Segovia, a tasas históricas de paro y una lenta recuperación

David Aso
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Segovia sufrirá más que otras provincias por su excesiva dependencia del turismo. Economistas, patronal y sindicatos prevén tasas de desempleo «desconocidas» que no volverán a ser las de antes del virus hasta dentro de un año como mínimo

Segovia, a tasas históricas de paro y una lenta recuperación

Todavía queda mucha crisis sanitaria por delante, que es la primera que debe resolverse, pero la económica amenaza con convertirse en la más grande que ha sufrido Segovia en su historia reciente; al menos por tamaño, más que por duración. La sufrirá toda España, claro, y buena parte del mundo, pero Segovia especialmente por tener el turismo como su principal motor. Será sin remedio la actividad más perjudicada por un drástico cambio de escenario que arrastrará a buena parte del sector servicios, del cual dependen el 65% de los empleos de la provincia, con la hostelería y el comercio en primera línea. El segundo sector por la cantidad de segovianos que dependen de él es la industria (18%), que perderá empleo pero menos, igual que la agricultura (9,5%), que está por verse cómo resuelve la contratación de personal para las campañas de recogida; y la construcción (7,1%) tampoco lo tendrá fácil.

Baste decir que Segovia tiene (o tenía) unas 72.000 personas ocupadas en total poco antes de la crisis sanitaria, según datos del INE del último trimestre de 2019. La hostelería, que puede sufrir pérdidas de facturación por encima del 40% en 2020, da trabajo directo a unas 6.000; y el comercio a una cantidad similar, pero también hay que contar con el empleo indirecto que propician estas actividades. Bien lo saben en los cebaderos, donde ahora no consiguen dar salida a cochinillos, lechales ni vacuno para cortes de alta calidad por el cierre de los restaurantes.

La provincia alcanzó su máximo histórico de paro en el primer trimestre de 2013 con un 26,94% y 16.000 desempleados, y esas cifras se pueden quedar muy cortas en comparación con las que se pueden ver en los próximos meses, según coinciden en apuntar los economistas segovianos consultados por El Día, el presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES) y los secretarios provinciales de los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO. Da vértigo, sobre todo, después de que el año pasado se cerrara con 9.000 parados, apenas la mitad de los que habrá pronto, a pesar de que el Gobierno ha decidido que la estadística del paro registrado no refleje los más de 8.000 trabajadores afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de causa mayor que han presentado las empresas por el coronavirus.

El pico de paro podría llegar pronto, pero difícilmente se recuperarán antes de un año los niveles de empleo previos a la crisis sanitaria, y eso según las predicciones más optimistas. Predicciones en el sentido más amplio del término, porque con la crisis sanitaria todavía abierta y sin tener clara su duración, todo es susceptible de empeorar.

La factura del turismo. «En mi opinión lo vamos a pasar fatal en Segovia porque, en definitiva, nosotros vivimos en buena medida del turismo», señala el economista Francisco Piñeiro. Y «aunque los restaurantes abran en mayo, pasarán meses hasta que la gente recupere la confianza», mientras que «los turistas tardarán todavía más en volver».

Después de cuatro años seguidos batiendo récords, sólo Segovia capital ya recibía alrededor de dos millones de visitantes en 2019, según estimaciones del Ayuntamiento, que incluye los excursionistas de cochinillo, souvenirs y media vuelta. Pero si se dan por buenas las cifras de un estudio reciente del campus segoviano de la UVa, que situaba el gasto por turista entre 55 y 60 euros por día, a bote pronto ya estaríamos hablando de más de 110 millones en un año y ahora están en el aire. ¿Cuánto se podrá retener de semejante cantidad en 2020 para salvar los negocios que los habrían facturado en condiciones normales y a sus empleados? La mitad de esos visitantes son de Madrid y provincias próximas, ¿pero qué hay del resto, incluido un tercio de visitantes extranjeros, entre los cuales los asiáticos eran cada vez más numerosos?

