Un pinchazo en la rueda que transporta al Santo Cristo de San Marcos, una talla policromada anónima, de finales del siglo XVII o principios del XVIII, retrasó su salida en la procesión de los Pasos, la primera que se celebró al completo, este Viernes Santo, después de cuatro años, con una inusitada expectación de miles de personas que se agolparon en todo el recorrido.
La retransmisión fue retransmitida en directo por La 8, que la repetirá hoy, a las cuatro de la tarde.
El público quedó sorprendido cuando vio aparecer la talla del Cristo en su Última Palabra, de Aniceto Marinas, que este año cumple el 75 aniversario de su entrega por el escultor a la parroquia de San Millán, detrás del Cristo Crucificado de la Cofradía del Cristo del Mercado. El problema de esta ausencia vino por un pinchazo que los miembros de la cofradía trataron de resolver de inmediato, para incorporarse al final, cerrando la procesión, lo que causó cierto asombro entre el público que desconocía lo ocurrido al verle detras de la Dolorosa de Santa Eulalia.
La situación provocó cierto disgusto entre los miembros de la cofradía de San Marcos a quienes les ha resultado muy difícil poder salir este año debido a la falta de nazarenos, ya que se ha reducido mucho la población en el barrio, pero, finalmente, todo se pudo solucionar y conseguir que desfilaran las diez cofradías y sus 14 pasos en esta Semana Santa de Segovia, declarada de Interés Turístico Nacional.
En la década de los 50 del siglo XX, esta imagen era conocida como "El Cristo de la Buena Muerte" y fue acompañada por las Congregaciones Marianas, además, había salido ocasionalmente en procesión por este pequen?o barrio segoviano para la celebración de rogativas.
Salió por primera vez en la procesión de los pasos en 1966, acompañada por la Cofradía y la Feligresía de San Marcos; aquel an?o los vecinos del barrio acompañaron a la imagen humildemente, vestidos con traje de calle y una vela en su mano. Al año siguiente lograron que la Catedral de Segovia cediera a la cofradía unos capuchones, en 1968 alquilaron capuchones en Madrid y, a partir de 1969, los confeccionaron ellos mismos. Durante un tiempo les acompañó la banda de la Cruz Roja.