Honores a un humanista del siglo XXI

DS
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El vitralista Carlos Muñoz de Pablos, hecho «de partes del talento que me han ido entregando», recibe en el Alcázar el título de Hijo Predilecto de Segovia.

Carlos Muñoz de Pablos recibe de la alcaldesa de Segovia, Clara Martín, el título de Hijo Predilecto, este miércoles. - Foto: Nacho Valverde/ Ical

En un marco incomparable, como es la Sala de la Galera del Alcázar, que lleva además su sello personal por el mural que pintó para recrear la proclamación de Isabel la Católica como reina, Carlos Muñoz de Pablos se convirtió el miércoles en el décimo Hijo Predilecto de la ciudad de Segovia.

Ese histórico espacio se llenó de los suyos, entre ellos numerosos representantes de la cultura que no quisieron perderse este evento. Arrancó con todos ellos puestos en pie para dar una larga ovación a la entrada del homenajeado junto a la alcaldesa de Segovia, Clara Martín. Visiblemente emocionado, Muñoz de Pablos dijo varias veces gracias pero sabiendo que no alcanza para decir todo lo que sentía.

Detalló que, con 12 años, se matriculó por su cuenta en la Escuela de Artes y Oficios, en los comienzos de la década de los 50. Un profesor les mostró 'El hombre de Vitruvio. De ahí su homenaje a «todos mis maestros», porque aseguró que está hecho «de partes del talento que me han ido entregando». También dijo que está muy orgulloso de sus hijos, con los que comparte taller y profesión cada día, y «muy orgulloso de la ciudad» así como, de todas las cosas que ha hecho, que asume que «están como están» aunque «las podría haber hecho mejor». Para Muñoz de Pablos, lo importante es que su obra, vinculada con la arquitectura, está «en la calle».

En los discursos se subrayó que Muñoz de Pablos es «un hombre del Renacimiento», como le definió el coronel de la Academia de Artillería de Segovia, de quien depende la fortaleza, Rafael de Felipe de Barahona. El maestro de ceremonias del acto y miembro del Nuevo Mester de Juglaría, Fernando Ortiz, aseguró que este acto y nombramiento es «de justicia» pero, sobre todo, «de cariño de la ciudad» a Muñoz de Pablos, que forma parte del «paisaje interior de Segovia», ciudad a la que mira «con los ojos del alma», como solo lo hacen quienes «padecen un enamoramiento arrebatado».

Los asistentes escucharon en la voz de la secretaria del Ayuntamiento –según informa Ical– el acta de la resolución de este nombramiento, que fue votado y aprobado por unanimidad de toda los grupos políticos que conforman la Corporación municipal, a propuesta de la Academia de Historia y Arte de San Quirce. Su director, Rafael Cantalejo, desgranó en pinceladas la vida del homenajeado desde su infancia, al nacer cerca del barrio de la Judería, cerca «de la capilla de San Gregorio». «Le interesa la materia, su composición. Tiene algo de alquimia su trabajo, como su admirado Andrés Laguna», dijo Cantalejo, para añadir que Muñoz de Pablos es «un hombre que celebra que sus convecinos le reconocen como un segoviano especial, que Segovia es, con todas sus cosas, el mejor lugar de la Tierra» y el artista «lo sabe a través de su paisaje».

También tomó la palabra el presidente de la Fundación Centro Nacional del Vidrio, Andrés Ortega, que recordó la circunstancia de ser el Año Internacional del Vidrio. Destacó además a un maestro excepcional y «un gigante en lo personal», además de ser «un verdadero referente y defensor del vidrio, del arte y la conservación del arte cultural». Además, le hizo entrega de «un pequeño símbolo de nuestra admiración» con una pieza de los maestros de la Real Fábrica de Cristales de La Granja.

La alcaldesa de Segovia, Clara Martín, dio las gracias a Muñoz de Pablos por «una vida marcada por el compromiso con la belleza, con el arte, con la cultura, y por supuesto, con la ciudad de Segovia», dijo Martín. Muñoz de Pablos, según la alcaldesa, es «un hijo del pueblo", que entendió que «la luz es el valor fundamental de Segovia, su valor absoluto», así como «materia y símbolo».