En estas circunstancias, puede darse el caso de que lo pasen peor los restaurantes y comercios de la Plaza Mayor, Calle Real, avenida del Acueducto y aledaños que los bares de barrio y demás negocios de proximidad, siempre y cuando estos últimos tengan colchón económico para sobrellevar los gastos fijos durante esta fase de parón y paulatino reinicio de la actividad. 

«Estamos en un momento de mucha incertidumbre para todos y más aún con las ayudas que se han anunciado hasta ahora, porque lo único que hay son básicamente aplazamientos y unos préstamos que solicitas al ICO con garantía del 70 u 80% del Estado», apunta Piñeiro. «Prácticamente todo lo que hay son opciones de aplazamiento de pagos que al final son pan para hoy y hambre para mañana, teniendo en cuenta que ahora mismo no estás generando ingresos y que después, aunque los tengas, serán menos de los habituales». ¿Y qué medidas económicas podrían paliar esta situación? «Pensando sobre todo en los negocios de hostelería y comercio, sobre todo en los que están ligados al turismo, ahora se encuentran con que deben seguir pagando alquileres, salvo que hayan llegado a un acuerdo con sus arrendadores, y también con otros gastos fijos sin tener ingresos», ya sean cuotas de autónomos, luz, agua, gas… «Las ayudas deberían ir destinadas por ello a los alquileres y gastos generales», concluye.

Cierto es, por otro lado, que los casi 12.000 funcionarios segovianos van a mantener su poder adquisitivo y pueden ser una aportación clave para reactivar el consumo interno. Igual que los que trabajan en la agricultura, los asalariados de otras actividades esenciales y quienes salven sus puestos en el sector industrial, donde habrá pérdida de empleo, pero menos que en el sector servicios. Sobre todo, contando con que la industria recupere pedidos que se hayan quedado en el aire, dado que «la crisis sanitaria es internacional, la competencia ha estado parada y lo que no has producido tú quizá tampoco lo han hecho otros». El bar, el restaurante, el comercio o cualquier otro negocio de servicios que ahora se ha quedado parado, sin embargo, lo que no ingresara ayer ya no puede recuperarlo mañana.

«Yo creo que tendremos unos niveles de paro que no hemos visto nunca, que no han existido prácticamente desde que tenemos números», advierte Piñeiro. «Igual pasarán dos meses y mucha gente afectada por los ERTE (expedientes de regulación de empleo temporal) volverá a sus trabajos, pero desde luego que no todos».

Araceli de Frutos, segoviana y miembro del Consejo General de Economistas de España, no es mucho más optimista que Piñeiro en sus previsiones a medio plazo: «Después de la salida de este confinamiento, hay que enfrentarse al reto de salir de la recesión que se nos avecina». Reseña que la economía española puede caer entre un 6 y un 13%, «según distintas casas de análisis». «Esto se debe, entre otras muchas cosas, a la composición de un tejido productivo que está dominado por el sector turístico y en este sentido, Segovia se lleva la peor parte, ya que la economía segoviana es muy dependiente de ese sector». 

Aun así, De Frutos apuesta por «reinventarse» para seguir a flote. «Segovia debería aprovechar de una vez su cercanía con Madrid para impulsar nuevos negocios, sobre todo en el desarrollo tecnológico, donde está el futuro, y transformar su tejido productivo, aunque eso no quita para que se siga potenciando nuestra ciudad desde el punto de vista turístico», matiza. Y para ello cree indispensable «la ayuda» de las autoridades: «El Gobierno municipal, en la medida de sus posibilidades, debería potenciar nuevos negocios con incentivos de bajadas de impuestos y apoyar al sector turístico con reducciones del IBI, por ejemplo, o de los impuestos sobre las terrazas de los bares».

El presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES), Andrés Ortega, por su parte, aprecia que «la parte agroindustrial del tejido económico de la provincia puede ayudar a salir de la crisis», sobre todo al comienzo. «Pero claro, todo lo que es el sector servicios, y concretamente el comercio y la hostelería, va a salir muy perjudicado».

