Las Navidades han aplazado un conflicto que aguarda a la vuelta de la esquina a la Diputación Provincial de Segovia, que pese a haber expresado su firme intención de satisfacer una demanda histórica de la provincia, su ejecución le puede generar un desgaste de imprevisible alcance. El Ayuntamiento de El Espinar ha sido uno de los primeros en ofrecer terrenos para acoger el futuro parque provincial de bomberos que el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente anunció el pasado 18 de diciembre que crearán. Albergar este proyecto se ha convertido en el anhelo de numerosos municipios, y la división en la defensa de sus intereses comienza a manifestarse al menos entre los alcaldes de las localidades más grandes.
Los Presupuestos de la Diputación para 2021 tan solo contemplan una partida de 100.000 euros para la redacción del proyecto y su ejecución ni siquiera tiene plazos definidos. «En unos años», ha dicho De Vicente, sin especificar cuántos. Sin embargo, la inquietud por conocer su ubicación se ha disparado. «A mí me han llamado muchos alcaldes. Todo el mundo se postula», apunta el portavoz del PSOE en la Diputación y concejal de Cantalejo, Máximo San Macario.
De momento la única pista que ha dado el Gobierno provincial es que se construirá en un terreno propiedad de la Diputación y que tendrá «acceso rápido a la SG-20». Esta última característica ha puesto todas las miradas en la finca de Quitapesares, un enclave estratégico de la institución, que tiene el Centro de Servicios Sociales La Fuencisla, el parque de maquinaria provincial, el Palacio de Congresos –que aún no ha abierto sus puertas–, el Vicam, el campo de golf de La Faisanera...
El conflicto que vendrá para la Diputación«No hay una solución perfecta, pero lógicamente debería realizarse en una parcela de la Diputación y allí tiene todos los servicios y ya está urbanizado», argumenta Jesús Nieto, alcalde de Palazuelos de Eresma, donde se encuentra precisamente Quitapesares. Sin embargo, su proximidad respecto al Parque de Bomberos de Segovia –estarían separados por apenas cinco kilómetros– genera dudas sobre su idoneidad. Los únicos bomberos profesionales que acudieron hace dos años al incendio que destruyó cinco casas en Santibáñez de Ayllón fueron los del Ayuntamiento de Segovia tras recorrer más de cien kilómetros al recibir el aviso. Fueron los propios vecinos los que, encaramados a las palas de sus máquinas particulares, evitaron que el fuego se extendiera a más viviendas.
«Cualquiera os podría hablar de la angustia añadida a la del incendio que era temblar ante la posibilidad de que alguno de los vecinos que estaban en los tejados desapareciera engullido al desplomarse alguna cubierta. Si yo fuera el responsable de intentar resolver el problema de los incendios en la Junta de Castilla y León no creo que pudiera dormir tranquilo después de haber visto cómo se ha desarrollado el incendio de Santibáñez», señaló aquellos días el presidente de la asociación de vecinos.
La opción del alfoz de Segovia como emplazamiento del futuro parque provincial de bomberos no convence nada al alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile. «Tendría poco sentido. Más si cabe cuando la Junta de Castilla y León tiene un mapa definido con tipos de parques, en el que hay un tipo 1 en Segovia y dos tipo 2 en Cuéllar y en El Espinar. Dicen que hay que estudiarlo, pero la Junta ya lo tiene estudiado», indica el primer edil cuellarano. Para la alcaldesa de Ayllón, María Jesús Sanz, «hay que tener una información clara antes de hacer una valoración, pero no podemos tener un parque en cada pueblo».
El conflicto parece asegurado pero, a la espera de que dé a conocer más detalles de sus intenciones, la Diputación ha diseñado una nueva red provincial de extinción de incendios que, esta sí, comenzará a funcionar muy pronto. Los Bomberos de Segovia ya no tendrán que cubrir toda la provincia, sino que los parques vallisoletanos de Íscar y Peñafiel y el de Aranda de Duero (Burgos) cubrirán parte del territorio (ver mapa adjunto) tras los convenios firmados.