Malos tiempos para la hostelería tras la campaña de verano

D.S.
-

La patronal prevé cierre de establecimientos hasta Semana Santa, aunque también admite que muchos locales han facturado cifras parecidas a otros años

Malos tiempos para la hostelería tras la campaña de verano - Foto: Rosa Blanco

Con intensas lluvias otoñales,  aunque aún tienen que llegar días buenos, la limitación de aforo en el interior de los establecimientos, el miedo de algunos clientes a entrar en sitios cerrados y las restricciones de movimientos en Madrid, procedencia de buena parte de la clientela, la hostelería frunce el ceño y augura unos meses duros para los negocios, «todo va a depender de cómo reaccione el turismo y de la seguridad que podamos transmitir a los clientes», según el vicepresidente de la Agrupación Industrial de Hosteleros Segovianos (AIHS), Jesús Castellanos.  

La realidad, según testimonios de empresarios, es que han facturado en julio y agosto lo que no tenían pensado, prácticamente como el año pasado, sin las medidas contra la pandemia,  lo que les ha dado margen para saldar deudas anteriores generadas durante el confinamiento.

No obstante, en base a los datos estimativos que maneja Hostelería de España, van a cerrar en torno al 20% de los establecimientos, sobre todo los pequeños con poca barra. Trasladada la cifra a Segovia, Castellanos, que gestiona el restaurante ‘Acueducto  25 by Haggen’, podría suponer que de 2.500 que hay  en la provincia podrían a echar el cierre 200 y de los 400 de la capital, entre 30 y 40, hasta Semana Santa. Ya no abrieron tras el estado de alarma ‘La Trébede’ o la ‘Taberna Cervantes. Galleo Bú’, antiguo ‘Volapié’. 

También hay empresarios que se animan a realizar movimientos, desde la reapertura del ‘Alma Nostra’, ahora en el Palacio de la Floresta’, a la próxima de ‘La Taurina’, o el cambio de dirección en ‘Las tres B’ o en el ‘JC’. 

Castellanos, alarmado por la merma de negocio el anterior fin de semana, debido a las lluvias,  reconoce que «las terrazas han conseguido que muchos establecimientos trabajen prácticamente igual que otros años o a un 90%,  quienes tienen grandes espacios han salvado el verano pero ha sido un espejismo, bendito sea, sobre todo ha servido para pagar las deudas adquiridas en el confinamiento, como alquileres o luz, por lo menos sanear la economía de pequeños negocios».

Roberto Moreno, de ‘El secreto de San Clemente’ reconoce que, desde la reapertura, ha hecho los mismos números que otros años. Con grandes terrazas, agradece  la confianza depositada por el público local y, en fines de semana, por visitantes de Madrid.   

Todo está rodeado de incertidumbre,  aunque los primeros días del ‘Alma Nostra’ discurren con una gran afluencia de público, lo que le lleva a decir a uno de sus responsables, Gabriel Fernández, que nunca llegó a pensar que tuviera que pagar a una persona para controlar el acceso con una cadena en la puerta y poder limitar el aforo a un 60%, aunque se permita hasta el 70%.  Atribuye el éxito a calidad y precio. 

Sin terraza es más complejo para lugares como ‘El Sitio’, según Juan Prieto López,  quien teme la combinación que supone que la  gente salga menos en invierno y que, además, no se pueda dejar entrar a todos: «Será complicado», matiza. En la misma situación se encuentra Juanfran Martín Llorente, de ‘Shout’,  quien advierte que, cuando no se pueden ocupar las terrazas, no hay locales para acoger a todo el público. Aunque reconoce que se defiende,  afirma que «estamos al borde, casi a pérdidas, vamos jugando con el pago de facturas, todo el mundo se porta muy bien, desde caseros a proveedores».  

Javier Álamo, de ‘La Concepción’,  cree que es fundamental la terraza y por eso se han dirigido al Ayuntamiento para solicitar la instalación de cortavientos que puedan proteger a los clientes.  

Tras un verano que les ha permitido mantenerse, la empresa no aboga por reducir plantilla, por eso Álamo subraya que «lo lógico es aguantar, pero habrá gente que no podrá, nos cuesta dinero, y no digamos si hay otro confinamiento, nos vendría realmente mal».