Los abogados eligen nuevo decano: Fuentetaja o Figueredo

Nacho Sáez
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430 colegiados están llamados a votar este jueves.

Los abogados eligen nuevo decano: Fuentetaja o Figueredo

Emilio Fuentetaja o Juan Luis Figueredo: uno de los dos tomará el relevo de Julián Sanz como decano del Colegio de Abogados de Segovia. 430 colegiados están llamados a votar este jueves. A continuación, los dos candidatos exponen sus ideas en sendas entrevistas.

Emilio Fuentetaja (Navafría, 18 de junio de 1959) ejerce la abogacía desde octubre de 1991, tiene el número de colegiado 638 en Segovia y forma parte del despacho Bufete Conde & Fuentetaja Abogados. Entre otras labores, ha sido administrador concursal de Proinserga.

¿Por qué ha decidido presentarse a las elecciones de decano del Colegio de Abogados?
Había compañeros que llevaban tiempo ya diciéndomelo. Hasta ahora no lo he considerado porque realmente hemos tenido muchísimo trabajo en mi despacho y yo concibo el decanato como como una responsabilidad muy importante y, además, como un trabajo específico. Es decir, que no es ser decano por ser decano sino que considero que ser decano es para para abordar un trabajo importante y además complejo, porque no es fácil. Al final, bueno, pues ya mi hijo está trabajando conmigo aquí  en el despacho, ya tenemos una infraestructura bastante adecuada y yo considero que es el momento ahora de presentarme. Porque si espero un poquito más ya no me voy a presentar porque directamente me iría a la jubilación. 

¿Cuáles son sus objetivos?
No tengo un programa específico. No he pertenecido nunca a la Junta de Gobierno y por eso, no conozco el Colegio de Abogados a fondo. Mi idea, si salgo elegido, es tomar posesión del cargo y ver cuál es la idiosincracia del colegio, qué problemas tiene, qué cosas se pueden mejorar? qué cosas podemos abarcar... Necesito un período transitorio. Una vez que tengamos esa posición ya ganada y que sepamos más o menos dónde estamos me gusta ser muy prudente en mis decisiones y valorar todo, pero tengo muy claro que una de mis ideas es abrir el colegio a los abogados. Creo que el colegio ahora es un poco cerrado. Y no porque la gente que ha estado la Junta de Gobierno lo quiera, sino porque los abogados a lo mejor solo vemos en el colegio el tema del turno de oficio. No tenemos ninguna actividad más salvo algún curso de formación que se ha dado o alguna conferencia. Creo que debemos abrir un poco más el colegiado a los letrados y ver de qué forma podemos participar los letrados un poco más. Tenemos pendiente todo el tema del turno oficio, que yo creo en el colegio está funcionando muy bien. Pero los recursos son muy escasos, hay unas dificultades económicas y tenemos que intentar aportar lo que podamos para que el turno oficio funcione bien. Otra de las cosas sobre las que sí tengo una idea fundamental en mi cabeza es la defensa del abogado.

¿Qué situación atraviesa la abogación, en su opinión?
Creeo que últimamente el abogado está sufriendo presiones y situaciones ciertamente insostenibles. El abogado no puede estar con una espada de Damocles detrás porque el cliente, el del turno de oficio generalmente exija contraprestaciones que van más allá de nuestras posibilidades. Si me eligen decano intentaré que ejerzamos una profesión libre sin ataduras ni presiones de ningún tipo. También necesitamos una relación más fluida con los juzgados, con con la Fiscalía e incluso con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que se respete un poco más la figura del profesional. No digo que en Segovia no se haga, que yo creo que estamos funcionando bastante bien y tenemos la posibilidad de que en los juzgados sean más cercanos que en otras provincias, pero sí considero que tenemos que estar más al día en temas como la suspensión de juicios o cuando se cuestiona la legítimas defensa.

¿Es partidario del turno de oficio?
Sí, sí. Es una de las banderas que nuestra Constitución nos entregó y soy absolutamente partidario. Podríamos hablar durante muchas horas de lo que es el turno oficio, pero creo que es el fundamento para que la justicia llegue a todo el mundo y no haya una justicia de ricos y pobres sino que sea justicia. Tiene que perdurar aunque hay muchos aspectos que mejorar. Hablaba antes de que hay compañeros que se sienten muy presionados por situaciones que viven en el turno de oficio. Eso no puede ser. Como no puede ser tampoco que no se nos pague adecuadamente, ni siquiera los desplazamientos. El Estado tiene la obligación de sostener la justicia gratuita y no podemos ser los abogados los que lo paguemos. Estamos perdiendo dinero. Igual que se paga a los funcionarios se nos tendría que pagar a nosotros por el servicio que estamos prestando a la Administración. A nosotros nos están subvencionando y lo que hacemos es una labor profesional.

¿Cómo valora el funcionamiento actual de la justicia?
Es muy lenta y sí es muy lenta, ya no es justicia. Creo que tiene un margen de mejora muy importante. Y no me estoy refiriendo a los jueces ni a los funcionarios, que luchan todos los días de una manera realmente encomiable por sacar su trabajo. Pero no tienen medios. Los medios son escasos tanto de personal como económicos. Me da mucha envidia cuando voy a la Agencia Tributaria y veo un funcionario que tiene tres pantallas de ordenador y ningún papel encima de la mesa. Querría que esos medios los tuviera  también la justicia.

