Mimos policromados

A.M.
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Tras la intervención en las cubiertas del Parral, Cultura aborda ahora la restauración del retablo mayor del monasterio

Al fondo el retablo que será sometido a restauración con una mínima intervención - Foto: Rosa Blanco

El retablo mayor y los cenotafios (monumentos funerarios)del Monasterio del Parral, cuya restauración se va a abordar en breve con extraordinario mimo, manteniendo el criterio de una mínima intervención,  pero suficiente para frenar el avance de la degradación que padece este conjunto, poseen un gran valor histórico-artístico, siendo ambos los mejores ejemplos renacentistas que se conservan dentro de la provincia de Segovia.  El Ministerio de Cultura yDeporte, que ha licitado la realización del proyecto por un millón de euros, lo considera como una de las actuaciones de «mayor envergadura y complejidad» que esta institución ha llevado cabo en los últimos años. 

La intervención está incluida en  el Plan Director del Monasterio de Santa María del Parral, del siglo XV,  mandado construir por el Rey Enrique IV de Castilla, en 1447, que preveía, en 2013, trabajos por encima de los nueve millones de euros y que todos los años viene contando con partidas en los Presupuestos Generales del Estado al tratarse de una propiedad del Ministerio de Cultura yDeporte. 

A este proyecto le precede otro de gran trascendencia para la estabilidad de este conjunto de edificios con claustros de estilos gótico, mudéjar y plateresco, donde residen los últimos monjes de la orden de los jerónimos en España, como fue el arreglo de 7.000 metros cuadrados de cubiertas, por 1,4 millones, que incluyó la restauración de las arcadas del claustro procesional, recuperándose la policromía. Los trabajos terminaron en junio de 2019, aunque tradicionalmente se habían venido realizando diversas obras de mantenimiento.  

Al retablo le tocó esperar porque la arquitecta Estefanía Herrero advirtió que, debido a las filtraciones de agua por los aleros, limas, coronaciones y encuentros, la estructura de la cubierta había entrado en un grave proceso de pudrición, afectando a las propiedades mecánicas de la madera.

alegría.  El prior del monasterio, Andrés García Torralbo, ha recibido con «alegría» el anuncio  de este proyecto en la iglesia. El retablo, realizado en madera dorada y policromada, destaca por su monumentalidad y calidad de las escenas escultóricas que lo conforman. Los cenotafios realizados en piedra caliza y alabastro siguen modelos propios de la tradición castellana, conjugando los usos de diferentes piedras e integrándose a la perfección con el retablo.  No obstante, el prior sostiene que aún quedan cosas por hacer,  como resolver problemas de humedades debajo del templo aunque subraya que «siempre estamos contentos, es la voluntad de dios, siempre satisfechos». 

El monasterio está ocupado ahora por nueve frailes, la única comunidad masculina de los Jerónimos que queda en el mundo, que ha crecido porque llegó a estar reducida a seis. 

Coincidiendo con el anuncio de la licitación de la restauracióin del retablo mayor, la ComisiónTerritorial de Patrimonio concedió una nueva autorización porque ya había aprobado la intervención, en enero de 2019, para incluir modificaciones, como un estudio técnico de los medios auxiliares necesarios para la actuación, que detalla todas las necesidades, características, mediciones y planos para la instalación de los mismos. 

Junto a otros cambios, los miembros de la Comisión entendieron que «las modificaciones mejoran el proyecto y el plan de trabajo y mantienen intacta la metodología de la intervención que persigue estabilizar el bien y recuperar la visión del conjunto con un planteamiento exhaustivo para alcanzar los mejores resultados posibles».

En su comunicado oficial, el ministerio ya subrayó que «los trabajos no iban a alterar las características físicas y estéticas» de este retablo obra de Juan Rodríguez (1528), dorado y policromado por Diego de Urbina (1533). A sus lados, y como si fueran un apéndice del mismo, se integran los dos sepulcros de los marqueses de Villena, obras atribuidas también a Juan Rodríguez, que incluyen relieves del 'Llanto sobre Cristo Muerto' y del 'Santo Entierro' que sirven de fondo a las estatuas orantes de los marqueses patronos de la iglesia: Juan Pacheco y su esposa María de Portocarrero.