De hecho, según la información que le transmite la CEOE, en contacto con el Gobierno, aunque todavía no hay nada seguro, en principio «se está anticipando» que el paulatino levantamiento de las restricciones dejará para las últimas fases «los hoteles, el comercio y la hostelería». Cuanto mayor sea el parón de cada negocio, mayores las secuelas y las dificultades para recuperarse, ¿y hasta dónde teme Ortega que puede llegar el paro? «Pues muy alto, creo que a datos que no hemos tenido nunca», responde. También en su opinión el pico de desempleo de la anterior crisis económica, el citado máximo histórico de 2013, «se va a quedar corto». Y en cuanto al tiempo de convalecencia, «poniéndonos en un escenario positivo, tal vez en un año podríamos estar recuperando una parte importante de lo que hemos perdido», opina.

«Sin duda que nos pondremos por encima de las tasas de paro de la crisis económica anterior», coincide en advertir el secretario provincial de CCOO, Álex Blázquez. «El otro día, cuando salieron los datos de paro registrado (7.465 desempleados en marzo), decía que seguramente nos vayamos a más del doble, pero igual me quedé corto», reconoce. «Es que cualquier previsión de hoy mañana nos sobrepasa. Vamos a ver si ahora los datos sanitarios nos dan un respiro porque, aparte de que ahora mismo la salud es lo más importante, la curva sanitaria también va ligada a la laboral».

Respecto a la posición de Segovia de cara a la reactivación, «ya hemos repetido miles de veces que el sector que da estabilidad siempre es el industrial y esta provincia, por desgracia, no tiene una industria potente. Sigue basada en el comercio y hostelería», y ahora se van a ver las consecuencias. «De todas formas hay que ver cómo queda la economía doméstica de los hogares después de esto», para medir hasta qué punto queda mermada la capacidad de consumo de cada cual. «También será menos difícil comprobar cómo estamos cuando se acaben los ERTE de fuerza mayor que se han pedido en estas semanas», más de 2.000 que pueden afectar a más de 9.000 empleados. «Pero es que además aún hay que ver cuánto tiempo se prolongan, porque es muy posible que después muchas empresas empiecen a hablar ya no de ERTE, sino de ERE (expedientes extintivos), y ahí será cuando se destruya empleo». 

Opina parecido el secretario provincial de UGT, Manuel Sanz. «El tejido industrial siempre es el que mejor aguanta las crisis y el hecho de que en Segovia sea escaso va a dificultar muchísimo la recuperación», señala. «Más aún cuando las medidas preventivas limitarán un tiempo la afluencia a los establecimientos aunque se levante pronto el estado de alarma, por lo que serán los sectores de los que más dependemos los últimos que puedan intentar recuperarse».

¿EREs tras los ERTEs? Sanz, como Blázquez, también teme por los expedientes de regulación que vengan tras los temporales de ahora. «El periodo de readaptación no va a ser corto, con lo cual habrá empresas que a lo mejor planteen algún tipo de ERTE por cuestiones económicas o productivas después de los que hay ahora justificados en el coronavirus, pero esperamos que al menos sean sobre todo ERTE, no ERE de extinciones de contrato», recalca. «Los empresarios podrán contar con UGT para negociar todas las medidas que estén orientadas a aguantar el empleo, aunque sea ralentizándolo», pero no para perderlo de manera indefinida con la supresión directa de puestos de trabajo. 

«Yo espero que a partir de septiembre u octubre empecemos a ver algo de luz», matiza. Que la curva del desempleo empiece a aplanarse y a bajar, aunque todavía se tarde en recuperar los niveles previos a la crisis sanitaria. «Vamos a ver también qué medidas se toman a nivel internacional y si se facilitan los llamados ‘coronabonos’ para que la deuda la paguemos entre todos los europeos», continúa. «Por eso sería importante apostar por nuevos ERTE antes que por ERE, en el sentido de que supondrían suspender contratos durante cinco o seis meses, o igual recuperando trabajadores poco a poco, pero dando cierta estabilidad». De esta forma, Sanz sí espera que en un año Segovia pueda haber recuperado lo perdido. Aunque antes, lógicamente, todavía haya que ver hasta dónde nos lleva la mayor crisis sanitaria que ha vivido el primer mundo en más de un siglo.