¿Por qué se hizo abogado?
Siempre fantaseaba mucho con que me gustaría ser el Capitán Trueno, El Llanero Solitario... Siempre me imaginaba en la piel de cualquier héroe y me parecía que ser abogado es una profesión realmente extraordinaria para defender causas que merecen la pena. Siempre me ha encantado y siempre no sé por qué lo he tenido en la cabeza. Yo no tengo ninguna referencia personal, ni profesional, ni familiar que me hubiera ayudado a tomar esa decisión. No la tengo. Mis padres no eran abogados, mis abuelos tampoco, no tengo ningún tío. Pero sin embargo dentro de mi familia yo fui el primero que dije yo quiero hacer Derecho y que quería ser abogado y la verdad es que estoy encantado.

Juan Luis Figueredo (Segovia, 15 de febrero de 1966) ejerce la abogacía desde noviembre de 1994, tiene el número de colegiado en Segovia 803 y regenta su propio despacho en el paseo de Conde Sepúlveda, en Segovia capital. Asegura que prefiere los asuntos civiles y penales frente a los contenciosos-administrativos y los laborales, porque en estos últimos «no hay igualdad de armas entre las dos partes». «En el ámbito laboral parte con ventaja el trabajador, y en el contencioso-administrativo, la Administración de forma descarada. Esa desigualdad inicial ya hace que la justicia sea un poco 'sui generis' en esas dos ramas», argumenta este abogado, que realiza una radiografía negativa de su profesión: «Los abogados son los peores defensores de ellos mismos». En su opinión, desde sus órganos de representación «ha habido una pasividad y un sometimiento pleno a lo que dicta la Administración».

¿Por qué ha decidido presentarse a las elecciones de decano del Colegio de Abogados?
Principalmente para tratar de mejorar la situación de la profesión, de los compañeros y de mí mismo. 

¿Qué radiografía hace de esa situación de la profesión en el momento actual?
Es pésima, nefasta. Pero desde que empecé, no ahora. Creo que no se ha hecho nada y que los abogados son los peores defensores de ellos mismos. 

¿Pero es un mal que aqueja a la abogacía segoviana o a la abogacía española en general?
No sabría decir porque, aunque sí que es cierto que trabajo mucho fuera, en cuanto tengo oportunidad, lo cierto es que la situación fuera es algo mejor pero no he llegado a conocer en detalle cómo están en otros sitios. 

¿Cuáles son sus objetivos si es elegido decano del Colegio de Abogados de Segovia?
Pues tampoco se crea que lo sé. En principio mejorarlo todo, pero no tengo los objetivos claros y definidos. Por ejemplo, una de las cuestiones más conflictivas es el turno de oficio, que va parejo al resto de la profesión. Si el turno oficio va mal, la profesión va mal. Y claro, hoy en día la mayor parte de los asuntos van por el turno de oficio y el turno de oficio está remunerado mal y tarde. Eso debiera mejorar pero sustancialmente.

¿Qué balance hace de los cinco años de mandato del decano saliente, Julián Sanz?
Nulo. No ha hecho nada a mi modo de ver. No han hecho nada. Pero no los salientes, sino los que han pasado en la última década o más. Ha habido una pasividad y un sometimiento pleno a todo lo que dicta la Administración por las razones que ellos sepan. Desde luego yo no estoy conforme con eso. Me parece que no es correcto. El abogado debe defender los derechos de sus compañeros y los suyos propios, aunque ello implique en muchas ocasiones enfrentarse o discrepar de las decisiones que adopten los que las toman.

Ya se ha presentado en otras ocasiones a decano sin ser elegido. ¿Cree que esta vez lo conseguirá?
Si no es esta, será la siguiente. Hay que tener en cuenta que ese puesto no es remunerado. A lo sumo entiendo que lo que puede dar son... Iba a decir que quebraderos de cabeza pero desde luego dedicación y tiempo. Tiene más contras que pros. De hecho, solo nos presentamos dos, así que está claro que no es un puesto muy cotizado ni ansiado por los compañeros. Pero bueno, yo creo que algo se puede hacer y se puede mejorar, pero no es algo que sea ansiado porque no se percibe salario ni remuneración, al menos que se sepa. Yo no lo voy buscando porque si no se percibe, evidentemente buscas otras cosas.

¿Es partidario del turno de oficio?
Sí, sí, claro que lo defiendo, siempre y cuando esté en buenas condiciones. Todo el mundo debe tener derecho de acceso a la justicia. Lo que ocurre es que no en las condiciones en las que lo tiene ahora porque el Gobierno, el Estado, no se preocupa de ello. No remunera, ni trata, ni cuida a los profesionales que lo prestan como debería. 

¿Cómo valora el funcionamiento actual de la justicia?
Puntualmente funciona bien pero mayoritariamente mal. Tiene pocos medios y está mal atendida y abandonada por la Administración. 

¿Y para los abogados?
Pésimamente. Nos tienen gran parte del tiempo esperando en los pasillos, los horarios no se respetan, no hay puntualidad y por lo general no se respeta mucho la profesión. Tienen un concepto erróneo mayoritariamente de lo que es la abogacía. 

¿Qué le parecen los ataques que están recibiendo los abogados que han pedido revisar penas de sus clientes por la ley del 'solo sí es sí?
Es más que un legítimo derecho  de los abogados. No solamente es un derecho sino también una obligación defender a sus clientes. Otra cosa es que se meta a redactar normas gente que no entiende o que nunca las ha utilizado. Es decir, que no entiende nada de lo que está haciendo. Y luego critican encima a los jueces que sí que saben realmente lo que hacen por lo general.

¿Por qué se hizo abogado?
Pues porque es una de las profesiones más bonitas. Defender a otra persona incluso cuando no tenga razón o puede que no lleve la razón es una de las profesiones o una de las actividades más bonitas que puede desarrollar el ser humano. Defender, defender, simplemente defender a otra persona principalmente cuando tiene problemas.