"Empresas de porcino se van fuera porque se les exige menos"

A.M.
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Consejera de la granja Ntra. Señora del Pilar, S.L. y Granjas Dimas, S.L. y de Productos Segovianos de Porcino, S.A. Tiene cuatro granjas de capa blanca, Interporc y Welfare Quality, con unos 20.000 animales en total. Preside la cooperativa Nanpro.

Raquel Conde, presidenta de la Asociación de Empresarios Productores de Porcino de Segovia - Foto: Rosa Blanco

La presidenta de la nueva Asociación de Empresarios Productores de Porcino de Segovia, Raquel Conde Santos, asegura en esta entrevista que «el sector tiene mala fama y, además, se ha mantenido en silencio [frente a las críticas],  incluso nos insultaban y lo dejábamos pasar sin querer entrar en guerras». Añade que ya no se mantendrán en silencio y asegura que «nosotros fijamos población, creando puestos de trabajo en el medio rural, eso implica a su vez movimiento de camiones, lo que conlleva talleres,  gasolineras y restaurantes…».

Tradicionalmente Segovia contó con cooperativas fuertes de porcino y,  ahora, hablamos de una asociación de empresarios productores ¿llega en buen momento o quizá debería de haberse contemplado antes esta unión?

No sé si es el momento o no, pero ha llegado, dada la importancia del sector, quizás tendríamos que llevar mucho más tiempo, pero caminaremos juntos, a partir de ahora.  Nos hemos integrado en la Federación Empresarial Segoviana (FES) porque así tiene cabida todo el mundo, aunque haya  por detrás otras agrupaciones, pero ahí estamos englobados todos los empresarios, no queda excluido ninguno.  
Sostienen que representan a más del 50% de los productores  que, en su conjunto, en esta provincia mantienen 3.000 puestos de trabajo directo y 5.000 indirectos…
Actualmente hay unas 750 granjas en la provincia con el nivel de empleo al que se refiere, entre todos los ganaderos de la provincia. Se ha demostrado que en otras comunidades que han ido creciendo, como Aragón,  se han asentado industrias de transformación, dando muchísimos más puestos de trabajo, pero nosotros llevamos  llevamos varios años estancados, no hemos crecido y hemos perdido esa oportunidad.  Ahora pretendemos dar mayor visualización al sector y que nos permita poder ir avanzando e implantar empresas [de transformación] necesarias en la provincia.  

¿La transformación no se ha consolidado en Segovia?, ¿sigue siendo una provincia donde solo se engorda el ganado?

Históricamente en Segovia hubo un matadero grande y se cerró, hace años, ahora hay uno abierto en Villacastín… La provincia tiene muchas jamoneras  o choriceras que están aquí porque hay cerdos. Si fuéramos capaces de poder llegar a instalar alguna granja más podría [ser viable] ampliar el matadero de Villacastín, incluso construir alguno más,  como ha hecho Huesca,  dado el número de cabezas que tienen en aquella zona. 
Segovia con 1,3 millones de cabezas tiene importancia en el porcino, tanto en  Castilla y León, donde es la mayor productora, como en España que, en su conjunto, supone el 14% de la producción final agraria, la cuarta potencia mundial, ¿cómo está viendo la evolución en la provincia cuando hay abandono de granjas en otras producciones ganaderas?
Este momento es malo para todos, el sector primario no ha sido reconocido como debe de ser en cualquier especie, incluso en la agricultura, y la falta de ayuda en un momento adecuado, en una situación de crisis como la actual, ha provocado que muchos hayan decidido echar el cierre de las explotaciones.  El sector nuestro no es que vaya de por libre, pero como nunca ha tenido ayudas,  siempre ha ido sacando pecho él solo, a lo mejor es porque somos un poco más locos que en otras producciones, puede que confiemos en el futuro, aunque hayamos tenido momentos y crisis muy malas, pero al final se han superado. Tenemos una línea estable, quizá sí que han ido adelante otras provincias en un ámbito diferente al de Castilla y León y luego ha surgido también la transformación, todo va encadenado. Con la asociación confiamos en poder sacar todo adelante, pero siempre con la ayuda de las administraciones.    

