'Enemigos' de la retirada

Nacho Sáez
-

Lujuria celebra sus treinta años en la música con una gira y un libro de aprendizajes compartidos

Una de las imágenes de las que más presumen los Lujuria. - Foto: DS

Retrasar un vuelo de American Airlines sin cometer un delito puede parecer ciencia ficción, pero los Lujuria lo consiguieron camino a la gira que protagonizaron en Latinoamérica en 2013. «Tocábamos en Costa Rica y cuando íbamos a Madrid volcó un camión de aceitunas, tardaron horas en retirarlo y el avión salía. Jose, nuestro road manager, que era de Madrid, estaba ya en Barajas y le dijimos que se inventara una historia. Cuando llegamos al avión todo el mundo estaba aplaudiendo y dándonos la enhorabuena porque Jose había contado que íbamos a Nueva York para dar un concierto para los niños sin hogar, que habíamos vendido 30.000 entradas y que no podíamos fallar. America Airlines paró el vuelo. Pero la realidad es que íbamos de gira a Costa Rica, Guatemala y El Salvador», cuenta ahora entre risas Óscar Sancho, vocalista de este grupo segoviano que cumple treinta años. Tres décadas de rock y heavy metal pero también de activismo que ahora están celebrando con una gira y con la publicación de un libro ('XXX años comiendo mierda y cagando flores') que no es una retahíla de excesos y desenfrenos sino un catálogo de aprendizajes compartidos.

Lujuria está de regreso. La pandemia les puso el freno. «Cuando empezó tuvimos muy claro que no íbamos a hacer gira. Nos negamos a tocar para gente sentada y con distancia y a poner en riesgo su salud. También a hacer streaming», cuenta Sancho, voz de Lujuria también para descifrar este libro que narra la trayectoria del grupo. El primer capítulo se titula 'ADSL (Antes de ser Lujuria)': «Ahí cuento los primeros pasos, los primeros grupos de barrio que luego no fueron nada…». El libro se desarrolla cronológicamente y describe a un grupo de jóvenes amigos de Segovia con ganas de luchar a través del rock por causas que creían justas.

La principal revolución que querían encabezar era la sexual. «Cuando nacimos no había matrimonio homosexual, se condenaba el uso del preservativo…», recuerda Sancho. Su lucha encontró enseguida enemigos. Tuvieron juicios con Telemadrid después de que una tertuliana les acusara de promocionar la pederastia con su tema 'Dejad que los niños se acerquen a mí', pero su cosecha musical no deja dudas sobre su actitud. Entre 1999 y 2012 publicaron doce discos nada más y nada menos.

En Costa Rica.En Costa Rica. - Foto: DS

Sancho se queda con 'Enemigos de la castidad' (2001). «Ya estábamos definidos como grupo y creo que son los mejores temas», destaca acerca de una época en la que todavía no se habían producido cambios en el grupo. Julio Herranz lo tuvo que dejar por una enfermedad en la espalda, César de Frutos 'El Oso' comenzó a trabajar en el Teatro Real de Madrid y se vio obligado a olvidarse de viajar los fines de semana para tocar y Javier Gallardo inició una vida en pareja que hizo que Lujuria fuera imposible. «Hasta ahora nadie se ha ido por un enfado. Si lo hubiera habido, lo diría porque en Segovia no puedes decir que te llevas bien con alguien cuando no es así», enfatiza Sancho.

La historia de los Lujuria podría decirse que está marcada por la normalidad. Frente al estereotipo del rockero amante del alcohol y el desenfreno, ellos reivindican el compromiso con la sociedad. «Cuando la gente nos pregunta si vivimos de la música, siempre respondemos que vivimos con la música. Eso nos da mucha libertad. Tenemos nuestros trabajos y no tenemos que vender obligatoriamente lo que saquemos así que sacamos lo que queremos sacar y podemos estar en esto lo que queramos. El problema es cuando estás ahí y parece que puedes vivir del rock o no y tienes prisa, haces demasiados conciertos, perviertes tu mensaje, sacas demasiados discos, fuerzas la máquina para seguir ingresando… Entonces ya no es rock and roll. Nosotros no somos mileuristas del rock ni funcionarios, somos rockeros», subrayan.

