Segovia vuelve a registrar niveles de contagios por covid similares a los de mediados del pasado mes de febrero (sexta ola), con el agravante de que ahora la curva es ascendente. La Semana Santa ya ha dejado su efecto, pero aún están por manifestarse en toda su expresión las consecuencias de la eliminación de la mascarilla en exteriores (salvo transporte, centros sociosanitarios y pocas excepciones más), así como el puente del 1 de mayo; o directamente, la progresiva relajación general que esta nueva etapa está propiciando.
De momento, dentro del grupo de mayores de 60 años, la tasa de incidencia acumulada en 14 días ya alcanzaba en la provincia los 785 casos por cada 100.000 habitantes con la actualización oficial publicada el pasado martes (la más reciente hasta este jueves), casi un 11% más que una semana antes (708) y camino de triplicar la cifra de hace un mes (309 el 6 de abril). Serían niveles equivalentes a riesgo extremo con el 'semáforo covid' que estuvo vigente hasta finales de marzo, pero el que cuenta desde entonces, con niveles mucho más permisivos, los sitúa en riesgo medio.
Segovia está además en la línea del conjunto del país (790) en cuanto a IA14; es con diferencia la provincia con menos contagios de Castilla y León, donde la IA14 del grupo de 60 años o más ya se ha disparado por encima de 1.300; y la presión hospitalaria, que es el principal indicador que se toma ahora como referencia, está especialmente contenida en Segovia. De hecho, este miércoles la UCI sumaba nueve días seguidos libre de covid, y aunque en planta había 16 pacientes, seis más que una semana antes, siete eran «hallazgos»; es decir, personas que han ingresado debido a otras patologías y han dado positivo en el test que se les realiza por protocolo preventivo al llegar al hospital.
«La situación está controlada», señala a El Día el gerente de Asistencia Sanitaria, Jorge Elízaga. «Llevamos varias semanas en que oscilamos de 8 a 16 pacientes en planta, y al final suben y bajan sobre todo por los hallazgos, que son positivos pero no presentan síntomas ni se les da tratamiento por el virus, sino por otras patologías que tengan. Simplemente dan positivo y son reflejo de lo que baja o sube la incidencia entre la población general», cuya inmunización es tan alta que apenas generan impacto sanitario.
«El resto de pacientes covid (sin contar hallazgos) son de edad avanzada en la mayoría de los casos o con alguna patología previa propia de la edad, sobre todo respiratoria», añade. No en vano, «hace mucho tiempo que no tenemos pacientes vacunados de edad intermedia sin patologías que ingresen por covid», e incluso «hace bastante tiempo que no ingresan no vacunados», lo cual también lleva a Elízaga a pensar que, «aparte de lo que digan los números (85% de población con pauta completa enSegovia), tiene que faltar muy poca gente por inmunizar».
Los pacientes también pasan menos tiempo ingresados que en olas anteriores, tanto los de planta como los que van a la unidad de críticos. «Los de UCI, cuando los hay, suelen ingresar para mejor vigilancia, pero no son los clásicos de antes que necesitaban pasar allí tres o cuatro semanas», valora. «Esos casos ya llevamos tiempo que prácticamente no los vemos, y entonces ahí se ve que la pandemia es diferente».
En cuanto a fallecimientos relacionados con la pandemia, el hospital notificó cuatro en marzo, cuatro en abril y uno este mes. No obstante, «muchas veces es difícil saber si han fallecido por covid o con covid», matiza Elízaga, aunque, «en caso de duda», Sanidad opta por incluirlos en un balance donde predominan personas de más de 85 años, salvo excepciones. «En las últimas semanas tuvimos dos pacientes con edades relativamente jóvenes, pero tenían otra enfermedad que produjo el fallecimiento», señala.
¿Y Elízaga da entonces por gripalizada la covid? «Pues si mantenemos variantes con el nivel de gravedad de la Ómicron, y con este nivel de inmunidad, sí», responde.«Pero hay que mantenerse atentos porque puede girar», recalca, en vistas del drástico bajón del impacto hospitalario. «Si nos fijáramos exclusivamente en cuántos infectados hay ahora, son cifras parecidas a alguna otra ola, pero lo que tenemos que ver es cómo repercute primero en el funcionamiento del hospital, donde la situación está controlada, y también cómo repercute en el funcionamiento de la sociedad en general, porque sí que es verdad que si todos los infectados se cogen baja, eso es problemático también».
El gerente de Asistencia Sanitaria pone por ello «el foco» en mantener un uso «razonable» de la mascarilla, aunque sólo sea obligatoria en interiores de centros sociosanitarios, transporte público y poco más. «Las personas vulnerables, para no contagiarse; y la gente con síntomas, para proteger a los demás de su posible infección», resume. «Es el uso que ya se daba a la mascarilla en los países asiáticos antes de la pandemia, que nos parecía exagerado y ahora es algo a lo que también nos tenemos que acostumbrar cuando sales a la calle y tienes síntomas de covid, de gripe o de lo que sea».
Entretanto, con mucha timidez sigue el goteo de personas que acuden a primeras dosis: en marzo aún se contabilizaron 288, pero ya sólo 93 del 1 al 28 de abril, «la gran mayoría jóvenes».
VISITAS RESTRINGIDAS. Por otro lado, con o sin estrategia de gripalización, el hospital de Segovia mantiene la limitación del régimen de visitas a un acompañante por paciente, si bien hasta hace sólo unas semanas los infectados por covid no podían tener ninguno, y ahora sí. Se les ha igualado al resto, «pero lo que no se ha abierto es la visita social», apostilla Elízaga. «Los visitantes se pueden turnar, pero un acompañante por paciente, que es en esencia como creo que debería ser. Las ferias que se montaban en el hospital en otras épocas no son buenas ni para los pacientes ni para el funcionamiento del hospital», recalca.
No hay previsión de introducir más cambios a corto plazo, y si en algún momento se indica desde la Gerencia Regional de Salud la conveniencia de ampliar visitas, «sería con criterios numéricos, en lugar de ilimitadas como antes», concluye.