Precisamente uno de sus objetivos es hacer ver a la sociedad lo que aporta el sector en el medio rural y los beneficios de la implantación de una nueva empresa de porcino, ¿tratan de blanquear una posible mala imagen?

El sector tiene mala fama y, además, se ha mantenido en silencio [frente a las críticas],  alguien decía algo que no correspondía, incluso nos insultaban, y lo dejábamos pasar sin querer entrar en guerras. Eso ya no lo vamos a hacer, nosotros fijamos población, creando puestos de trabajo en el medio rural, eso implica a su vez movimiento de camiones, lo que conlleva talleres,  gasolineras o restaurantes…  Por ejemplo, donde yo tengo instaladas mis granjas, en Mozoncillo y Tabanera, en la zona de Carbonero el Mayor-Cantimpalos, no hay que olvidar que se ubicaron allí las jamoneras y las fábricas de chorizo,  cerca de donde estaba la ganadería, hace años. Vamos a ver si somos capaces de recuperarnos y de aumentar ese censo y actuales puestos de trabajo. 

Pero no se les escapa que tiene mala fama por el mal uso de los residuos, en algunos casos, hasta el punto de que hay 65 municipios segovianos incluidos en zonas vulnerables a la contaminación por nitratos, ¿se cumple con una buenas prácticas agrarias?

Hasta ahora hemos tenido las exigencias mayores de España. Contamos con una normativa europea, otra estatal y luego la de la Comunidad autónoma. No es lo mismo tener una granja en Segovia que en Huesca o en Cataluña,  la normativa no tiene nada que ver y, a mayores, están las de las administraciones locales. Queremos que se cumpla toda la normativa medioambiental y de bienestar animal, no nos negamos a ello,  pero tampoco queremos que nos echen la culpa de lo que pasa en España. El sector porcino no es el que contamina, nosotros hacemos nuestras tareas, hemos innovado, hemos puesto muchos sistemas para mejorar todo esto. Como  bien dice hay unas guías de buenas prácticas que se cumplen, aunque, si hay alguien que no lo hace, no podemos estar detrás de cada ganadero, pero la mayoría del sector cumple con toda la normativa.  

La última norma aprobada por la Junta de Castilla y León, una orden de 29 de abril de este año, es un programa de actuaciones en estas zonas vulnerables, ¿la consideran adecuada para solucionar el problema?

Cuando las cosas se hacen exageradas o fuera de lugar a lo mejor lo que provocan es la desmotivación o cierres de explotaciones, como en otros sectores. Cuando se va mucho más allá [con la norma] convierte las situaciones en inviables y eso es lo que impide seguir funcionando. Nos hemos visto con verdaderos problemas, incluso hay empresas que, en vez de invertir en la provincia, se han ido fuera de ella porque les exigen menos y eso resta puestos de trabajo.

Los precios del gas han provocado el cierre de las cogeneradoras de energía, entre ellas la de Turégano (Segovia), ¿eso les supone un problema en cuanto al tratamiento de purines? 

Estamos en contacto directo con la Consejería de Agricultura y Ganadería y van a modificar la PAC para que los agricultores  incorporen como mínimo un 20% de purín en las tierras porque, aplicado correctamente, no solo no contamina sino que es un abono orgánico, algo que no se ha dicho hasta ahora porque ha habido otros intereses que no entendemos…  En la provincia de Segovia hay base de tierra más que suficiente para verter el purín de las granjas que existen, incluso para más. Los agricultores, actualmente, no pueden comprar abono a los precios que está.  Un abono animal orgánico no tiene nada que ver con lo que contamina uno químico, pero eso no le ha interesado hablarlo a nadie... Debido a los costes del abono normal, en este momento hay agricultores  que se están planteando dejar de sembrar para producir cereales, estamos hablando de un problema alimentario y no de contaminación, porque consumimos prácticamente todo lo que se produce en la provincia y necesitamos más de fuera. Por eso mismo ahora se aprueba esa modificación de la PAC a través del Ministerio de Agricultura, a lo mejor había algo que estaba mal informado. En cuanto a la cogeneración, todo lo que sea cerrar es malo,  la planta se cierra porque no puede soportar los costes energéticos, nadie pensó que iba a venir una guerra y esos precios. ¿Por qué se cierran explotaciones de vacuno de leche?, porque no son rentables.  A través de la Administración y de los fondos Next Generation, junto con las empresas privadas, la asociación estudia construir plantas de biogás rentables, a corto plazo. 