Sin embargo, la vida también les ha enseñado que todas las batallas no se pueden ganar. «A nivel musical creo que hemos hecho todo lo que teníamos que hacer. Me gusta mucho Judas Priest y me hubiera gustado tocar con ellos, pero no hay manera de que me lleven de telonero», bromea Sancho mientras apura un botellín de cerveza en el Bar Santana, una referencia en Segovia para tomar el pulso a la calle y a la música. Esta última tarea es clave para el éxito de una banda, en opinión de los Lujuria: «Al Chepas y a mí nunca nos dolieron prendas cuando escuchábamos que había una radio en Madrid que ponía maquetas. Cogíamos el coche y nos íbamos para allá, estábamos tres horas y con suerte la ponían. Si estás esperando a que te llamen, nadie te llama». Tampoco se olvidaban ni se olvidan de la sala de ensayo. «Siempre decimos nosotros que un grupo tiene que estar el 50 por ciento en el local y el 50 por ciento en la calle», concluye.

En Venecia.En Venecia. - Foto: DS

"NOS HA PASADO DE TODO PERO NO NOS HAN DERROTADO". Este viernes tocan en Cuenca para continuar conmemorando sus treinta años como banda. «Nos ha pasado de todo, pero no nos han derrotado. Lujuria es de los pocos grupos del Estado español que cumple treinta años sin haberlo dejado. Nos hemos comido las duras, las maduras y cuando no había comida». Pero el momento de la retirada aún no ha llegado. «Cuando un grupo cumple treinta años es su principal problema. Lo cuento en el libro. Yo veo muy bien en otros cuándo se tienen que retirar, pero en nosotros no soy capaz de verlo o no ha llegado la hora. Cuando nos llegue la hora, espero que un amigo de verdad no me haga la pelota y me lo diga. Hay grupos que están haciendo el ridículo. Pero es que veo la sociedad actual y está peor que cuando empezamos en valores, en derechos y en todo. En estos momentos estamos trabajando en un disco que esperamos que sorprenda. Va a ser conceptual y volvemos a poner la mesa la necesidad de recuperar el espíritu de lucha de los 70 y 80», apuntan.

Primera formación del grupo.
Primera formación del grupo. - Foto: DS

Ese afán por mantenerse en la brecha lo compatibilizan con una actitud solidaria hacia los grupos más jóvenes. «Un grupo, cuando es conocido, tiene que tener cuidado con el material que saca porque ya no vale todo, y tiene que respetar a los grupos que empiezan. No puede ser su competencia. Los que empiezan son los que tienen que estar sacando discos y tú, cada tres o cuatro años. Y alejarte de las salas para que toquen ellos. Solamente si el rock perdura, tú podrás seguir adelante», remacha Sancho, que observa un buen caldo de cultivo en Segovia: «Cuando empezamos había una escena muy rica y ahora también la hay. Además desde siempre. Tenemos un Conservatorio muy bueno y bandas que están saliendo fuera, como Mortal Maze. O Excómunion». Cuando llegue el relevo, a los Lujuria les pillará con la satisfacción del deber cumplido. «La principal enseñanza de estos treinta años es que cuando eres íntegro y luchas por tus ideales sin importarte la fama o el dinero, acabas tu historia orgulloso. Cuando acabe mi carrera podré decir orgulloso que no me arrepiento de nada de lo que he hecho. Desde aquí reto a cualquier cantante de reggaetón a ver si dentro de treinta años no se avergüenza de lo que ha hecho con 18. Sigue tus pensamientos porque entonces te irás de aquí feliz», concluye.