Pasión tridimensional

A.M.
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Una original exposición en la Real Fábrica de Cristales de La Granja ofrece una visión estereoscópica del siglo XIX en torno a la muerte de Jesús

Diorama de la crucifixión que conforma la parte más espectacular de la muestra. - Foto: A.M.

La Real Fábrica de Cristales de La Granja ofrece una exposición concebida como «casi única» por sus promotores que entronca con la tradición del municipio en torno a la Semana Santa, una de las más populares de la provincia y posiblemente de España por el sentimiento de penitencia de muchos de los participantes en sus procesiones. 

A través de fotografías estereoscópicas del siglo XIX se muestran las 14 estaciones del camino de Jesús a la cruz, su muerte y resurrección, junto a otras interpretaciones fotográficas, como el diorama XII, muerte de Jesús, y monoscópicas de la Semana Santa de Sevilla (1882) de Francisco y Ramón Almela, así como la interpretación de la crucifixión, de Fred Holland Day (1864-1933).  

Estos «micromundos» como ha definido a las imágenes  la directora del Museo Tecnológico del Vidrio, Paloma Pastor, se pueden apreciar en un pequeño espacio adaptado para la ocasión en un  montaje que ha conllevado complicaciones por la singularidad de la muestra, como ha reconocido la concejala de Turismo del real Sitio de San Ildefonso, Paloma Ramírez.

Los comisarios Lee Fontanella y Juantxo Egaña han subrayado en la presentación de la muestra –que permanecerá abierta hasta el 31 de agosto–  que han querido hacer asequibles estas antiguas vistas aplicando nuevas tecnologías y otras posibilidades de poder apreciar las estaciones de la cruz. 

Se trata de una selección que conforma una parte de la vida de Cristo y, al final de las estaciones de la cruz, la resurrección.Se ha eliminado el número XII, la crucifixión, mientras que, en lugar de colocar la cartulina estereoscópica se ha construido un diorama para que se aprecie «como algo más espectacular».  Lo ha realizado el pintor  Juan de la Peña, modernizando las imágenes, incluso algunas de las figuras llevan tatuajes, transformándolas a un mundo más actualizado, mientras que Luis Lancho se ha encargado del multimedia, llevando también a cabo las estereoscopías que recrean las tres dimensiones para ser vistas en los teléfonos móviles con los QR, así como los vídeos de la sala negra donde se exhibe la exposición.   

La estereoscopía es el diálogo que se establece entre las dos perspectivas que captan nuestros ojos (similar a dos objetivos – separados– que comparten el mismo cuerpo de una cámara fotográfica) con el cerebro humano para poder comprender y medir el espacio en el que nos movemos, tanto de forma técnica como intuitivo.  Con la eclosión de la fotografía en la primera mitad del siglo XIXla estereoscopía se dotó de una herramienta fundamental           para ser empleada tanto por la ciencia, como en aplicaciones técnicas que han ido evolucionando hasta la actualidad. 

Para los comisarios, se muestra la Pasión desde el más amplio sentido, desde un sentimiento arraigado en una parte de nuestra cultura, como es la Semana Santa y los  que ella provoca en los artistas y la manera de expresarlos, y en concreto con la mirada del siglo XIX. 

Esta colaboración se configura como el inicio de futuras acciones en torno a la fotografía, con especial interés en su vertiente estereoscópica, que se desarrollará   en el Real Sitio de San Ildefonso donde se va a trasladar la Colección FBS, de las que proceden estas estereoscopías que pertenecen a uno de los coleccionables de 24 marcos grafiados relativos a la vida de Jesús, publicados en los años 1865 a 1885, por Adolphe Block, en Francia. 

Los coleccionistas Fernández-Barredo/Sánchez han llevado a cabo una labor de recopilación de objetos fotográficos, fotografías, documentociones enfocadas al mundo estereoscópico, que en el transcurso de 47 años ha dado lugar a un fondo con miles de piezas.

Juan José Sánchez García y Yolanda Fernández-Barredo, ambos arquitectos, han adquirido un inmueble en La Granja, en la Plaza de España, a donde se trasladarán a vivir en el plazo de dos años, una vez llevada a cabo la rehabilitación, según fuentes próximas a los coleccionistas.  Allí trasladararán su colección pero no será un museo visitable.