¿Qué tipo de explotaciones hay en Segovia, porque parece que cada vez es mayor la figura de las integradoras, donde el ganadero es prácticamente un empleado?

Está al 50%.  Hay ganaderos que están en el mercado libre, como históricamente, como es mi caso, por ejemplo, y hay otros que están integrados. Si eres una granja pequeña, según están los costes, la incertidumbre, si se tiene una edad y hay que hacer muchas inversiones de innovación tecnológica, entonces te integras, por lo menos sabes que cuentas con un sueldo digno. Los del mercado libre pues atravesamos por momentos duros,  muy complicados, no hay nadie que te ayude...  
 

¿Cómo ve el futuro, cree que pasa por las llamadas 'macrogranjas' o varias explotaciones gestionadas por la misma empresa? 

Todos sabemos que la palabra 'marcogranja' no existe, hay granjas pequeñas, medianas o grandes. En Europa hay una legislación que limita el tamaño, pero fuera no. Una granja pequeña es el modelo que había antiguamente, el propietario tenía también diez hectáreas, era agricultor y ganadero, y así vivía la familia. ¿Qué ha cambiado hoy en día?, pues la forma de vida de las personas, nadie se plantea tener un trabajo que no te permita casi acudir a la boda de tu hijo o al entierro de tu padre, ni salir de vacaciones, porque tienes que estar pendiente todos los días del año. Nadie entrará en el sector de la agricultura y la ganadería si lo planteáramos como el antiguo.  Para cumplir con las normativas de medio ambiente y bienestar la granja debe estar a un kilómetro del pueblo, separadas otro kilómetros, y con cien madres, por lo que había que construir 20 granjas para tener 2.000 madres lo que implica hacer inversiones en silos, caminos, sondeos de agua o puntos de luz, eso es un coste muy elevado que no lo hace viable, todo multiplicado por 20.  Hay que levantar granjas que sean económicamente sostenibles,  atractivas, para que puedan traer un personal y fijar una población,  donde existan turnos de trabajo y el personal pueda librar, y que medioambientalmente puedan invertir para que hagan reducciones de huella hídrica o de consumo eléctrico, que es lo que el sector lleva a cabo en la actualidad. Una granja grande puede innovar e invertir en bienestar pero una pequeña no es viable, ese es el problema y la realidad del sector, lo que a lo mejor se desconoce. 

¿Cómo se están comportando los precios en el mercado, después de las exportaciones debido a la peste porcina en China? 

El sector está bien, la peste en China nos favoreció, pero tenemos que recordar que, hace un año,  empezamos a tener problemas con los cereales, subidas de precios, luego llegó la guerra y se han registrado muchas pérdidas,  se está recuperando poco a poco y, en la actualidad, estamos ahí con un precio pero tampoco se puede subir mucho más por no aumentar el de la carne,  pero el sector puede tener problemas en cuanto que los costes son elevadísimos, nos han subido un 150%. Además de los cereales o la energía, también han aumentado a la hora de invertir o mantener instalaciones. No obstante, estamos en un sector que nunca ha tenido miedo, siempre ha creído en momentos buenos y en momentos malos, estamos convencidos de que somos una parte muy importante, nos dedicamos a asegurar la alimentación a la población y creo que tenemos que seguir en ello y que cambiará, no nos vamos a rendir.