Las cenas de Navidad brindan un segundo agosto a la hostelería

Nacho Sáez
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Los restaurantes se preparan para llenar con las reuniones familiares, de amigos y de empresa después de dos años sin negocio en esta época por la pandemia.

Trabajadoras de los centros de Servicios Sociales de la Diputación, en el restaurante El Bernardino el pasado 18 de noviembre. - Foto: Rosa Blanco

El colorido de los disfraces de un grupo de mujeres a la puerta del restaurante El Bernardino rompe la monotonía de un viernes gris de otoño en Segovia. Son trabajadoras de los centros de Servicios Sociales de la Diputación Provincial y han quedado para celebrar la comida de Navidad, aunque apenas se haya superado ligeramente la primera quincena del mes de noviembre. «La hemos hecho tan pronto porque a algunas las venía mal un día, a otras otro e iba a ser complicado juntarnos todas. Al final elegimos el 18 de noviembre y aquí estamos. Otros años la habíamos hecho después del Puente de la Constitución», explica Sandra Rodríguez, una de las cabecillas del jolgorio.

«Lo de disfrazarnos es el segundo año que lo hacemos. El año pasado, por ejemplo, hicimos una cena sin disfraces», continúa. Son 22 y van a comer el menú del día de El Bernardino. «Somos trabajadoras de varios centros de la Diputación y esta comida es la excusa para juntarnos y pasarlo bien un rato», señala Rodríguez, feliz de poder brindar junto a sus compañeras y de empezar a dejar atrás la pandemia, que suspendió todas estas celebraciones. Todavía el año pasado fue frustrante para los hosteleros a pesar de que la mayor parte de la población se había vacunado contra el coronavirus. Las reservas en bares y restaurantes volvían a estar en máximos, pero la sexta ola provocó una cascada de cancelaciones. «El año pasado no abrí ni siquiera en Nochevieja. Al principio parecía que iba a ser un año bueno de comidas y cenas de Navidad, pero luego se nos cayó todo. Fue justo en noviembre cuando empezó el repunte», recuerda Daniel Pascual, del Restaurante José. Cruzan los dedos pero no parece que se vaya a repetir la misma situación estas Navidades, para las que de nuevo su teléfono echa humo: «Doy presupuestos todos los días».

La inflación no intimida a familias, grupos de amigos y empresas. Las comidas y cenas de Navidad se van a celebrar con independencia de la crisis de precios, tal y como confirman cinco restaurantes más consultados. «Lo tenemos ya prácticamente todo lleno. Ya hay días que estamos completos y estamos teniendo que decir que no», asegura el responsable de El Cochifrito, Julián Conde. El sábado 17 de diciembre es el que más grupos tienen subrayado en rojo, pero tampoco faltan reservas los viernes 2, 16, 23 y 30 de diciembre y los sábados 3 y 10 de diciembre. «Como hay días que están colapsados, la gente no tiene problema y escoge otro», señala Julio Santervás, del Restaurante-Asador Maribel.

Empleadas de la tienda Ale-Hop, el día 9 en La Taurina.Empleadas de la tienda Ale-Hop, el día 9 en La Taurina. - Foto: DS

Noviembre ha sido tranquilo en cuanto a comidas y cenas de Navidad o al menos los restaurantes no han servido muchas bajo ese paraguas. Una de las pocas la celebraron en el restaurante La Taurina las trabajadoras de la tienda Ale-Hop el pasado día 9. «La adelantamos para no coincidir con la campaña de Navidad, que solemos tener más carga de trabajo», cuenta una de esas empleadas. Se reunieron para cenar, al contrario de la tendencia que gana terreno. «Hay más comidas que cenas, sobre todo entre semana porque alargas mucho más la sobremesa. Además, desde la pandemia nos hemos europeizado y comemos y comemos y cenamos antes. Ahora empezamos a servir cenas a las ocho u ocho y media y a las once u once y cuarto hemos cerrado la cocina», subraya el propietario de El Secreto de San Clemente, Roberto Moreno.

«La minoría ahora mismo es la que come a las tres o tres y media», abunda Daniel Pascual, del Restaurante José, que reconoce que han subido precios: «La crisis es para todos. Para el que viene a comer y también para nosotros. La gente lo ha entendido, pero con todo y con eso nos piden que afinemos con el precio a pesar de que se sigue vendiendo el vino caro. Hay gente que sigue queriendo pagar un duro más». Los menús navideños vistos por esta redacción se mueven desde los 34 euros por persona a los 65. Moreno se defiende y remarca que «nosotros hemos mantenido los precios del año pasado». «Tenemos cinco menús y uno incluso lo hemos abaratado pensando en las circunstancias actuales y para que la gente pueda seguir disfrutando», afirma. Julián Conde, de El Cochifrito, coincide. «Hemos hecho menús asequibles para todo el mundo y para que la gente sepa lo que se va a gastar y pueda disfrutar a un precio razonable. El más caro va con las máximas calidades: vino Carmelo Rodero, rodaballo… Y todos los postres que servimos son caseros: la tarta de queso, el tiramisú, el ponche segoviano…».

Cofrades de la Asociación de Exalumnos Maristas, el pasado 19 de noviembre en El Arriero.
Cofrades de la Asociación de Exalumnos Maristas, el pasado 19 de noviembre en El Arriero. - Foto: DS

El tamaño de los grupos es heterogéneo y está condicionado por las características de cada local. «Tengo grupos de ochenta personas, de cincuenta, de siete… Hay de todo tipo. Hasta ochenta sí que podemos juntar», indica el propio Conde. «Suele ser gente que repite, mesas grandes. Como nuestro comedor es pequeño enseguida se llena, pero como ya no hace tanto frío en invierna y tenemos estufas, también nos reservan en las terrazas», resalta el responsable de El Secreto de San Clemente, Roberto Moreno, que además espera con grandes expectativas el Puente de Diciembre: «Hasta después de Reyes trabajamos francamente bien y tenemos la confianza de que la gente siga respondiendo. Se une la Navidad con el Puente, que es muy bueno, y los días principales lo tenemos lleno». «Diciembre ha sido siempre un segundo agosto porque casi todos los días hay celebraciones familiares o de empresas», concluye Pascual.