"No pueden dar en adopción a mi hija"

Nacho Sáez
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Keita lucha en un juzgado de Segovia por tener la custodia de su pequeña tras la renuncia de la madre y lograr que los tribunales reconociesen su paternidad dos años después de que naciera.

"No pueden dar en adopción a mi hija"

Su hija cumplirá cuatro años el próximo 16 de noviembre y apenas la ha visto en un puñado de ocasiones. Nunca ha pasado más de un día con ella a pesar de que la pequeña está creciendo sin madre. Keita no lo entiende y se ha rebelado contra una situación incomprensible también para el despacho Tejedor & De Benito Abogados, designado por el turno de oficio para llevar su caso. No se permite a un padre cuidar de su hija a pesar de que ese es su deseo, de que la madre renunció a la custodia y de que sobre él no pesa ninguna investigación ni sentencia judicial que lo haga incompatible. La Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León en Segovia ha iniciado los trámites para darla en adopción.

El camino para que Keita estuviera con ella ha sido de espinas desde antes de que naciera. Según su relato, este senegalés afincado en España inició una relación con una mujer segoviana en 2016, fruto de la cual nació la niña en 2018. Sin embargo, la que era su pareja se marchó de casa poco antes de dar a luz y, tras el parto, solo le puso sus apellidos y entregó a la recién nacida a los Servicios Sociales. «Sus padres no aceptaban la relación porque él es extranjero, nacional de Senegal y de raza negra, y la presionaron», apunta su abogado.

Ya en el hospital a Keita le negaron el acceso para poder ver a su hija. La Gerencia de Servicios Sociales también se cerró en banda a informarle después y le instó a acreditar que era el padre. Comenzó en ese momento un periplo de dos años por los tribunales para demostrar su paternidad. Apenas cuatro días después de su nacimiento presentó una demanda con ese objetivo en los juzgados de Valladolid, donde habían vivido. La inadmitieron por no ser competentes territorialmente. Vuelta a empezar, aunque un juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Segovia le dio la razón al final.

«Keita ha seguido todas las indicaciones que le han sido facilitadas por los técnicos de los Servicios Sociales de Segovia», destaca su abogado; «ha acudido siempre a todas las visitas que le han proporcionado –que han sido muy positivas para los dos–, y siempre ha cumplido con todos los compromisos que asumió con los Servicios Sociales, sin que en ningún momento nadie le haya indicado que no lo estuviera haciendo bien y con la confianza de que llegaría el momento de poder convertir las visitas en una convivencia permanente con su hija».

Pero el 3 de marzo de este año los propios Servicios Sociales le comunicaron que iban a proponer delegar la guardia de su hija con fines adoptivos. Él ha respondido con una demanda para solicitar la guardia y custodia. El pasado 26 de septiembre se celebró el juicio y ahora está a la espera de la sentencia. «Los motivos que alegan los técnicos de los Servicios Sociales no son de recibo. Dicen que ha faltado a visitas pero todas sus ausencias han estado justificadas. En una de ellas incluso se tuvo que marchar a su país porque se había muerto su madre. También argumentan que durante las visitas miraba mucho el teléfono móvil y que ha estado en el paro. ¿Le van a retirar la custodia a todos los padres que estén en el paro? ¿Por qué se iba a meter en procesos judiciales si no quisiera estar con su hija?», remarca su abogado.

DESESPERADO. En la actualidad Keita reside en una vivienda en régimen de alquiler, tiene pareja estable y trabajo, está empadronado en Valladolid y asegura que dispone de los recursos económicos para hacerse cargo de sus necesidades. Su abogado asegura que «está desesperado con la decisión de la Gerencia de Servicios Sociales porque ve que pierde a la menor y no concibe su vida lejos de ella». «Las visitas a las que ha tenido acceso han permitido que le reconozca y que sepa que tiene un padre que lucha por ella. Cuenta con la firme determinación de cumplir como padre, siente un profundo amor por la niña y quiere atenderla en todo tipo de necesidades que tenga tanto de carácter afectivo como material», añade. 

Keita se considera un buen padre, cree que deberían haberle dado la custodia cuando se confirmó su paternidad y defiende que «todo hijo o hija debe estar con su familia». Aguarda la sentencia judicial, pero está dispuesto a recurrir si es desfavorable «No pueden dar en adopción a mi hija. No hay razones para que no pueda estar conmigo. Me encuentro fatal, muy mal, por no poder ver a mi hija. Siempre estoy pensando en ella y en encontrarme con ella. El día que estemos juntos va a ser muy grande, muy feliz. Creo que es una cuestión de racismo el que no me la devuelvan. He luchado desde que nació y voy a luchar hasta el final porque es mi sangre», concluye.