El monte pío de Vallelado

A.M.
-

Una institución benéfica creada por deseo del comendador Gómez Velázquez, en 1608, ayuda a ancianos y personas necesitadas de Cuéllar con la explotación de un pinar en Vallelado

Pinar en Vallelado del que se obtienen los recursos para financiar las ayudas de la obra benéfica, constituida en fundación. - Foto: CRISTINA SANCHO

El comendador Gómez Velázquez, caballerizo (encargado del cuidado de las caballerizas) de la Reina Juana de Austria, cuarta mujer de Felipe II, en su testamento otorgado en Madrid ante el escribano Andrés Fernández de Naclares, el 21 de diciembre de 1608, estableció una obra pía con la finalidad de otorgar prebendas a niños, doncellas, ancianos y viudas de Cuéllar y su tierra.  

Más de cuatro siglos después, ahora como fundación aprobada por la Junta de Castilla yLeón, en 2016,  la institución benéfica sigue manteniendo su actividad sufragando necesidades sociales, como asistencia a discapacitados, ancianos y personas en situación de exclusión social.  Las rentas  para distribuir en la obra social, al menos el 70%, procede de la explotación de 377,5 hectáreas de un pinar en Vallelado, para venta de madera y piñones y producción de resina.  

Prueba de ello se plasma en el Boletín Oficial de la Provincia, de este 21 de marzo, donde se publica el pliego de condiciones para la contratación mediante subasta pública de los aprovechamientos maderables del monte de utilidad pública 224, con una tasación total de 10.716,80 euros. La primera subasta se celebrará a las doce del mediodía del 22 de abril.   €  

Ruinas de una antigua casa de obra pía Ruinas de una antigua casa de obra pía - Foto: C.SANCHOEl anuncio lo firma el presidente del patronato de la fundacion, el arcipreste de Cuéllar y párroco Fernando Mateo González. En declaraciones a este periódico explica que, en estos últimos años, los fondos  se han destinado a la residencia de mayores 'El Alamillo' –donde fallecieron once residentes durante la pandemia–, teniendo en cuenta que algunos apenas pueden pagarse la estancia con una pensión contributiva, aparte de haber adquirido una cámara frigorífica y una secadora y de renovar la carpintería de las ventanas, tras haber abordado una ampliación para ajustarse a la normativa dictada por la Consejería de Familia. Asimismo se presta ayuda a las monjas Clarisas, que completa sus ingresos como lavandería de ropa de cama y mantelería de casas rurales y restaurantes de la zona, y a las Concepcionistas franciscanas. Ambas son de clausura. Además, colaboran con Cáritas parroquial, que atiende entre siete y diez personas quincenalmente, y en alguna ocasión a la Fundación Personas.   

Aunque procede de los inicios del siglo XVII, aún se cumple el deseo del comendador que recoge en su 'Historia de Cuéllar' el padre Balbino Velasco: «De las rentas devengadas de sus bienes debían entregarse al patrón 2.000 maravedíes –uno viene a ser, aproximadamente, 10 céntimos de euro– con la obligación de aplicar misas en sufragio de su alma, de la de sus padres, de los reyes y del duque».

Aunque hay antecedentes más recientes en el tiempo, como que esta obra fue clasificada por el Ministerio de la Gobernación, en junio de 1957, como de beneficencia particular, y el 8 diciembre de 1961, la Dirección General de lo Contencioso del Estado se concede a la fundación la exención del impuesto sobre los bienes de las personas jurídicas, es en el archivo de la Casa Ducal de Alburquerque donde existe abundante documentación sobre la administración de esta obra benéfica.

En el testamento, recoge Balbino Velasco, se establecía el siguiente reparto:  «17.000 maravedíes cada año para ayuda de estudios o seguir el camino de las armas a seis muchachos hijosdalgo y, en su defecto, a tres hijosdalgo y tres labradores. Debía comenzarse a los siete años y terminar a los 37». 

Otra parte a «seis doncellas honradas debían entregarse anualmente, también durante 30 años, 15.000 maravedíes a cada una, para ayuda a su crianza y vivienda. A seis ancianos de 40 años para arriba, tres hijosdalgo y tres labradores, debían entregarse anualmente 15.000 y 10.000 maravedíes respectivamente.  A seis viudas de hijosdalgo y a otras tres del estado llano debían darse todos los años, a cada una, 12.000 maravedíes para ayuda a su vivienda o para tornarse a casar».        

Nacido en Cuéllar, hacia 1540, Gómez Velázquez fue caballero de la Orden de Santiago, comendador de Pozo Rubio, de Villarrubia, en 1603, y también visitador de la provincia de Castilla.  También caballerizo de las infantas doña Isabel Clara Eugenia y doña Catalina Micaela,  y más tarde también de la reina doña Margarita de Austria, mujer de Felipe III. Quiso ser enterrado en la iglesia de SanFrancisco.

Gómez Velázquez nombró patrono a su sobrino, a quien sucedería «el regidor de su linaje de la villa, el vicario de Cuéllar y regidor de los hombres buenos», que debían conservar los bienes en un arca con tres llaves.  

Atendiendo a las indicaciones, en la actualidad, además de su presidente, el patronato está integrado por un representante del Ayuntamiento, que ahora recae en  Tomás Marcos, y dos vecinos, uno de ellos un agricultor y un profesional, en este caso IgnacioBenito, que es el secretario. No cobran 12.000 maravedíes por los trabajos de contaduría, como establecía el comendador, pero se permiten, cada año, celebrar los consejos acompañados de bollos y vino de misa. 

En el límite del término con Chañe y Cuéllar 

La Senda de la Minguela discurre por tres montes de utilidad pública dos de ellos pertenecientes al Ayuntamiento de Vallelado y un tercero en el límite de término con Chañe y Cuéllar, el monte 224, el único que pertenece a la beneficencia. 

Aún se conservan las ruinas de la casa de la obra pía, en la fotografía, en el nacimiento de la Arroyada que dejaba sus aguas en el cauce del Cega. Cerca se encuentra también el despoblado de Ruy de Manzano, de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar.