positivo tan extraordinario como inesperado, lo peor está por llegar a pesar de la aparente recuperación que se puede percibir ahora por esta recuperación de puestos de trabajo.
Por otro lado, el Gobierno abonaba el pasado martes la prestación extraordinaria que aprobó en marzo para los trabajadores autónomos que se vieron obligados a cerrar por el estado de alarma y para aquellos que, pudiendo continuar con su actividad, tuvieron una caída de la facturación del 75% con respecto al promedio de los seis meses anteriores a la solicitud. Bienvenida habrá sido tal ayuda, (661 euros al mes como mínimo, además de la exoneración total de las cotizaciones sociales), pero el hecho de que la hayan tenido que cobrar 5.297 segovianos en junio, el 38,97% de los que estaban dados de alta como autónomos en mayo, da buena cuenta de las dimensiones de una crisis que además se teme que solo sea la antesala de la que está por venir.
No en vano, los casi 12.500 afectados por ERTE y los más de 5.000 autónomos que han cobrado prestaciones representan más de un 25% de los segovianos que tenían trabajo en el primer trimestre de este año, y aparte están los 7.100 que ya por entonces estaban parados, según datos de la Encuesta de Población Activa. El paro no llegaba entonces al 10% en Segovia y ahora se teme que pueda acabar duplicándose, pese al descenso registrado en junio.
Pérdida de actividad. El presidente de la Federación Empresarial Segoviana, Andrés Ortega, en declaraciones a El Día, aporta además otro indicador que no invita precisamente al optimismo: el consumo de palets se valora como un termómetro importante de la actividad económica, dado que al final no deja de ser lo que se utiliza para transportar todo tipo de mercancía, y en junio ha caído un 25% con respecto a mayo. «Es un dato nacional, pero extrapolable a Segovia», advierte.
«El tema es que ahora mismo estamos viviendo un momento no podemos considerar normal ni en lo bueno ni en lo malo. Acabamos de salir de un confinamiento, la gente está empezando a salir, todos teníamos ganas, está habiendo algo de consumo, pero la realidad es que lo que viene a partir de después del verano es una crisis importante y lo están diciendo todos los organismos, no FES», continúa.
Ortega advierte por ello que la prórroga de los ERTE pactada con el Gobierno y los sindicatos hasta el 30 de septiembre es importante, «pero si las circunstancias para entonces son las mismas que tenemos hoy, y además sabemos las perspectivas que hay, va a haber sectores que no podrán recuperar a sus trabajadores, y la situación ya sabemos cuál es». Para paliarla, considera que hará falta la ayuda de Europa e inyección directa de liquidez a las empresas para mantener su actividad y por tanto el empleo, pero la crisis, en cualquier caso, advierte que no ha hecho más que empezar y, según diversos organismos nacionales e internacionales, ha venido para quedarse al menos hasta 2022.