De nuevo, los vecinos de las localidades de Brieva y Espirdo han estado en vilo durante el fin de semana por la huida de casi medio centenar de reses bravas de la ganadería del Marqués de Quintanar. El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) informaba el domingo a mediodía de que la situación era segura, pero desde el Ayuntamiento de Brieva han decidido no levantar la recomendación de no pasear por la zona de los bajos del cementerio debido a que, según explica su alcaldesa, María del Pilar Martín, "no se sabe exactamente el número de reses que se escaparon".

El problema se remonta al miércoles 8 de febrero por la tarde, cuando responsables de la ganadería comunicaban a las alcaldesas de Brieva y Espirdo el traslado de las reses de un lado a otro de la carretera entre La Higuera y Brieva. "No lo pudieron controlar", lamenta Martín. Fue entonces cuando se produjo la fuga de entre 45 y 50 reses bravas, sin saber con exactitud el número de cabezas que escaparon. "Con la ayuda de la Guardia Civil, Seprona, Protección Civil y voluntarios el jueves se consiguieron encontrar alrededor de 15 ejemplares".

"A los alcaldes nos preocupa esta situación. Está muy bien que haya actividad ganadera pero con un mínimo de seguridad porque es ganado bravo. Hay miedo entre los vecinos porque no se puede pasear", señala la alcaldesa de Brieva. Por este motivo, los responsables de los ayuntamientos afectados se reunirán esta tarde con el objetivo de remitir un escrito a diversas instituciones mostrando su preocupación por la situación generada. 

Este episodio, como recordaba la propia alcaldesa de Brieva, sucedía de forma similar hace poco menos de un año provocando el traslado de uno de los vecinos al Hospital General de Segovia tras recibir varias cornadas de una de las reses bravas que se habían escapado entonces.