La Catedral reinicia la visita nocturna a la torre

D.S.
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El Cabildo ha reanudado la visita guiada nocturna a la torre, que por segundo año consecutivo se ofrece todos los viernes, sábados y domingos, a las 21,30 horas.

La luna ilumina la panorámica de la ciudad vista desde la torre de la Catedral. - Foto: A.M.

De nuevo la Catedral ofrece una visita nocturna a la torre, desde donde se define el perfil de la ciudad, dejando al templo en una casi levitación entre cielo y tierra enmarcada, a su vez, entre las diferentes torres de menor tamaño que surgen de las demás iglesias segovianas, muchas de ellas románicas. 

Esta noche los primeros visitantes han podido disfrutar de las hermosas vistas de la ciudad y de las diferentes dependencias de la torre que, en sus orígenes, poseía, en lo alto, un chapitel de madera de caoba traída de América y de estructura piramidal y que levantaban su altura hasta los 108 metros, siendo la torre más alta de España durante el siglo XVII. El 18 de septiembre del 1614 fue destruido este chapitel por un incendio causado por una gran tormenta eléctrica.

Ello llevó al Cabildo Catedral a construir un cuerpo para reconstruir esta parte de la torre. Se encargó el trabajo a Pedro de Brizuela y al arquitecto Juan de Mugaguren. En su lugar, diseñaron una cúpula de estilo herreriano y un chapitel de piedra. La altura se rebajó hasta los 88 metros. 

Espacio del campanario con los primeros visitantes, esta nocheEspacio del campanario con los primeros visitantes, esta noche - Foto: A.M.

La torre abrió sus puertas el 3 de octubre de 2014 a turistas y visitantes. La visita guiada a la torre es desde entonces una opción más para conocer el templo a nivel histórico y religioso, dentro de un entorno como es Segovia, declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.

En la primera sala de la visita, se pueden apreciar la serie de tapices que narra la historia del general, Pompeyo Magno, tejidos en Bruselas en el siglo XVII. También se encuentra el espacio donde se se ubica la conocida como casa del campanero. Se distribuye en cuatro estancias donde los campaneros y sus familias vivieron hasta 1950. Se distribuye en una cocina, una sala de estar y dos habitaciones perfectamente conservadas y uno de los ejemplos más característicos de las catedrales de toda España. En su interior el guía explica cada uno de los detalles de cómo era vivir en este tipo de vivienda y la función del campanero.

Desde la casa del campanero se accede a la sala del reloj. En ella se expone en sus paredes el resto de los tapices flamencos de la vida de Pompeyo Magno que se habían visto en la Sala de l Audiovisual. Además, da nombre a esta sala el reloj que se ubica en su interior, semejante al de la Puerta del Sol de Madrid y fabricado en Estrasburgo en 1882. En la planta y su bóveda se observa como la casa del campanero se conecta con un sistema de cuerdas con el campanario, un nivel más arriba, para de esta forma acceder a tocar las campanas desde la misma casa.

Una parte fundamental de esta torre son las escaleras. Diseñadas en forma de caracol se cuentan un total de 308 escaleras hasta el punto más alto de la torre, «Las Ocho Bolas» donde se alcanza una altura total de 108 metros.

La escalera de caracol se construyó adosada a una de las esquinas exteriores de la torre consiguiendo una integración armónica con el cuerpo central. La subida se realiza en cuatro paradas por lo que se hace de forma tranquila y sin grandes esfuerzos para disfrutar de forma completa de las vistas y el patrimonio que encierra cada espacio.

Tras subir un total de 190 escalones se accede al campanario para disfrutar de las vistas panorámicas que ofrece el mirador más alto de la ciudad. Desde los diferentes balcones se localizan los monumentos más importantes de la ciudad: el Acueducto romano, las numerosas iglesias románicas y sus torres, el Alcázar, la muralla, el cementero judío o los monasterios y conventos. En el horizonte, se erige la sierra y la meseta castellana que con cada estación del año se viste de diferentes tonalidades

Cuatrocientos años después Segovia ofrece uno de los mejores balcones para observar la historia y cambios que la ciudad ha experimentado desde un emblema y baluarte como es la Catedral.