La huelga indefinida de los letrados de la Administración de Justicia alcanza su cuarta semana con decenas de juicios suspendidos, centenares de asuntos paralizados y miles de euros destinados al pago de indemnizaciones o pensiones alimenticias retenidos. Montserrat Isabel Cabrera (Segovia, 1974), letrada de la Administración de Justicia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Segovia, analiza la situación y responde a las acusaciones del Ministerio de Justicia.
Es la cuarta semana de huelga indefinida. ¿Cuál es el estado de ánimo en este momento?
Por un lado tenemos muchísima tristeza y preocupación por la situación porque, además, va contra nuestra forma de ser. Lo que nosotros siempre pretendemos es que los juzgados vayan para adelante, que no haya retrasos y con esto vemos que todo el trabajo que se ha hecho se está derrumbando y se está provocando un perjuicio irreparable. Pero por otro lado estamos firmes en nuestras convicciones porque, si el Ministerio llegó a unos acuerdos en abril de 2022, no entendemos por qué ahora se niega a cumplirlos.
El Ministerio ha deslizado que el seguimiento de la huelga ha bajado porque los primeros días ustedes aprovecharon días de vacaciones y moscosos para transmitir la sensación de estar de huelga sin dejar de cobrar su sueldo.
Todos los datos que está dando el Ministerio están completamente sesgados. Por ejemplo, están computando los servicios mínimos, por lo que de esa manera el seguimiento ya no puede ser nunca del cien por cien aunque, como aquí en Segovia, todos estemos haciendo la huelga. No es cierto que el seguimiento esté bajando sino que en muchos lugares está subiendo. Nosotros estamos con la convicción de que hay que continuar porque es justo lo que estamos pidiendo y por dignidad.
Piden adecuar su salario a las nuevas funciones que han tenido que asumir. ¿Cómo ha cambiado su trabajo en los últimos años?
Yo aprobé la oposición hace 23 años y ya teníamos unas funciones muy importantes, entre las que se encontraba la fe pública judicial y que éramos los directores de la Oficina Judicial. Pero se vio que el sistema judicial no estaba bien distribuido, que los jueces tenían una sobrecarga de trabajo y que los letrados de la Administración de Justicia estábamos infrautilizados pese a estar formados con unas oposiciones que son muy parejas a las de los jueces. En 2009 se nos dieron una serie de competencias pero con una contraprestación que no se nos ha dado y, por eso, estamos ahora en esta situación catorce años después.
Dice el Ministerio que en el último año les han subido el salario casi un 15 por ciento.
El secretario de Estado y la ministra mienten por omisión. Es cierto que a todos los funcionarios de la Administración de Justicia, no solo a los letrados, se nos subió el sueldo en un acuerdo que se hizo a través de la mesa sindical por la pérdida de poder adquisitivo que tuvimos, durante diez años. A nosotros nos han subido 195 euros a pagar en tres años pero a los gestores, que son los que están inmediatamente por debajo de nosotros, se les ha subido 185 euros. ¿Esos diez euros de diferencia son la adecuación salarial por las nuevas funciones que nos han dado? No lo entendemos así. Luego hablan de otra subida del nueve por ciento, pero ha sido a toda la función pública. No se ha hecho una adecuación salarial.
También reclaman poder negociar sus propias condiciones laborales.
Es una de nuestras principales reclamaciones, más que la económica. Nuestras asociaciones profesionales, que son las que conocen nuestras necesidades, no están representadas. Los sindicatos generales miran por sus afiliados, que son los Cuerpos Generales. Difícilmente van a mirar por los letrados de la Administración de Justicia porque somos sus superiores jerárquicos.
¿Entienden como un desprecio del Gobierno a la justicia que dure ya un mes la huelga?
Sentimos completamente que la justicia no interesa. Que la justicia no da dinero y que no interesa. No quisimos hacer tanta sangre y esperamos hasta el 24 de enero para iniciar la huelga. Tuvieron un mes para negociar antes de que empezara y estamos en la cuarta semana y no hay visos de que tengan interés. Y no solo nos sentimos perjudicados nosotros. Aquí están implicados todos los operadores jurídicos. Desde los funcionarios de la Oficina Judicial, a los procuradores, jueces, magistrados, abogados, fiscales, forenses, graduados sociales y lo más importante, el ciudadano. Porque detrás de cada uno de estos expedientes que tenemos en nuestro juzgado no hay que olvidar que hay una persona, hay una familia y hay una serie de circunstancias personales que realmente son importantes.
¿Importa el color político del Gobierno?
No quiero entrar en temas políticos, pero es verdad que no creo que en ningún gobierno –da igual del color político que sea– su principal preocupación sea la justicia. Y eso que es uno de los tres poderes del Estado.
¿Algún día habrá una huelga de toda la Administración de Justicia para que sea por fin más rápida?
Si no la hay es porque todo el que trabaja en justicia tiene una función de servidor público y sopesa mucho la situación, pero estamos todos por hacerla. Los medios de que disponemos son muy mínimos.
¿Se han tenido que enfrentar a historias personales duras de ciudadanos derivadas de la huelga?
Como en Segovia el seguimiento de la huelga está siendo del cien por cien, el justiciable ya sabe que es una pérdida de tiempo que venga. Pero somos conocedores de los expedientes que tenemos y detrás de cada uno hay una situación personal. Yo pago todos los meses puntualmente la indemnización a un señor que se quedó tetrapléjico y ahora, mientras estoy de huelga, no la está recibiendo y probablemente la necesite.
¿Cuáles van a ser las consecuencias cuando se desconvoque la huelga?
Lo primero que debería hacer el Ministerio es establecer un plan de actuación. Con prolongaciones de jornada, con horas extras... Porque con cuatro semanas que llevamos de huelga estamos hablando a lo mejor de tres, cuatro o cinco meses de retrasos en los juzgados que están al día. Pero hay juzgados que no van a remontar en ocho, nueve o diez meses.