Al abrigo de los grandes

Cristina Sancho
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El músico cuellarano Álvaro Zarzuela toca en el espectáculo 20 Aniversario de David Bisbal después de acompañar a C. Tangana en cinco conciertos.

Álvaro Zarzuela, a la derecha, en un concierto de C. Tangana. - Foto: DS

Pocos músicos pueden decir que, a la edad de 24 años, se han subido a un escenario con dos de los grandes de la música en España en la actualidad. El cuellarano, Álvaro Zarzuela ha compartido tablas en apenas cuatro meses de diferencia con C. Tangana y con David Bisbal. Con el primero ha tocado en cinco conciertos por distintos puntos de España y con el segundo, en el concierto 20º aniversario compartiendo escenario con otros grandes de la música.  Los últimos meses están siendo increíbles para Zarzuela, que tiene como prioridad seguir manteniendo los pies en la tierra. 

El último fin de semana muchos vecinos de Cuéllar estuvieron pegados a la pantalla del televisor en distintos bares de la localidad para ver la retransmisión, a través de Movistar+, del concierto del almeriense. No tanto por Bisbal sino por ver a su vecino. Fue un concierto de tres horas de duración que Álvaro califica de inolvidable. «Está siendo increíble lo que me está pasando, para bien, este trabajo sale gracias al que fuera mi profesor Carlos Martín en mi etapa en San Sebastián y le estaré eternamente agradecido», afirma sin dudarlo. 

Después de que haya pasado una semana no dejan de llegarle felicitaciones y recuerda que el concierto fue algo mágico, no solo por la gran trayectoria de Bisbal, sino porque se celebró en su tierra, ante más de 20.000 personas, además de los telespectadores . «La experiencia fue inigualable, aparte de compartir escenario con músicos increíbles, invitados de renombre, David es un artista espectacular», explica Zarzuela. 

Concierto de Bisbal con la banda de la que forma parte Zarzuela. Concierto de Bisbal con la banda de la que forma parte Zarzuela. - Foto: DS

En este concierto, antes de subirse al escenario, participó en los ensayos, durante unas tres semanas antes, que fueron de mucho trabajo y muy duro. Aunque afrontó la actuación con tranquilidad, los nervios, en su justa medida, estaban presentes al inicio del concierto. Después, la profesionalidad y el hecho de disfrutar de la música fue todo uno. 

«Estás allí para dar los frutos que has sembrado en las duras semanas de trabajo, no era solo el concierto, sino también que se retransmitiera en directo por televisión, que se vaya a hacer un documental y un DVD del concierto y un disco del directo, todo esto hace que haya un pelín de nervios, pero de ellos también se disfruta, Es una experiencia que nunca olvidaré», comenta el músico. 

En los últimos meses, Álvaro se encuentra a mitad de camino entre España y Ámsterdam por motivos profesionales. En la ciudad holandesa comenzó, en septiembre, un máster de Interpretación de trombón y entre sus planes a futuro no descarta poder realizar un intercambio durante el siguiente curso en Estados Unidos. 

Mientras continúa la formación, su mente está puesta en el próximo 1 de diciembre, fecha en la que se embarca en un nuevo proyecto en Madrid. Estará en el Teatro Pavón, de Madrid, cerrando el Festival Villanos del Jazz con el pianista Alex Conde y un nuevo proyecto que se llama 'Alex Conde y los Indultados'.  Zarzuela asegura que es un trabajo «muy interesante en el que se mezcla nuestra música tradicional, pasodobles o música de Semana Santa, con mucho jazz; después del concierto nos meteremos en el estudio para grabar el disco, estoy muy contento con este proyecto». 

En la memoria aún perdura la experiencia vivida en los meses de verano junto a C Tangana y su banda en Festival Boombastic de Asturias con apenas diez horas para preparar el concierto. En aquella ocasión no pudo ni participar en los ensayos ni en las pruebas de sonido. La oportunidad llegó rápidamente y sin apenas tiempo para pensar la respuesta, no lo dudó, pero la experiencia fue buena. Tuvo que sustituir al músico principal e incluso realizar un solo con el que se llevó todas las miradas. 

«Me tocó ir de nuevas y la gente que me encontré en el equipo y los músicos fueron maravillosos, un placer trabajar con ellos», recuerda. Tocó la trompeta, el trombón y el helicón. «Fue brutal tocar delante de 40.000 personas, cuando vives una experiencia de este calibre por primera vez es impactante, choca un poco, que muy emocionante y lo disfruté como un niño», recuerda. 

Tan bien salieron las cosas que compartió escenario en otros cuatro conciertos más en Benidorm, Málaga, Hoyos del Espino y Pamplona. «Las cosas vienen cuando vienen y estoy super agradecido por haber podido compartir escenarios con estos artistas, tengo que seguir trabajando y estudiando duro para que, ojalá el día de mañana, me vuelva a surgir algo así. Tengo que estar tranquilo», afirma el músico con serenidad. 

Mientras tanto no olvida sus orígenes y como comenzó su pasión por la música en la Escuela de Música local donde Rubén Darío Valentín le dejaba trastear con distintos instrumentos. En la Escuela de Cuéllar estuvo desde los seis hasta los 18 años. Después con 20 años comenzó los estudios en el Centro Superior de Música del País Vasco y en el tercer curso, gracias a una beca Erasmus viajó a Ámsterdam y conoció el Conservatorio holandés. Ahora ha vuelto allí para continuar formándose y mientras ha tocado durante el verano con distintas bandas.