Cerca de 20 minutos se pasó la alcaldesa encerrada en un ascensor este jueves, junto con su jefe de gabinete y un equipo de redactora y cámara de La 8 Segovia. Pura anécdota que no causó ningún problema de especial relevancia, aunque tuvo su miga por la gestión de la comunicación institucional del insignificante incidente en este curso preelectoral en el que se mide cada detalle; a veces demasiado.
Clara Martín entraba a la Casa de la Lectura al filo de las 10.30, justo la hora en que había convocado una rueda de prensa para hablar de diversos asuntos de actualidad municipal, pero decidió subir por el ascensor en lugar de tirar de escaleras y no apareció en la sala donde esperaban los periodistas hasta pasadas las 10.50. «Ha sido por Merino, que es el responsable de los servicios municipales», bromeaba en alusión al concejal Miguel Merino, mientras se dirigía al atril. Y una vez ante los micros: «Buenos días y disculpad el retraso, que ha sido totalmente involuntario», dijo Martín con toda la naturalidad del mundo.
Tampoco parece que lo pasara mal en esos casi 20 minutos que estuvo encerrada en el ascensor, a juzgar por la foto que publicó en las redes sociales. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de los responsables de comunicación, que después de que inicialmente apuntaran la posibilidad de que estuviera Clara Martín encerrada en el ascensor, aguantaron esos casi 20 minutos sin confirmar a los periodistas que, efectivamente, la alcaldesa se había quedado colgada.
De hecho, a las puertas del ascensor llegó a haber periodistas de al menos cuatro medios de comunicación, mientras desde el gabinete de comunicación se optaba por el 'no sé, no contesto', para indignación de quienes preguntaban. ¿Y se paga el desgaste de imagen que conlleva para Comunicación decir que no sabe dónde está la alcaldesa, cuando hace 20 minutos que debía estar dando una rueda de prensa?, ¿y todo para evitar el 'riesgo' de una foto saliendo de un ascensor? ¿Acaso era un delito que se quedara colgada y había que taparla? A veces, cuando se quieren ocultar noticias se consigue el efecto contrario; y con las anécdotas, también.