De profesión, los satélites

A.M.
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El ingeniero segoviano Carlos de Álvaro Martín trabaja en un proyecto de tecnología aeroespacial que prevé revolucionar la telefonía móvil

El ingeniero Carlos de Álvaro Martín - Foto: D.S.

Desde su sede en Valladolid, Safran Engineering Services España, la empresa dedicada al desarrollo de productos del sector aeroespacial,  cuyo responsable de ingeniería es Carlos Álvaro Martín (Segovia, 49 años), se ha enfrentado al reto de construir un sistema mecánico que permite el despliegue de los paneles que forman parte de un satélite y la antena de comunicaciones,  la de forma rígida más grande que se ha abierto en el espacio.  

El objetivo de este primer prototipo es ensayar los sistemas mecánicos y de comunicación del satélite,  cuyo prototipo de prueba será lanzado desde Cabo Cañaveral, este 10 de septiembre, con SpaceX.  Forma parte de un proyecto de BlueWalker 3 (BW3) de AST SpaceMobile que revolucionará la telefonía móvil en el mundo.

Si todo va bien, la previsión de la compañía es colocar en el espacio un elevado grupo de satélites, cada una de ellos con una superficie, para construir la primera y la única red de telefonía por satélite accesible desde cualquier  teléfono móvil. 

cobertura. Según De Álvaro, los teléfonos comercializados desde hace dos o tres años podrían tener cobertura desde los satélites sin necesidad de realizar ninguna modificación. Se trata de vehículos espaciales de baja órbita (LEO en inglés) que precisan una gran superficie para realizar su función de antenas.  El ingeniero segoviano, que cuenta con 25 años de experiencia en diversos campos de esta ciencia, afirma que este proyecto ha sido el mayor reto al que se ha enfrentado junto a un equipo de unas 30 personas, tanto por  el problema que les planteaba AST,  técnicamente difícil de resolver, y porque esta tecnología supone un cambio en la forma de entender la telefonía móvil en el mundo.  Según De Álvaro, a la sede de Valladolid acudió un experto que había trabajado para la NASA en sistemas mecánicos de despliegue de satélites y comentó que con lo que él sabía no veía forma de resolver el problema que planteaba AST, como era conseguir desplegar una superficie plana de antenas con tales dimensiones –que no revela– que ocupara un volumen tan reducido cuando es transportada en el lanzador. «Haber conseguido hacerlo en Valladolid nos hace pensar que nuestro nivel de ingeniería no tiene mucho que envidiar al de otros países. Quizá nos falten oportunidades para demostrarlo», matiza.

Antes de viajar invitado a presenciar el lanzamiento, De Álvaro aboga porque Safran pueda continuar con el desarrollo de la constelación de los satélites de AST, mientras también trabajan en sistemas de propulsión, tanto aeronáutica como espacial. No en vano han sabido dar una alternativa a los sistemas tradicionales de despliegue de antenas 'origami' y el conocido como 'en forma de serpiente' que permitiera desplegar una superficie tan grande.

En cuanto al sector, Carlos de Álvaro Martín, que lamenta que haya que abandonar la tierra de nacimiento si se pretende trabajar en actividades de ingeniería que no estén relacionadas con la fabricación y asegura que su empresa trata de generar y retener talento, augura que, en unos años, habrá en circulación una gran cantidad de satélites en el espacio. 

A su juicio, este tráfico masivo «ha generado una nueva actividad, el desarrollo de sistemas que permitan a un satélite tomar una decisión sobre su trayectoria en función de los objetos que se puede encontrar, por lo que ya hay empresas trabajando en el desarrollo de sensores y software, algo similar a la conducción autónoma en la automoción». También se habla ya de estaciones espaciales en las que se lleguen a fabricar determinados productos que por sus características (contaminantes) no se puedan llevar a cabo en tierra y, desde el punto de vista de seguridad, según De Álvaro, se trabaja mucho en la toma y procesado de imágenes, fundamentalmente para la vigilancia de zonas de conflicto. 

Otro de los aspectos que destaca el ingeniero es que comienzan los primeros ataques entre satélites, objetos que intencionadamente pueden chocar contra otro para desviarlo de su órbita o anularlo. Los ministerios de Defensa ya están creando departamentos especializados en la protección del espacio. Hasta no hace mucho tiempo la llamada 'Guerra de las galaxias' era realidad solo en la ficción cinematográfica...