Victoria Domínguez

PLAZA MAYOR

Victoria Domínguez

Periodista


Vecinos y partidos

02/03/2019

Una pequeña historia cotidiana y personal: años esperando que a tu calle le toque entrar en el plan municipal de mejoras y cuando por fin llega… Zanja en la calzada y coches condenados en los garajes. Es de suponer que la empresa que realiza las obras contrata la máquina para unas jornadas determinadas, que tiene que hacer todo el trabajo de golpe. Es de suponer y se entiende.

También es de suponer que la policía local pasa por allí y lo ve, que el Ayuntamiento controla la obra, que si el plan es acometerlo de esa manera lo lógico es tirar de planchas de acero para garantizar la salida de los garajes y que tres días después de generada una situación de la que no se avisó a los vecinos ya se habría arbitrado una solución. Pues no.

Lo que sí está claro es que todos esos vecinos pagan cada año la tasa por entradas a garajes y paso de vehículos, garajes por los que, por cierto, se paga dos veces: la parte correspondiente en el IBI y la parte de tasa que se calcula teniendo en cuenta la superficie del mismo.

Es cierto que no todo es arreglar calles y que una acción de gobierno debe poner también las miras en el futuro, pero no es menos cierto que estos pequeños detalles son los que hacen sentir, o no, que la administración más cercana está realmente cerca. Es cierto también que la legislación en materia de contratación ata de pies y manos a la administración y que las empresas van a lo suyo: vean si no el todavía no acometido arreglo de un bache que desde hace meses estrecha la calzada al inicio del Paseo de Ezequiel González: la adjudicataria optó a otras obras, le fueron concedidas tres, firmó los contratos y después avisó de que no podía con todo. Ahora el procedimiento administrativo no es ni fácil ni corto.

Desahogo personal aparte, no me digan que no se pone la cosa interesante en Ciudadanos. Unas líneas para comentar el reciente acuerdo municipal: cuarto cambio de opinión sobre el dichoso CAT. Ahora es que sí, plasmado en un documento en el que lo único que se va a cumplir en el presente mandato corporativo es que el partido de Rivera, que había anunciado ‘cordón sanitario’ al PSOE, voten a favor de completar la inversión. Todo lo demás dependerá de dónde coloquen los votantes a uno y otro el 26 de mayo.

Aunque lo verdaderamente epatante es lo otro, la capacidad de Silvia Clemente para dinamitar dos partidos a la vez: de uno, del suyo de toda la vida, del que fue adalid, se va dando un portazo. En el otro provoca división desde el minuto uno. Y en Segovia se les supone deseando que gane las primarias para que no aterrice de paracaidista en la lista a las generales.