Da la hora y ¿da la vida?

Nacho Sáez
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El segoviano Andrés Provencio protagoniza un artículo en la prestigiosa revista médica 'The Lancet' tras haber detectado una arritmia mortal a un paciente con un reloj inteligente.

Da la hora y ¿da la vida?

Para un cardiólogo, las posibilidades de que un paciente desarrolle una arritmia mortal justo cuando está en su consulta y que esa circunstancia le permita salvarle la vida son ínfimas. Pero que además justo en ese momento esté desarrollando simultáneamente un experimento y el resultado sea inédito,  linda con la fortuna de resultar agraciado con el Euromillón. Andrés Provencio no se ha hecho multimillonario porque haya acertado los números de la lotería pero sí que le ha sonreído la fortuna profesionalmente.

Suerte que ha estado acompañada de buenas dosis también de audacia e inquietud que ha compartido con el médico del Hospital Clínico San Carlos de Madrid Miguel Ángel Cobos. Ambos son los autores de una investigación que ha despertado el interés de 'The Lancet', una de las publicaciones de medicina más prestigiosas del mundo. Esta ha publicado 'Smartwatch electrocardiogram records ST depression, premature ventricular complexes and ventricular fibrillation' ('El electrocardiograma de un reloj inteligente registra una depresión del segmento ST, contracciones ventriculares prematuras y fibrilación ventricular'), un trabajo que «es más una curiosidad que un trabajo de investigación de muchos años pero que al mismo tiempo es algo muy excepcional», según subraya Provencio.

Graduado en Medicina por la Universidad Alfonso X el Sabio, este médico residente segoviano de cuarto año de Cardiología en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid destaca que lo que han conseguido puede abrir la puerta a avances muy relevantes en el campo de la medicina en el futuro. La cronología es la siguiente. El pasado 29 de diciembre un paciente de 72 años acudió a realizar una prueba de esfuerzo al Clínico San Carlos pautada por una angina de pecho crónica. A los cinco minutos de comenzar, los cardiológos Cobos y Provencio detectaron una alteración electrográfica, latidos anormales (extrasístoles) y una fibrilación ventricular, una arritmia grave que habitualmente causa la muerte a quien la padece. No a este paciente, que tuvo la suerte de estar en ese momento junto a dos cardiólogos.

Para ellos la alegría fue doble. Además de por salvar la vida de una persona, también porque en ese momento estaban probando las funciones de un reloj inteligente Apple Watch como electrocardiógrafo. «El trazado que registró el reloj fue idéntico al del electrocardiograma convencional, pero no se puede decir que el reloj le salvara la vida porque teníamos al mismo tiempo un electrocardiógrafo convencional», destaca Provencio. No era la primera vez que lo ensayaban. «Fue una idea del doctor Cobos y el reloj lo probamos muy habitualmente y en muchas circunstancias, pero esta arritmia quizás no vuelva a registrarse nunca o hasta que no esté estandarizado. Se alinearon los planetas en ese momento. Que desarrolle justo la arritmia que es mortal y que causa la muerte súbita es muy raro», subraya el propio Provencio. Apple presume de que sus relojes son capaces de medir el oxígeno en sangre, notifican si la frecuencia cardiaca es alta o baja, detectan caídas y accidentes y están dotados de sensor de temperatura. 

«Hay quien nos ha criticado por la publicidad que supone para Apple, pero puedo asegurar que no cobramos de Apple. De hecho, yo ni siquiera tengo el reloj.  Tampoco lo hemos hecho para que nos den la enhorabuena sino porque creemos que puede servir para algo en el fututo.  Nos hace pensar que, cuando se vaya desarrollando esta tecnología, es perfectamente válida para registrar otro tipo de arritmias. Habría que ver qué patologías puede detectar. Es un campo todavía por verse», recalca el médico segoviano.

Este estudio confirma el hallazgo protagonizado por el propio Cobos, que ya descubrió que con un 'smartwatch' se podía realizar un electrocardiograma completo con un índice de fiabilidad similar al de los que se hacen habitualmente en los centros sanitarios. Artículo que se divulgó en 'Annals of Internal Medicine', una de las revistas científicas con mayor índice de impacto. En virtud de este avance, cualquier persona puede hacerse con un Apple Watch a sí misma, o a otra y en cualquier lugar, un electro completo, siempre con la interpretación de un cardiólogo. Esta alternativa conlleva la ventaja que supone esa ganancia de tiempo para la toma de decisiones clínicas en una situación delicada o límite, como un posible ataque cardiaco.

Y si se confirma que una persona lo sufre, le permitiría llegar, o ser llevado a un centro sanitario, con un electrocardiograma ya hecho, por lo que se le podría aplicar el protocolo correspondiente para disponer de un tiempo que puede ser definitivo. «A los relojes no se les ha sacado mucho jugo hasta ahora, pero como han salido tantos dispositivos están casi más disponibles que las máquinas convencionales», asevera Provencio, que incluso escribió a Apple para comunicar el episodio que habían protagonizado, aunque no ha recibido respuesta. Nada importante para este joven médico segoviano que aún medita hacia dónde enfocar su futuro: «La cardiología tiene diferentes subramas pero aún no tengo claro si me voy a especializar en alguna. Por lo demás, estoy contentísimo. Me encanta el trato con los pacientes y también la investigación». 

Respecto a un posible horizonte profesional en Segovia, de la que asegura estar enamorado, tiene más dudas. «El Clínico San Carlos es un hospital de referencia en Cardiología a nivel nacional e internacional. Sería muy disruptivo para mí ahora si terminara la residencia y me fuera para Segovia porque en un hospital pequeño investigar es prácticamente imposible y, en la práctica asistencial, muchos pacientes de Cardiología son derivados a Valladolid», concluye.