El balonmano de máximo nivel regresa a Nava de la Asunción 102 días después de que terminara la temporada 2020/2021 y sellara su permanencia en la Liga Sacyr Asobal. El sufrimiento experimentado para alcanzar ese objetivo marca el punto de referencia para el curso que arranca este sábado (contra el Balonmano Cangas en el Pabellón Guerreros Naveros a las 18.30 horas). «Espero que el equipo no pase tantos apuros», señala Zupo Equisoain, el líder indiscutible de una plantilla que se ha confeccionado en torno a su figura. En su segunda temporada al frente del Nava (en realidad la primera completa, ya que llegó en diciembre), el ‘efecto Zupo’ acapara de nuevo los focos.

Instalado ya con su familia en el municipio, el entrenador navarro asume sin excusas esa presión. «Eso no perturba el trabajo y así, si las cosas se tuercen, me miran a mí y no al equipo», apunta en conversación telefónica tres días después de que su equipo disputara el último amistoso de la pretemporada. Un partido ante un rival de Asobal (el Incarlopsa Cuenca) saldado con una derrota que pone sobre aviso. «De la pretemporada hacemos un balance positivo excepto de esta última semana, que no hicimos buenos partidos contra Soria y Cuenca. Pero siempre viene bien para medirnos, ver errores y corregirnos», remarca el propio Equisoain.

El capitán navero, Carlos Villagrán, comparte el análisis. «Yo creo que la pretemporada ha sido buena. Estamos lejos de lo que podemos llegar a ofrecer, pero estamos bien», asegura el central, el único superviviente de la generación de jugadores que llevó al Nava desde la liga regional a Asobal. La plantilla para este curso tiene el sello de Zupo y se ha reforzado con cinco fichajes: el guardameta bosnio Haris Pleh, los laterales izquierdos Borivoje Djukic y Jakub Prokop y los pivotes Gonzalo Carró y Tsanaxidis. Por contra se han marchado Yeray Lamariano, Andrés Alonso, Darío Ajo y Álvaro Rodrigues.

Año II con Zupo: El reto de dar un salto

«Dentro de nuestras posibilidades yo creo que se ha hecho una plantilla competitiva para asentarnos en Asobal», indica Zupo. «Pienso que es una plantilla para luchar y estar en mitad de la tabla, pero la pista, las lesiones y todas estas cosas lo dirán», abunda su presidente, Julián Mateo, esperanzado en cualquier caso en que la pandemia dé un respiro y puedan recuperar la normalidad. De momento el Pabellón Guerreros Naveros tendrá limitado su aforo a un 85 por ciento. El club había decidido no superar los 750 socios hasta que se flexibilizasen las restricciones, algo que ocurrió este jueves aunque sin eliminarse completamente.

Lo necesitan las arcas del Nava, que ha sufrido unas pérdidas de 137.000 euros en este último año y medio. «No hemos podido llenar el pabellón, no hemos podido hacer los dos días de ayuda al club que solemos y a cambio hemos tenido que hacer muchísimas PCR, plantearnos de otra forma los viajes... Y el canon y demás no han bajado», repasa el presidente, que urge a la Junta de Castilla y León a que firme un convenio de patrocinio con los equipos de la región que militan en Asobal. «Lo tienen todos los clubes de la categoría del resto de Comunidades Autónomas. No podemos estar en desigualdad mucho tiempo. Como dijo el presidente de Valladolid, a lo mejor no podemos seguir en Asobal. Guadalajara está en Plata y recibe 120.000 euros. Nosotros cero vía patrocinio», se queja Mateo.

Aun así la temporada se presenta ilusionante. Una de las novedades será la presencia del filial en la Primera Nacional tras el brillante ascenso logrado el pasado curso. Su camino comenzará el próximo día 26 contra el Congesa XXI Balonmano Ciudad de Salamanca, uno de los 14 equipos con los que ha quedado encuadrado en el grupo B. Algunos de sus jugadores combinarán la disciplina con la del primer equipo. En opinión del capitán de este último necesitará la aportación de todos para lograr las metas: «Va a ser una competición igualada y que nos pondrá en nuestro sitio, aunque sabemos que lo vamos a tener difícil».

La adaptación de los nuevos marcha por buen camino. «Los chicos que han venido tienen muchas ganas. Tienen ganas de adaptarse al equipo y al pueblo y deportivamente son buenos jugadores. Otra parte importante es que el entrenador sigue siendo el mismo y que este año hemos podido hacer más piña», comenta Villagrán. A sus 37 años, la leyenda navera sigue disfrutando de los entrenamientos y de la competición. «Tiene todo para ser un gran año», afirma; «la permanencia es el objetivo principal, no hay duda, pero intentaremos cerrarlo cuanto antes porque si no es un gran desgaste físico y mental».

La Liga Sacyr Asobal tiene esta temporada la peculiaridad de que vuelve a estar compuesta por 16 equipos frente a los 18 de la 2020/2021 por la pandemia. «Vamos a tener cuatro partidos menos, hay dos descensos menos... Hay que intentar empezar bien –y más cuando juegas contra un rival que puede estar peleando por la permanencia como tú– y hacernos fuertes en casa. Tenemos que aprovechar el factor público», pide Zupo. Para vibrar con los primeros derbis habrá que esperar a la jornada 5 ( 6 de octubrecontra el Ademar León en Nava) y a la 11 (20 de noviembre frente al Atlético), mientras que la próxima semana (jornada 2, 18 de septiembre) se verá ya las caras con el Fútbol Club Barcelona (fuera de casa).

El equipo de Zupo Equisoain, que también afrontará el reto de la Copa del Rey, aunque en este caso todavía no tiene rival, cerrará el campeonato en casa el 28 de mayo frente al Helvetia Anaitasuna, el rival frente al que consiguió la última permanencia. Un presagio quizás de las alegrías que están por llegar. «Tenemos todo a nuestro favor: un pueblo volcado con el equipo, una buena plantilla... A ver si tenemos suerte con las lesiones. El tema es consolidar el proyecto en Asobal», destaca Equisoain. «Ojalá que podamos mantener la categoría sin sufrir como el año pasado y que pueda entrar el público en su totalidad, que para nosotros es fundamental», concluye el presidente. Se abre el telón de la temporada 2021/2022.