Aurelio Martín

UNA COL

Aurelio Martín

Periodista


El campo en crisis

03/09/2022

La situación de campo continúa cayendo en una crisis profunda de la que le va a ser difícil salir, máxime ahora con los altos costes energéticos y de materias primas que padecen  los ganaderos lo que hace inviable sus explotaciones, hasta el punto de que les sale más rentable acabar con la actividad.
El sector lácteo ha dado la voz de alarma porque prácticamente trabaja a pérdidas visto a cómo le pagan al productor el precio del litro y a cómo se vende en el mercado, a veces tan devaluado como que lo regalan con cualquier promoción o lo bajan el precio para atraer clientes. 
Los números que baraja la Administración hablan por sí solos dejando patente que están cerrando numerosas explotaciones, año tras año, y tampoco hay relevo generacional para mantener la actividad. Esto, unido a que el precio de la carne ha estado alto,  ha forzado la decisión de algunos ganaderos a vender las reses y cerrar la puerta de sus naves.  Todo es todo tiene un final,  si  los ganaderos no perciben un precio justo acorde con los gastos de producción y cierran todo quedará en manos de grandes multinacionales que exploten macrogranjas con proyectos que superan la previsión de más de 20.000 vacas.
La industria, que ahora parece que ha reaccionado subiendo unos céntimos el litro que paga al ganadero,  también tiene responsabilidad  al no haberle valorado el producto como se merecía llevándole a agonía financiera, con el remate último de la subida del pienso, el gasoil o la electricidad, indispensables para su día a día, pese a que España ha sido deficitaria e importa leche, lo que posiblemente sea también un salvavidas para evitar un desabastecimiento en los lineales.
Y la Ley de Calidad Alimentaria parece que no es efectiva para este tipo de situaciones que, entre unas cosas y otras, van a llevar al final de la actividad en los pueblos por mucho que haya un empeño en que crezca su población, porque las señales que se reciben es todo lo contrario, pese a que, incluso, nos estén hablando de masivas conexiones  de redes de fibra óptica, que hay algunos lugares que desde luego no las conocen, y de infinitas subvenciones y exencciones fiscales que finalmente quedan en el anuncio del político de turno pero que luego son de difícil acceso por el exceso de burocracia y que, incluso, nacen sin  presupuesto, pero se queda bien.
Pero el problema no solo se encuentra en el sector lácteo, por desgracia, el ovino también se encuentra en total declive, las granjas de pollos no se reponen y la ganadería de vacuno extensivo, con la que tanto se fotografiaban dirigentes populares para contrarrestar las inoportunas declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón,  continúan pasando por un momento muy delicado; y si  llega una cosecha mala por el exceso de calor, completamos el círculo. Hay hasta quien no se plantea sembrar.  Es una lástima pero uno de los principales motores económicos de esta provincia se está gripando y afecta a cientos de familias, exceptuando algunas áreas y otras que deben tener un cuidado extremo con el medio ambiente.