Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Lecciones de guerra

18/03/2022

La pandemia del coronavirus nos hizo saber que no teníamos la mejor asistencia sanitaria del mundo, como se nos hacía creer. Que el traje era estrecho, que los recortes de doce años de crisis económica acabaron por estallar las costuras del sistema. Ahora la guerra en Ucrania ha puesto en evidencia desconocidas debilidades, al menos para la población mayoritaria, y la constatación de que ni siquiera somos autosuficientes en productos de primera necesidad. Nuestra dependencia de los cereales de Ucrania y Bielorrusia provoca pasmo y las carencias de fuentes de energía confirman el gran fracaso de los gobiernos de los últimos treinta años, incapaces de gestionar una alternativa realista al carbón. Tres décadas asistiendo a un enfermo que se sabía terminal y el mismo periodo de tiempo en el que los distintos gobiernos, tanto del PSOE como del PP, fueron incapaces de generar alternativas pese a los miles de millones de los que dispusieron para tal fin. Resultó tan reiterada como fracasada la exigencia de salvaguardar al menos una reserva estratégica de carbón nacional para momentos de crisis. Se optó por el abandono temerario y radical de minas e instalaciones. Alemania nos ha dado una lección al anunciar ahora que dispone de capacidad para recuperar la producción de carbón con una proyección de diez años, si fuera necesario.
En Castilla y León nos creíamos el granero nacional, al menos, y el pueblo llano ha descubierto que España compra un tercio del trigo que importa Europa, así como una buena parte de los cereales para la fabricación de pienso. Nada sabíamos tampoco de nuestra dependencia del aceite de girasol procedente de Ucrania y menos conocíamos que fuera tan importante no solo para la hostelería y la industria alimentaria, sino también para el consumo doméstico.
Crisis y guerra nos han hecho saber que en España se practica en exceso la política del corto plazo, que las expectativas electorales inmediatas se sobreponen a la responsabilidad exigida, que lo urgente no siempre es lo necesario.